El hundimiento lo produjo la rotura de un colector

El alcalde de funciones de Coslada y concejal de Política Territorial, José Sousa, ha visitado esta mañana las obras que el Ayuntamiento está realizando para reparar el socavón que se produjo la semana pasada en la calle Llanos de Jerez 22, en el Polígono Industrial del municipio. La empresa adjudicataria del Contrato de Conservación de la Vía Pública, Licuas, S.A. está siendo la encargada de los trabajos de reparación que consisten en la sustitución de setenta metros longitudinales de colector, cuya rotura fue el origen del hundimiento.

Posteriormente habrá que proceder al rellenado de tierras, el compactado, la pavimentación y asfaltado del tramo afectado. Se está en contacto además con la compañía telefónica para las actuaciones que deba realizar en la canalización subterránea dañada. Se estima una duración aproximada de los trabajos de seis semanas, si bien podría prolongarse por la aparición de nuevos daños en la infraestructura u otras afecciones actualmente no identificadas. Durante la ejecución de los trabajos la calle permanecerá cortada en ese tramo.

El alcalde en funciones, José Sousa, ha explicado que "los trabajos se realizan con carácter de urgencia para evitar nuevos hundimientos y mantener en servicio el colector afectado. Se intentará que tengan la menor afectación para las empresas radicadas en la zona, por lo que intentaremos agilizar los plazos de ejecución todo lo que sea posible". El socavón se produjo en la tarde del jueves de la semana pasada y la causa fue la rotura de uno de los colectores principales de la red de alcantarillado municipal, el colector L, con un diámetro de 1.400 milímetros. Esa rotura provocó el progresivo lavado y arrastre de las tierras del contorno hasta llegar al colapso de la solera y el pavimento superior.

El área hundida, de forma sensiblemente rectangular, tiene una extensión aproximada de 30 metros cuadrados, conformando una oquedad de unos cinco metros de profundidad. En ambos extremos se prolonga al menos diez metros en el subsuelo, dejando a la vista los restos del hundimiento y grandes espacios en forma de cueva. Para la reparación está siendo necesario abrir hasta la superficie estas oquedades. El hundimiento afectó también al tendido de la red subterránea de la Compañía Telefónica, de momento sin generar interrupción del servicio.