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31
Mar
2018
Viernes Santo Alcalá 2018: La lluvia recortó la Agonía y la Soledad, y no dejó salir al Medinaceli ni al Santo Entierro PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Sociedad Alcalá
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Foto cedida por Ayuntamiento de AlcaláLas cuatro procesiones tuvieron problemas por el tiempo meteorológico

Tras la larga tregua ofrecida por las borrascas durante toda la Semana Santa, este Viernes el tiempo recuperaba la situación de semanas anteriores, y esto significaba serios problemas para las cuatro procesiones que componen el Viernes Santo de Alcalá. Así el Cristo de la Agonía y la Virgen de la Soledad consiguieron sacar los pasos, aunque la lluvia les obligó a volver mucho antes de lo previsto al templo. A pesar de eso, les fue mucho mejor que al Medinaceli y al Santo Entierro, que se quedaron a cubierto ante la previsión de lluvias.

Así la “madrugá” alcalaína terminó exactamente igual que la sevillana, interrumpida por una fina llovizna que obligó al Cristo de la Agonía a regresar al punto de partida tras cruzar la Plaza de Cervantes. Y es que la mañana, muy desapacible, aunque con los fieles dispuestos a aguantar el mal tiempo, provocaba que la procesión terminase tan sólo una hora después de salir, y mucho antes de que llegase a amanecer en la ciudad de Cervantes.

Ya por la tarde le tocaba reinar a la Virgen de la Soledad, y lo hizo, aunque por tiempo limitado. Y es que la posibilidad de lluvia, que se concretaría horas después, obligó a recortar el recorrido de la “Reina de Alcalá”. Eso sí, durante el tiempo que estuvo en la calle fueron muchos los que se acercaron a ver la espectacular talla, y fueron muchos, ya que la procesión aguantó hasta llegar a la calle Imagen, cuando sólo faltaban dos horas de recorrido.

Tal vez a ese nutrido público contribuyó el que su “vecino” de la tarde decidiese no salir. Y es que el Jesús de Medinaceli optaba por no realizar su tercera participación en la Semana Santa ante la previsión de lluvia, la misma, por cierto, que hizo que el Medinaceli de Madrid tuviese que volver mucho antes de completar el recorrido.

La Semana Santa de Alcalá debía terminar con silencio, antorchas, oscuridad y el sonido de un tambor, pero la lluvia impidió salir a la procesión del Santo Entierro, por lo que los cofrades decidieron realizar una “mini” estación de Penitencia dentro de la Catedral. Lo que sí hicieron, tal y como estaba previsto, fue el juramento de silencio, y el traslado del Yacente a toque de campana, impresionante imagen con la que concluían los días de pasión en Alcalá.

 

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