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07
Dic
2016
Gran Hermano 17 (GH 17): Expulsión Alain, Miguel, Rodrigo, Meritxell o Bea; Miguel odia la Navidad; y un ratón se cuela en la casa PDF Imprimir E-mail
Los Blogs del Telescopio - El Choniblog
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El programa continúa agonizando y hace peligrar el mes para la cadena

Aunque a nadie le importe lo más mínimo, la vida continúa en la casa de Gran Hermano 17, y lo hace con cinco concursantes que, esta misma noche, lucharán por convertirse en semifinalistas. Así hoy sólo uno abandonará la casa, en una gala que, salvo sorpresa, se espera que haga mínimo histórico, y en la que conoceremos a los cuatro semifinalistas.

Y es que, a pesar de que tras la salida de Bárbara y Adara el programa agoniza no parece que ni productora ni cadena estén dispuestos a practicarles una eutanasia que podría salvar el formato. De tal forma esta noche quedarán cuatro habitantes en la casa, que vivirán una última semana de concurso antes de que el próximo jueves la casa de cristal cierre sus puertas.

Y es que, como van sobrados de contenido, han decidido dedicarle toda la gala a una entrevista que sólo tendría sentido en caso de que el expulsado no fuera otro que Miguel (por cierto, el único que está tirando del carro en esta soporífera recta final), pues el resto de la noche estará dedicado a que los concursantes vean vídeos de su paso por la casa y abran los regalos de sus familiares. Y es que, si no es Miguel el expulsado, la gala puede ser aún más infumable de lo habitual, lo que, por cierto, desincentivará aún más un voto totalmente parado desde que Adara salió de la casa.

Y es que la decisión de las adaristas de entregar el dinero recaudado a fines sociales está provocando un desequilibrio en las cuentas del programa muy difícil de superar. Eso sí, la que va a comenzar a facturar desde ya mismo es la propia Adara, que este viernes tiene su primer bolo (alguien debería explicar si se ha firmado durante esta semana o antes...) fuera de la casa.

Volviendo al juego (luego volvemos a Adara, que sigue dando juego aún expulsada), cada vez está más claro que la intención del programa era que el voto adarista se pasase en masa a Meritxell, lo que permitiría mantener la ilusión de que podía haber sorpassos varios, pero los porcentajes del pasado domingo no dejaban lugar a dudas, con una Bea casi en el 50% de los votos, y una Meritxell a muchísima distancia de ella. El tercero en discordia, acechando a Meri, era Rodrigo, mientras que Alain y Miguel se jugaban la primera expulsión de la final.

Lógicamente al ver estos datos, las, pocas, meritxellistas convencidas decidieron dejar de votar, lo que, muy probablemente, haya ampliado la ventaja de Bea, y todo en medio de la total indiferencia del público. La salida de Adara, ya lo contaba en el anterior post, consiguió una audiencia más que discreta, y el penúltimo Debate consiguió la segunda peor audiencia de toda la edición, y eso que los cuatro protagonistas de este GH 17 lo dieron todo para convertir el plató en una corrala.

Evidentemente lo ocurrido con la expulsión de Adara ha provocado un cambio, y muy importante, en la forma de acercarse a este programa para el gran público, y eso significa que ni Adara, ni Bárbara, ni Clara, ni Fernando van a ser capaces de salvar, no ya una edición, sino un formato que han decidido matar por quién sabe que motivos. Y es que eso es lo más grave de todo esto: nadie puede entender por qué se expulsó a Adara de la casa, a sabiendas de que ella movía, como mínimo, al 50% de las que se dejaban pasta en el concurso. Insisto, algún día la productora tendrá que dar explicaciones de lo ocurrido en la noche del “Adaragate”.

Pero veremos como termina todo, pues las adaristas, después de superar el shock que supone no ver a su lideresa en la casa, han comenzado una guerra sucia contra Bea acusándola exactamente de lo mismo que sacó de la casa a Adara: favoritismo por parte del programa. Varios Trending Topic durante esta semana, y la sorprendente relación de la madre de Rodrigo con el mundo de la comunicación, han sido suficientes para poner en el disparadero a una Bea que, si no hay sorpresas, ganará este GH 17.

