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28
Abr
2020
La primera EPA del coronavirus hunde los Servicios y salva la Industria PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por CAMEs la peor encuesta desde 2013

La ocupación se redujo en 285.600 personas en los primeros meses del año y la tasa de paro se situó en el 14,41%, como consecuencia de los efectos del COVID-19. En términos interanuales la positiva evolución de la economía española en los trimestres anteriores permitió que la ocupación se incrementara en 210.000 personas y el paro bajara en 41.300 en los últimos doce meses.

El número de personas ocupadas en el primer trimestre del año ascendió a 19.681.300, según la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El número de personas desempleadas se situó en 3.313.00 y la tasa de paro en el 14,41%.La ocupación aumentó en 210.100 personas en los últimos doce meses, lo que supone un incremento interanual del 1,08%. El empleo se redujo en el primer trimestre en 285.600 personas, un -1,43%, como consecuencia de los efectos del COVID-19 en la economía.

El número de desempleados descendió en 41.300 personas en el último año, lo que supone una reducción interanual del 1,23% y se incrementó en 121.000 personas en el primer trimestre, un 3,79%. La positiva evolución de la economía española en los últimos trimestres permitió que la ocupación creciera y el paro se haya seguido reduciendo en el último año.

En los últimos doce meses se creó empleo en el sector servicios, con 207.900 ocupados más y en la industria, con 60.800, mientras que descendió en agricultura (-54.900), y en la construcción (-3.600). En el primer trimestre del año casi todos los sectores de actividad se vieron afectados por el COVID- 19 y registraron un descenso en el número de ocupados, especialmente servicios con 275.900 trabajadores menos.

En términos interanuales en el último año se creó empleo en casi todas las comunidades autónomas; sin embargo, en el último trimestre tan solo aumentó la ocupación en Ceuta y Melilla y las mayores reducciones se produjeron en Islas Baleares, con -67.000 ocupados, Comunidad Valenciana, con -32.000, y Andalucía, con -28.900.

En términos interanuales siguió incrementándose el número de trabajadores con contrato indefinido, con un aumento de 293.500, hasta alcanzar los 12.417.500. Por el contrario, el empleo temporal se redujo en 91.100 personas durante todo el año, situándose en 4,142.600.

Este descenso del empleo temporal se agudizó más en el primer trimestre del año, con una reducción de 255.300 ocupados (-5,8%), frente al descenso de 30.700 de los contratos indefinidos (-0,25%).

En estos doce meses el empleo a tiempo completo se incrementó en 262.600 personas, un 1,58%, y el empleo a tiempo parcial se redujo en 52.500 (-1,81%). Las cifras intertrimestrales señalan que la reducción de la ocupación a tiempo completo, un -1,11%, fue menor que la reducción de la ocupación a tiempo parcial (-3,28%).

Por géneros, el descenso de la ocupación femenina en el primer trimestre fue del 1,51%, frente al descenso del 1,36% de la masculina, si bien el número de mujeres ocupadas sigue superando los 9 millones.

El desempleo se redujo en 41.300 personas en los últimos doce meses, situándose en 3.313.000, con un descenso de 41.300 personas en los últimos doce meses, un 1,23%. En el primer trimestre del año, el paro se incrementó en 121.000 personas (3,79%) y la tasa de paro se situó en el 14,41%.

Por Comunidades Autónomas, en términos intertrimestrales, los mayores aumentos del número de desempleados se produjeron en Baleares, 49.200 parados más, Comunidad de Madrid (20.600) y Castilla-La Mancha (3.500). No obstante, se registraron ligeros descensos del paro en el País Vasco (-4.500), Canarias (-2.100) y Navarra (-1.900).

Por sectores, el desempleo aumentó en el último trimestre en servicios, con 172.800 parados más, y en industria, con 15.100. Por el contrario, el paro descendió en agricultura (-19.700) y en la construcción (-9.600).

La Comunidad de Madrid cerró el primer trimestre del año con un total de 3.147.000 personas ocupadas, 27.500 menos que en el trimestre anterior (-0,9%), mientras que en este mismo periodo el paro se incrementó en la región en 20.600 personas (+5,9%). Estas cifras dejan el número total de desempleados en 373.000 y eleva la tasa de paro al 10,6%, seis décimas más que en el último trimestre del pasado año. Pese a esta subida, la tasa de paro regional sigue 3,8 puntos por debajo de la media nacional (14,4%), que en este mismo periodo ha perdido 285.600 ocupados (-1,4%) y ha sumado 121.000 nuevos desempleados (+3,8%), para alcanzar un total de 3.313.000 parados.

Estos datos, correspondientes a la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del pasado año -difundida hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE)- reflejan ya los primeros efectos que está teniendo la paralización de la actividad laboral tras la aplicación del estado de alarma ante la evolución del coronavirus, vigente desde mediados del pasado mes de marzo.

Los efectos negativos del COVID-19, que se plasman en la comparativa trimestral, no se reflejan sin embargo en la comparativa interanual, cuyos datos positivos evidencian la fortaleza previa a la pandemia del mercado laboral de la región.

