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28
Jul
2020
La EPA del segundo trimestre registra un millón de ocupados menos sin contabilizar los ERTEs PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por CCOO MadridEl sector Servicios pierde 800.000 empleados, mientras que el sector público se mantiene

El impacto del COVID-19 y de las medidas de contención adoptadas para contener la pandemia provocó que el número de personas ocupadas en el segundo trimestre del año se redujera en 1.074.000 personas, un 5,46%, situándose en 18.607.200, según la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En los últimos 12 meses, como consecuencia del COVID-19, se ha producido una destrucción de empleo que, en términos interanuales, es del 6,05%. Hay que tener en cuenta que este descenso se ha concentrado de forma exclusiva durante la pandemia.El número de personas desempleadas se incrementó en 55.000 en este periodo, hasta los 3.368.000, y la tasa de paro se situó en el 15,33%.

Siguiendo la metodología de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las personas incluidas en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) se consideran personas ocupadas. No obstante, el número total de horas efectivas trabajadas en el segundo trimestre ha registrado un descenso sin precedentes del 22,59%, debido a la limitación de la actividad económica.

Asimismo, el descenso de la ocupación se ha traducido en un incremento de 1.062.800 personas inactivas en el segundo trimestre. Este aumento se produce fundamentalmente por la dificultad sobrevenida de buscar empleo.

En el segundo trimestre del año el descenso de la ocupación afectó a todos los sectores económicos, continuando con la tendencia del trimestre anterior, en el que los datos de ocupación ya reflejaron los primeros efectos sobre el empleo del COVID-19. Servicios fue el sector más afectado, con 816.900 ocupados menos; seguido de Industria, con 127.000; Construcción, con 108.700, y Agricultura, con 21.400.

En términos interanuales el empleo se redujo también en todos los sectores, con 922.200 ocupados menos en Servicios, 112.300 en Industria, 107.300 en Construcción y 45.900 en Agricultura.

El descenso de la ocupación es general también en todas las comunidades autónomas en el último trimestre, a excepción de Islas Baleares, donde el número de ocupados se incrementó en 9.200 personas. Las mayores caídas se produjeron en Cataluña, con 223.700 ocupados menos; Andalucía, con 198.100, y la Comunidad de Madrid, con 184.400.

En el último año se ha registrado un descenso de la ocupación en todas las comunidades autónomas, a excepción de Ceuta y Melilla. Las Comunidades que más reducen su ocupación son Andalucía con 226.800 menos, Cataluña con 203.600 y Comunidad Valenciana con 140.600.

La caída de la ocupación en el segundo trimestre sigue concentrándose en los trabajadores con contrato temporal. Mientras que la contratación indefinida se redujo en 361.400 personas, lo que supone una reducción del 2,91%, la temporal lo hizo en 671.900, con una caída del 16,22%. Este patrón se mantiene en términos anuales, con una disminución de 929.100 trabajadores temporales y de 232.200 trabajadores con contrato indefinido.

El descenso de la ocupación sigue afectando también más a las mujeres que a los hombres. En el segundo trimestre se redujo un 6,06% el número de mujeres ocupadas, frente a un descenso de 4,95% en los hombres. En términos anuales, el comportamiento fue similar, con una reducción de la ocupación femenina del 6,42% y del 5,74% de la masculina.

En el segundo trimestre el número de personas desempleadas se incrementó en 55.000, hasta alcanzar las 3.368.000, lo que dejó la tasa de paro en el 15,33%. Los datos indican que las medidas de flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) están mostrándose eficaces para reducir el impacto en el empleo y que éste sea menor que el observado en crisis anteriores.

Por comunidades autónomas, en términos intertrimestrales, los mayores aumentos del número de desempleados se produjeron en Cataluña, con 61.300 parados más, Comunidad de Madrid, 54.500, y Comunidad Valenciana, 42.500. Por el contrario, se registraron descensos del paro en Andalucía, 48.200 desempleados menos, Castilla-La Mancha, 20.900 y Extremadura, 15.000.

En términos anuales los mayores incrementos del paro también se registraron en Madrid, con 62.900 parados más, Comunidad Valenciana, 43.100 y Cataluña 41.700. Registraron una reducción en el número de parados Andalucía 47.000 menos, Canarias, 13.300 y Castilla La Mancha, -5.000. Por sectores, el sector Servicios concentró el desempleo en el último trimestre, con 199.000 parados más, y en los últimos doce meses, 385.900.