Pero Bea no es la única de la que se ha hablado, y mucho, durante esta semana. Adara, decía, sigue dando juego fuera de la casa, y lo hacía ayer confirmando algo que llevaba varios días sobre la mesa. La azafata conoció hace unos años al otro azafato que ha pasado por el formato, el mismísimo Pepe Herrero, convencido adarista, y uno de los que ha mantenido viva esta edición a través de sus periscope.

Y vamos ya con los que sí están en el juego, especialmente una Mertixell a la que el programa puso al borde del abandono tras una desafortunada noche de Debate. La chica, que es el principal escollo de Bea en su camino hacia el maletín, se quedaba totalmente destrozada al comprobar que nadie de su familia estaba en el Debate. Obviamente Meri no sabía que, según explicaban a través de Twitter, nadie invitó a nadie de su familia ni de la de Alain, dejando que únicamente el grupo mayoritario tuviese representación en una noche en la que, además, se iban a escoger los Directores de Campaña.

Y es que, a una semana del final, ya sí se puede hacer una valoración de a quién ha favorecido el programa durante estas semanas. A modo de resumen, Miguel se salvó de una expulsión cantada creando el efímero Contraclub; la existencia del Club garantizaba el control del grupo mayoritario evitando que ni Miguel, ni Fernando, ni Clara, ni Rodrigo, saliesen nominados (y menos mal, porque Fernando y Clara se fueron a las primeras de cambio, y Bea no hubiese vuelto si no es por una caja que ni siquiera era suya), y poniendo en la palestra a todo el resto de la casa; y, para terminar, cuando la propia dinámica del Club iba a permitir la entrada del grupo minoritario, el programa decide cerrarlo abriendo las votaciones en positivo.

Y es que el juego del Club era profundamente maquiavélico (conforme fuesen saliendo concursantes de un grupo, el otro iría ganando poder hasta el punto de controlar el juego en el momento justo), siempre y cuando se respetasen las reglas del juego, en lugar de cambiarlas para favorecer a un grupo sobre el otro.

Y en la casa, poco que contar. Las parejas continúan en sus absurdos y aburridos bucles de amor y desamor, mientras que sólo Miguel intenta poner un poco de pimienta a la casa. Así el modelo se quedaba destrozado tras la salida de Adara, al saber que se ha quedado sin antagonista demasiado pronto (y parece que Adara no va a entrar en el juego del programa para convertirle en víctima), aunque enseguida se reponía abriendo una nueva trama. Según desvelaba odia la Navidad y no la celebra desde los ocho años. La trama es interesante para ganarse la simpatía del público, de no ser porque hay pruebas de que, como casi todo en él, también es mentira. Lógicamente a los pocos minutos de que Miguel cargase contra la Navidad comenzaron a aparecer mensajes de sus redes sociales en que afirmaba “me encanta la Navidad” con una foto de una mesa de Nochebuena preparada.

Y es que si Miguel no es candidato a la victoria es, precisamente, por ese halo de falsedad total que lo envuelve: su peluquín no tiene sentido, al no ser calvo, lo que desvirtúa todo el show montado alrededor del mismo, e imposibilita que el público empatice con él.

Miguel también se convertía en el protagonista de la noche del domingo, cuando los concursantes descubrieron a un nuevo habitante, el ratón Simón. Bea y Meritxell intentaron acabar con el roedor mientras que Miguel se convirtió en su gran defensor tratando de salvarle de sus compañeros.

Miguel también ha intentado meterse en medio de la relación entre Meritxell y Alain, jugueteando con el francés y provocando los celos de Meri (como le funcionó tan bien con Adara y Pol, repite trama).

Bea, por su parte, se pasa el día junto a Rodrigo, y protagonizaba una gran bronca con Meritxell el sábado por la mañana con la nata como protagonista. La prueba de la semana “El Gran Robo” (qué sutiles son en este programa...) también dejaba broncas varias, y a un Rodrigo harto de todo y de todos y pidiendo su expulsión. Eso sí, al final de la semana les dieron la prueba por superada para que tengan comida en estos últimos días.

 

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