Este fin de semana Alcalá acoge “La mirada del otro”

¿Son más las cosas que nos unen a los demás o las que nos separan de ellos?. La compañía Proyecto 43-2 llega al Corral de Comedias de Alcalá de Henares para representar La mirada del otro después de una gira de casi dos años por diferentes puntos de España y Sudamérica. La obra documenta sobre lo que fueron los encuentros entre ex miembros de ETA y víctimas directas o indirectas, con la preparación previa de los mediadores, que se desarrollaron en 2011.

Un proyecto valiente y comprometido que vio la luz en abril de 2015 tras un profundo proceso de investigación de campo dividido en dos partes: una documental y otra de entrevistas personales que se realizaron en Euskadi con los protagonistas del hecho. La valiosísima información sonora y física obtenida de dichas entrevistas se ha convertido en composición dramática y base de programas pedagógicos del Proyecto.

La mirada del otro es la segunda parte de una trilogía sobre Euskadi, la memoria colectiva y la convivencia con el Otro, con el que la compañía trabaja y pretende establecer una nueva forma de entender la realidad social utilizando como medio el teatro y el diálogo conjunto con el público.

Palabras de Chani Martín, director de la obra:

Aunque está basada en personajes y hechos reales y, obviamente, trasciende el conflicto en Euskadi, La mirada del otro no es una obra documental, ni política. La mirada del otro habla sobre la íntima lucha del individuo para superar lo insuperable: colocar los ojos frente a los ojos del otro para, a través de la palabra, poder cambiar de sitio al dolor.

He descubierto que más allá de la justicia (imposible de satisfacer en estos casos) hay seres humanos que, a través del perdón, han sido capaces de comprometerse con el futuro de la paz. Gente con motivos suficientes para pasar el resto de sus días odiando y habitando el rencor, deciden dar un paso adelante, salvar ese abismo y mirar hacia el mañana con optimismo, sin traicionar ninguna memoria; y aun diría, haciendo más importante, si cabe, a los muertos que quedaron en el camino.

Inevitablemente uno se pregunta ”¿yo qué haría?". También he tenido acceso a declaraciones de gente que no ha querido enfrentarse a este trance. No veían en él una vía para aplacar su dolor. Desde aquí quiero mostrar el mayor de mis respetos hacia esta postura que, ¿quién sabe?, quizá hubiera sido la mía. Creo que cada cual tiene el legítimo derecho de hacer lo que considere necesario y oportuno. Los que no hemos pasado por esta experiencia, debemos ponernos al servicio de esa necesidad, sin cuestionar su conveniencia. Y esto incluye a las instituciones. Detrás de cada víctima hay una historia compleja a la que hay que atender de manera personal. Y, a título personal también, tengo que confesar que el único punto oscuro que he encontrado detrás de todo esto, es el uso político del dolor ajeno. Tanto por un lado como por el otro.

Es en eso en lo único que no creo.

17 -18 febrero

La mirada del otro

De: Proyecto 43 -2

Viernes y sábado, 20:30h