Es la cuarta región de España con más incidencia, y la segunda en superar el millón de contagios

Terminado el primer bloque de las Fiestas de Navidad, el Gobierno actualizaba los datos de incidencia en pleno 28 de diciembre, y los datos que ofrecía no eran ninguna broma: la incidencia media en España ya es de 1.360, y Madrid, cabeza de lanza de Omicron escala hasta la cuarta posición entre las regiones, al sumar 2.018 casos por cien mil habitantes. Pero además, esta actualización recoge una cifra que ya había aparecido en los informes diarios de la semana pasada, pues la región ya es la segunda de España en superar el millón de contagios desde el comienzo de la crisis, una cifra que sólo supera Cataluña.

Sin embargo, y a pesar de los datos, las noticias siguen siendo muy positivas. Después de casi cuatro meses el Gobierno de Madrid recuperaba sus comparecencias para informar de la evolución de la crisis, y lo hacía con un Zapatero esperanzado en que Omicron sea la luz al final del túnel. Según contaba el Viceconsejero, los primeros estudios hablan de una validez de la vacuna de un 60% en los que tienen las dos primeras dosis, y de más de un 90% en los que tienen tres puestas. Este alto grado de inmunidad sólo puede significar una cosa, y es que ahora se están infectando aquellos que no habían tenido contacto con el virus. Para explicar qué va a ocurrir desde la próxima semana en Madrid, Zapatero contaba cómo había evolucionado Omicron en el lugar donde se descubrió. Así, en Sudáfrica se produjo un contagio masivo que dejaba una curva de incidencia vertical pero que, al igual que subió, cayó de forma vertiginosa en muy pocos días. Y es que la contagiosidad de la nueva cepa es muy alta, ya que cada infectado transmite el virus a entre seis y diez personas, unas cifras nunca vistas durante la crisis.

Pero, como recuerda la historia de las epidemias, los virus siempre tienden a mutar para hacerse menos peligrosos y aprender a convivir con los humanos, unas etapas graduales que este coronavirus se ha saltado gracias a la nueva variante sudafricana. Así el Viceconsejero ponía como ejemplo la decisión tomada por Estados Unidos esa misma mañana de reducir a la mitad las cuarentenas de positivos, y dejar el uso de mascarillas únicamente para aquellos con contacto con el virus.

Sin atreverse a proponer algo así, Zapatero sí informaba de que no se iban a tomar más medidas en la región, y pedía a los medios que dejasen a un lado el alarmismo ante la baja peligrosidad de la cepa. Eso sí, como Omicron aún no ha colonizado por completo los contagios, recordaba que sigue siendo necesaria la idea del autocuidado, para evitar contagiarse de cepas más peligrosas como la cepa india, todavía muy extendida; o Delta Plus, que sigue creciendo en España.

En cuanto a los datos del día, siguen al alza, pero comienzan a dar síntomas de ralentización. Así, el nuevo pico de la epidemia en Madrid es el 23 de diciembre, con un total de 19.000 contagios, una cifra altísima que, sin embargo, sólo sube en 700 los positivos del día anterior, y que no tiene nada que ver con los 12.000 de tres días antes.

Estos datos actualizados hablan de ralentización, pero, probablemente por el retraso de casos de los días festivos, los de la jornada del lunes dicen otra cosa. Así, el lunes registraba tres mil contagios más que el pasado jueves, último día “normal” antes de los festivos, superando los 17.000 positivos en 24 horas.

En concreto, el martes comenzaba en Madrid con 1.336 personas ingresadas en los Hospitales, 155 más que el día anterior; de los que 207, seis más que el domingo, están en la UCI. Los ingresos alcanzan los 306, de los que 27 entraron en estado grave. Los decesos bajan, de doce a diez, mientras que los contagios se sitúan en 17.236 en el día y 21.131 actualizados.