La Comunidad de Madrid cerró el segundo trimestre del año con 184.400 ocupados menos (-5.9%), hasta situarse en 2.962.600 trabajadores. En este mismo periodo el paro se incrementó en la región en 54.500 personas (+14.6%), con un número total de desempleados de 427.500. De esta manera, la tasa de paro regional se eleva al 12,6%, dos puntos por encima del primer trimestre del año pero 2,7 puntos por debajo de la media nacional (15,3%), que en este mismo periodo ha perdido 1.074.000 ocupados y ha sumado 55.000 nuevos desempleados, hasta alcanzar un total de 3.368.000.

Estos datos, correspondientes a la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año difundida hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejan los efectos en el mercado de trabajo de la paralización de la actividad laboral decretada por el Estado de alarma ante la evolución del coronavirus, y que mantuvo en fase 0 a la Comunidad de Madrid hasta el 25 de mayo.

Los efectos negativos del COVID-19, que se plasman en la comparativa trimestral, se reflejan igualmente en la comparativa interanual, cuyos datos evidencian los meses más duros del confinamiento. Así, el número de ocupados en la Comunidad de Madrid descendió en los últimos doce meses en 130.500 personas (-4.2%), una pérdida menor que la sufrida por otras regiones de su mismo peso poblacional como Andalucía o Cataluña. En el conjunto de España la ocupación cayó en 1.197.700 personas (-6,5%).

Además, respecto al segundo trimestre de 2019, el número de desempleados en la Comunidad de Madrid aumentó en 62.900 personas (+17,3%), situando la tasa de paro en el 12,6%, 2,7 puntos por debajo de la media nacional (15,3%). Por su parte, el conjunto del país suma 137.300 parados con respecto a las cifras del segundo trimestre del año pasado, y sitúa el total de desempleados en los 3.368.000.

En cuanto a la tasa de actividad, que mide el porcentaje de activos sobre la población total en edad de trabajar, la Comunidad de Madrid se sitúa en el 60,5%, la más alta de todas las regiones y casi cinco puntos porcentuales superior a la registrada en el resto de España (55,5%), a pesar de que la población activa cayó en la Comunidad en 129.900 personas, hasta situarse en 3.390.100 trabajadores, un 3,7% menos que en el primer trimestre del año. Madrid también lidera la tasa de empleo a nivel nacional con un 52,9%, casi 6 puntos por encima de la media española, que cayó según la encuesta del INE conocida hoy hasta el 47%.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ha visitado a la Asociación de Hosteleros de la Plaza Mayor, para transmitirles su apoyo e invitar a madrileños y turistas a volver a los establecimientos del centro histórico de la ciudad que están sufriendo de manera muy especial las consecuencias de la crisis provocada por la COVID-19, “siempre cumpliendo con todas las normas de seguridad e higiene necesarias, y con toda la prevención exigida, pero sin olvidar que las consecuencias económicas también pueden ser muy dolorosas para muchos ciudadanos”.

Villacís ha lamentado que muchos de estos hosteleros deban aún mantener los ERTEs en los que están inmersos un gran número de sus trabajadores. De hecho, como demuestran los datos de la EPA publicados esta mañana, “la ciudad de Madrid ha visto como su tasa de paro sube hasta el 13,35 %, tres puntos más que en el primer trimestre del año, con una caída en la ocupación de 102.000 personas”.

Pese a todo, el Ayuntamiento de Madrid continúa reforzando la batería de medidas de apoyo al comercio, y como muestra de ello, la vicealcaldesa ha recordado, entre otras medidas, la línea de ayudas para la digitalización de asociaciones de comerciantes, hosteleros y hoteleros, dotada con 2 millones de euros hasta 2022, y que fue anunciada la semana pasada.

La EPA refleja un incremento del número de personas paradas de 54.500 personas respecto al trimestre anterior. Respecto al mismo trimestre de 2019 el incremento es de 62.900, lo que sitúa el número de personas en desempleo en Madrid en 427.500 personas. La tasa de paro ha pasado del 10,6% del primer trimestre del año al 12,61%, la masculina en el 11,86 y la de las mujeres en el 13,38%. A pesar de que las personas en ERTE no aparecen en las cifras de personas el impacto de la pandemia en las cifras de desempleo es muy elevado. Los datos, en general, reflejan que esta crisis se ha frenado por la figura de los ERTES, pero la pérdida de actividad se refleja en los niveles de paro, ocupación e inactividad, y que el ajuste se está produciendo sobre las mujeres y los trabajadores y trabajadoras precarias.

Aunque las cifras de la EPA del segundo trimestre no reflejan a las personas en ERTE (que se consideran ocupadas cuando la suspensión del empleo es inferior a tres meses), la ocupación se redujo en Madrid en el segundo trimestre del año en 184.400 personas, casi 96.000 mujeres y 89.000 hombres. Una situación similar a la del conjunto del país, que ha reducido la ocupación en más de un millón de personas.

