13
Oct
2012
Javier Bello y las consecuencias de una traición Imprimir
Lente de Aumento - Análisis
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Si PSOE y UPyD aprueban las ordenanzas fiscales Bello tendrá que hacer muchos recortes para cuadrar el presupuesto

El próximo martes la nueva distribución de fuerzas en Alcalá quedará clara en la votación de los impuestos para el año que viene. Y es que UPyD ha abierto la puerta para votar con el PSOE su enmienda al proyecto del alcalde, una enmienda que, de salir adelante supondría la aprobación, por la vía de los hechos consumados, de alguno de los 25 puntos del acuerdo con los magenta que el alcalde no quiere cumplir.

Y es que la propuesta socialista pretende una rebaja sustancial del IBI para los vecinos, lo que significa menor recaudación, y recortes en el gasto para que el Presupuesto de 2013 siga cumpliendo el Plan de Ajuste del Gobierno Central.

De todas formas, la situación que se viva el próximo martes tiene mucho que ver con lo ocurrido en los dos últimos meses en la política complutense. Y es que el incumplimiento reiterado y constante del acuerdo de investidura firmado con los magenta ha llevado a este partido a cambiar de pareja de juego en la primera oportunidad importante.

Un cambio de pareja que, además, tendrá un curioso efecto secundario: si salen adelante las nuevas ordenanzas, el Presupuesto para 2013 deberá ser mucho más austero de lo que espera el Gobierno Local, lo que, de forma indirecta, le obligará a recortar gastos superfluos y, por lo tanto, cumplir con los 25 puntos del acuerdo de investidura.

Y es que Bello ha incumplido el acuerdo con UPyD demasiado pronto, antes de la aprobación de los Presupuestos para 2013, en la convicción de que podría sacarlos adelante recurriendo al Plan de Ajuste Presupuestario, que le permitiría vetar cualquier acuerdo que fuera contra el cumplimiento del objetivo de déficit.

Pero los magenta han sido mucho más listos, adelantándose a la votación del Presupuesto, y dejándole claro al alcalde que van en serio. Y es que lo que suceda este martes no dejará de ser una advertencia, pues es la votación inicial de las Ordenanzas lo que se decide.

Una nueva alianza entre Bello y los magenta podría suponer una enmienda a las Ordenanzas aprobadas y devolver el río a su cauce, aunque eso supusiese romper otros pactos, tanto internos como externos.

Y es que Bello se encuentra ahora en una clara encrucijada: mantener el control del bartolismo imperante en la política alcalaína, o romper con él iniciando una nueva etapa que, como todos los comienzos, será tremendamente incierta.

De momento la actitud del alcalde lo acerca mucho más a ser el heredero de Bartolo que a ser el líder de su propio partido, que le pide una ruptura clara con las formas que han llevado al PP complutense a perder la mayoría absoluta.

Decisiones como la del jueves de vetar una moción socialista porque podría salir adelante son, cuanto menos, precipitadas. Si bien el Plan de Ajuste le permite vetar acuerdos que incumplan el objetivo de déficit, ese mecanismo solo se activa cuando el acuerdo es firme, y no faculta para eliminar mociones de forma preventiva.

Así las cosas, Bello optaba, en el último Pleno, por buscarse un nuevo aliado en las filas de IU, un aliado tremendamente endeble, pues aunque tiene tres escaños, votó en contra de la investidura del nuevo alcalde, y un aliado que no duda en sacar adelante Plenos Extraordinarios, por acción o por omisión, sin importar el coste para las arcas municipales, a través de dietas, que pueda tener.

De todas formas, la alianza verdiazul tendría que hacerse visible en la votación de este martes, con el evidente coste electoral que podría tener, tanto para una IU que, al menos a nivel nacional, se presenta como alternativa a los partidos tradicionales, como para un Javier Bello que en unos meses tendrá que enfrentarse a un Congreso Local de resultado totalmente incierto.

Pero lo peor de todo es que esta situación, insostenible para todos, podría solucionarse tan solo con el cumplimiento íntegro de los 25 puntos de la hoja de ruta magenta. La negociación sigue abierta hasta el Pleno de noviembre, que aprobará de forma definitiva los impuestos, en una o en otra dirección.