05
Jul
2012
Conspiraciones, Fouce Nostradamus, y el candidato andaluz Imprimir
Lente de Aumento - Crónicas de un Pleno
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El último Pleno de la temporada y, tal vez, el último con el formato actual, se celebraba ayer en un Salón de Plenos mucho más agradable que el resto del Consistorio, y es que, por suerte para los asistentes, los recortes parecen no haber llegado, todavía, al Pleno Municipal.

 

No es, no obstante, el único elemento que permite comprobar que el Ayuntamiento torrejonero vuelve a tener liquidez: hace unos días volvía a ponerse en marcha el arco de seguridad de la entrada, aunque el portavoz socialista no se diera cuenta hasta ayer mismo: “acaban de conectar el arco para evitar que los vecinos entren”, decía Guillermo Fouce mientras esos vecinos que no podían entrar iban llenando las gradas del Salón de Plenos.

Y es que esos vecinos estaban muy interesados en uno de los puntos del día, en concreto el que trataba sobre la Escuela Municipal de Adultos, o esuela, para el portavoz del PSOE, ya que eran alumnos y profesores del servicio.

La aprobación de la enmienda que mantiene la Escuela, provocaba que nadie se enfadase, y los vecinos abandonaron el Pleno con una sonrisa de satisfacción, y dejando a la oposición teniendo que rehacer sus argumentos sobre la marcha, y al socialista con las ganas de lucirse ante un invitado muy especial: un diputado del PSM que estuvo presente entre el respetable.

En cuanto a la votación, primero se debatió la moción de IU sobre el asunto, y Fouce, que sólo se había preparado una intervención, comenzó a defenderla como si fuera suya. Como consecuencia esperada, cuando le tocó defender la presentada por su partido no pudo aportar mucho más al debate: “Ya lo hemos aclarado cuatro mociones atrás”, espetó el socialista.

En este asunto también quiso intervenir Navarro, que recordó al socialista que “el partido que despide es el suyo, que ha reducido en un 40% el número de sus trabajadores”. Desatado, el popular también arremetió contra “el PCE, perdón IU”, a quienes les recordó los “recortes del 30% del sueldo a los empleados municipales en el Ayuntamiento de Rivas”. Ese momento desató una auténtica guerra dialéctica entre los dos portavoces. José Fernández recogió el guante de Navarro afirmando: “si quiere marcharse a otro sitio, váyase. A Alcorcón, o a Parla, o, ya que tanto le gusta, a Andalucía. Quítele el puesto a Arenas”, y terminó con una revelación sorprendente: “no acepto la reforma laboral ni el copago en Andalucía”, afirmaba Fernández.

Pero además del momento arco, Fouce volvió a utilizar sus dotes adivinatorias unas mociones después: “vamos a debatir, aunque solo la oposición”, afirmaba el socialista antes de saber si Navarro iba o no a tomar la palabra. La predicción se encontró con el mayor inconveniente de los pronósticos a corto plazo: es muy fácil comprobar su cumplimiento, y el popular se encargó de chafarla tomando la palabra. Y lo hizo para soltar un speech de los antológicos: “ya vale de su demagogia y mentira permanente. No vamos a permitir lecciones de democracia. Usted tiene un ego que no hay quien lo soporte. En los dos últimos años de gobierno de PSOE e IU no abrieron la boca. Es usted un aldeano, y no sabe nada de la historia de su partido. Ya está bien de demagogia, Fouce”.

El debate, que, por cierto, versaba sobre educación, continuó con un intercambio de golpes a costa del pasado: “usted sí puede hablar de historia”, afirmaba Fouce, “Yo no he quitado al candidato elegido por las bases”, contraatacaba Navarro.

La guerra de golpes bajos continuó con un sorprendente colaborador, que demuestra por qué los Plenos perderán con el recorte de concejales: Juan Rivera era interpelado sobre conspiraciones varias, a lo que el socialista respondía “usted sí sabe de eso, que lleva 27 años en la poltrona”. También el diputado tuvo su momento de gloria afirmando: “lo que sucede en este Pleno no lo había visto nunca”, algo que demuestra la bisoñez del socialista y su escasa experiencia en política local.

El educado debate sobre educación terminaba con Fouce hablando de enseñanza privada, lo que desató la hilaridad y comentarios de toda la bancada popular. Al pedir explicaciones al alcalde, éste respondió al socialista: “Nosotros estamos hablando entre nosotros”.

El debate de presupuestos con el que comenzaba la sesión, también tuvo sus momentos estelares, protagonizados por Fouce. Al ser un debate en el que se hablaba de Presupuestos el socialista intentó usar un doble tiempo, pero no coló, y tuvo que conformarse con su turno. Un turno que, por cierto, le cundió bastante: dos metáforas (“siguen engordando la deuda y hasta que el cuerpo aguante”, “llevan legislatura y pico mintiendo”), y tres lapsus linguae (“medidas en forma de aumento de recursos”, “déficit en el ocultismo”, y “facturas debajo de los cajones”) son un muy buen balance para cinco minutos escasos de discurso.

El debate sobre la bandera nos dejó a un José Fernández erudito, explicando, diccionario en mano, la diferencia entre patriotismo y patrioterismo, y el de recortes sociales a un Fouce hablando de que “Aguirre gobierna para un 3% de la población”, y demostrando sus amplios conocimientos económicos “España está intervenida y deberá ceder soberanía”; mientras que el debate de la modificación presupuestaria mostró una nueva faceta del socialista como fan de la Presidenta: “la sacrosanta Aguirre a la que adoramos”.

El debate sobre Eurovegas no decepcionó en absoluto, comenzando con Fouce convertido en alter ego de Reig Pla: “el proyecto solo traerá ludopatía y crímenes”, vaticinó el augur, para ser secundado por IU, que afirmó: “no pretenderán hacernos creer que es un convento de clausura”. El combate dialéctico continuó con Fouce en versión cinéfilo: “parecía el casposo Bienvenido Mr Marshall”, sorprendente crítica de una de las mejores películas de Berlanga, coreado por Navarro que afirmó, en tono irónico: “Yo estaba allí con una banderita”.

El popular siguió: “igual les vemos por allí todas las noches cuando lo construyan”, lo que generó una riada de comentarios en todas direcciones que obligó a Fouce a exclamar, en plan profesor: “esto no es un bar”. El debate terminaba con la votación, en la que José Fernández votaba no a la moción, para rectificar segundos después: “me han cegado las luces de neón”, se excusaba el político.