Pero no todas las personas que han perdido la ocupación han ido al desempleo. En Madrid el paro se ha incrementado en 54.500 personas (incremento del 14,6% respecto al trimestre anterior y 17,3% respecto al año pasado). Hay que tener en cuenta que esta cifra no incluye a las personas desempleadas que no buscan empleo, por lo que muchas personas que han ido al desempleo en las primeras semanas de este segundo trimestre se han considerado inactivas, al no darse las condiciones para la búsqueda de empleo. Esto explica también la caída en el número de personas que buscan su primer empleo (27.000 menos). Por sectores el paro ha subido en cambio en todos y especialmente en servicios, con 68.300 personas paradas más. Como además, el segundo trimestre suele tener una elevada contratación, el incremento del paro respecto al mismo periodo de 2019 en servicios es del 68%.

De las 427.500 personas en paro, 204.500 son hombres y casi 223.000 mujeres. Aunque el número de hombres parados ha aumentado más que el de mujeres, la tasa de paro, del 12,61% para el conjunto de ambos sexos, está en 11,86% para los hombres y 13,38% para las mujeres.

Que el paro se incremente más entre los hombres no significa que la situación de las mujeres mejore. La ocupación ha caído más entre las mujeres pero no todas ellas han pasado a situación de paradas. El número de personas inactivas en Madrid es 2,2 millones y la cifra ha crecido en el último trimestre en 144.000. Los inactivos hombres son 930.700, más de la mitad por estar jubilados. El número de inactivas mujeres es de 1,28 millones. Casi medio millón son inactivas por ocuparse de las labores del hogar. Y la brecha se incrementa porque el último trimestre, de los 144.000 nuevos inactivos, 64.300 fueron hombres y 79.900 mujeres. De ellas 44.300 pasaron a la inactividad por dedicarse a labores del hogar.

Otro efecto este trimestre ha sido el descenso de la temporalidad. El número de personas ocupadas se ha reducido este trimestre en 144.000, pero la concentración del efecto en las personas asalariadas hace que en este trimestre haya 197.500 personas asalariadas menos, más de la mitad (casi 104.000) mujeres. Esto supone que el número de asalariados ha bajado un 7%. Pero los más afectados por esta reducción han sido los trabajadores temporales (15% menos de asalariados) y las mujeres. Además entre las personas trabajadoras temporales, las que más han perdido su empleo han sido hombres, y entre los indefinidos, mujeres. El resultado es que la temporalidad baja en Madrid del 19,7% al 16,7% y que la brecha de género se incrementa, al ser la temporalidad masculina del 15,2% y la femenina del 18,3%.

La conclusión es que la medida de los ERTES ha servido para proteger el empleo, pero el parón de la economía se ha dejado sentir en pérdida de ocupaciones y en el incremento del desempleo. Otra conclusión es que, como en crisis anteriores, el ajuste se está produciendo por dos vías: pérdida de empleo temporal por un lado e incremento de las brechas de género por otro.

La precariedad laboral muestra una vez más la incapacidad de mantener el empleo cuando se produce una crisis. La mayoría de las empresas madrileñas han optado por proteger el empleo indefinido de sus plantillas a través de los ERTES, mientras que los temporales se han visto más afectados por extinciones, no renovaciones o la pérdida de la contratación habitual de estos meses. Además son las personas precarias las más desprotegidas, ya que muchas de ellas no pueden acceder a prestaciones por desempleo o están agotando las que tienen, sin poder disfrutar de ninguna medida extraordinaria como sí ha ocurrido con las afectadas por ERTE.

Respecto a las mujeres, además de estar más afectadas por la pérdida de ocupación, las dificultades para encontrar un empleo hacen que, de nuevo, en este contexto de pocas oportunidades laborales y un incremento de la carga de cuidados (por el cierre de centros educativos y asistenciales), miles de mujeres opten por la inactividad, por lo que el golpe sobre las éstas no se refleja totalmente en las cifras de paro.

Por ello son necesarias medidas para mantener la actividad económica. No bastan los ERTES. El Gobierno regional debe impulsar el empleo en sectores que supongan una alternativa a la hegemonía del sector servicios, incrementar el empleo público, especialmente en los sectores que están resultando esenciales, como la sanidad, los cuidados a personas mayores y dependientes y la educación. La recuperación del empleo no puede hacerse sobre la base de la precariedad, porque el empleo precario no es capaz de resistir situaciones de crisis. Madrid es la comunidad con mayor nivel de riqueza, por lo que no se debe asumir que la recuperación de la crisis del COVID vuelva otra vez a asentarse en la precariedad y en la desigualdad.

 

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