Así, el número de ocupados en la Comunidad de Madrid creció en los últimos doce meses en 115.000 personas (+3,8%), lo que representa más de la mitad del incremento de ocupación en toda España (210.100 personas, +1,1%) y un dato muy superior al que registran otras comunidades como Cataluña (60.200) o Canarias (37.800).

Además, respecto al primer trimestre de 2019 el número de desempleados en la Comunidad de Madrid se redujo en 28.900 personas (-7,2%), una cifra que supone el 70% de la bajada total del paro en España en ese periodo (41.300 desempleados menos, -1,2%). La ya reseñada tasa de paro actual del 10,6% es 1,1 puntos menor que la registrada hace un año (11,7%).

En cuanto a la población activa, que mide el porcentaje de activos sobre la población total en edad de trabajar, la tasa de la Comunidad se sitúa en el 63%, casi cinco puntos porcentuales superior a la registrada en el resto de España (58,2%). Una vez más los datos son positivos en la comparación interanual, con 86.100 nuevos activos en la región en el último año (+2,5%), mientras que respecto al anterior trimestre hay un descenso de 6.900 activos (-0,2%), que deja un número total de 3.520.000 personas activas en la región

Los datos de la población activa madrileña del primer trimestre de 2020, con una tasa de paro del 10,6% de la población mayor de 16 que quiere trabajar, refleja ya el pasado del mercado de trabajo madrileño, profundamente afectado por el parón económico que ha supuesto el COVID 19.

Hay que tener en cuenta que de las catorce semanas de este primer trimestre, solo dos han estado afectadas por las medidas de estado de alarma y además la EPA recoge la situación de la semana anterior, por lo que el impacto en los datos del trimestre es mínimo. Lo que refleja es el comportamiento habitual del primer trimestre del año, con unos meses de enero y febrero que registran una pérdida de empleo estacional y un mes de marzo que adelanta ya el incremento del empleo del segundo trimestre.

Pero ni se ha producido esa mejoría en marzo ni se producirá en el segundo trimestre de 2020. No solo no incrementará la ocupación en los sectores ligados a la hostelería, el turismo o el comercio, sino que va a afrontar una pérdida de empleo histórica, con más de 77.000 ERTES presentados y grandes caídas de la ocupación.

Con los datos del primer trimestre de 2020 se puede decir que la evolución de estos primeros meses en Madrid han sido negativos incluso habiendo reflejado mínimamente el efecto del COVID. Con 373.000 personas desempleadas, se ha producido un incremento de 20.700 frente al primer trimestre. De ellas, 16.000 fueron mujeres frente a 4.500 hombres. Entre las personas en paro, 150.000 llevan más de un año buscando un empleo y casi 100.000 más de dos años. La tasa de paro femenina (11,49%) es casi dos puntos superior a la de los hombres, y la de los menores de 25 años (de casi el 25%) que casi triplica a la de los mayores de 25 años (que no alcanza el 10%). El número de hogares con todos sus miembros en paro se incrementa ligeramente, hasta el 4,51 y el de hogares con al menos la mitad de los activos parados sube al 12,6%.

Mientras, el número de personas ocupadas se ha reducido en 27.500. La mayoría de los que han perdido su ocupación han sido personas trabajadoras por cuenta propia (20.700) y el resto asalariadas, situando la población trabajadora madrileña, tanto por cuenta propia como por cuenta ajena, en 3.147.000.

Los datos de esta EPA del primer trimestre reflejan por tanto los problemas de siempre: incapacidad de nuestra economía para generar empleo suficiente y de calidad, cronificación de cifras altas de desempleo y persistencia del paro de larga duración, brechas generacionales y de género, inestabilidad en el empleo, temporalidad y rotación, desigualdad y desprotección de las personas en desempleo. Problemas que durante los años de crecimiento económico no se han afrontado y que provoca que ahora nos enfrentemos a una grave crisis de empleo (con medio millón de trabajadores ya en ERTE, alrededor de 140.000 empleos menos en la región y una afectación importante de sectores de los que depende la economía madrileña, como el turismo, la hostelería o el comercio, con mayor debilidad.

Tras la emergencia sanitaria, la emergencia en el empleo exige la actuación extraordinaria y coordinada de las administraciones. Las recetas de bajada de impuestos unida a recortes con las que el Gobierno regional guía sus actuaciones no sirven para afrontar una crisis sociosanitaria y no sirve tampoco para afrontar los efectos laborales y sociales de la misma.

Si hasta la crisis de COVID 19, la precariedad laboral y el paro atrapaban a miles de madrileños y madrileñas, hoy la situación ha empeorado drásticamente para las nuevas personas que se incorporan al desempleo y para las personas desempleadas y precarias previas a la crisis de COVID. Se necesita un plan de rescate para las personas que se han quedado sin ingresos y sin posibilidades de empleo, para evitar la quiebra de los hogares y eliminar la pobreza de nuestra región. Y se necesita también un plan de reconstrucción que permita recuperar la actividad económica, reforzar y dignificar sectores que se han demostrados esenciales, como los cuidados, mejorar los servicios públicos y promover el crecimiento de los sectores ligados a la digitalización y la tecnología. Pero todo esto no será posible si, desde las diferentes administraciones, regionales y locales no se fija como objetivo prioritario mantener el empleo y proteger a todas las personas en situación de vulnerabilidad.

 

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