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28
Ene
2021
2020 deja 622.000 empleos destruidos y casi ochocientas mil personas en ERTE según la EPA PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por CAMSi los empleados en ERTE fueran despedidos, el paro estaría en un 20% y 4.500.000 personas

A pesar de la segunda y tercera olas de la pandemia, el empleo aumentó en el cuarto trimestre de 2020 en 167.400 personas, el segundo mayor crecimiento desde 2005, recuperándose el nivel de ocupados correspondiente al segundo trimestre de 2018 (19.344.300 personas). El número de ocupados aumentó de octubre a diciembre en 167.400 personas, lo que supone un incremento trimestral del 0,9%, y sitúa la cifra de ocupados en 19.344.300, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cifra similar a la del segundo trimestre de 2018.

Este aumento es el segundo mayor desde 2005 en un cuarto trimestre y permite seguir recuperando el empleo perdido durante la primera mitad del año como consecuencia de los efectos de la COVID-19. En términos desestacionalizados, el crecimiento de la ocupación fue del 1,3%, aunque la COVID-19 ha tenido un impacto distorsionador en el patrón estacional de las series, con lo que hay que interpretar estos datos con una cautela adicional. En el último trimestre la evolución del empleo femenino también fue positiva, con la creación de 151.800 puestos de trabajo.

En el segundo semestre se recuperó el 55% del empleo destruido en los primeros meses del año y se crearon 737.100 puestos de trabajo y en el conjunto del año el número de ocupados se redujo en 622.600 personas.

La recuperación del mercado laboral se refleja también en el crecimiento del número de personas activas, manteniéndose la evolución positiva iniciada el trimestre anterior, con un aumento adicional de 164.300 personas en los tres últimos meses que arroja una práctica estabilización en términos interanuales (reducción del 0,4%).

El número total de horas efectivas trabajadas siguió recuperándose en el cuarto trimestre, con un incremento del 10,1%, llevando a un crecimiento del 26,7% en el conjunto del segundo semestre.

Según la EPA, casi el 10% de los ocupados trabajaron desde su propio domicilio más de la mitad de los días, porcentaje algo inferior al del trimestre anterior, pero que duplica el promedio de 2019, que fue del 4,8%.

Este incremento de la población activa y de los ocupados se ha producido a la vez que se ha reducido el número de desempleados en 3.100 personas (-0,1%) y se sitúa en 3.719.800. En términos desestacionalizados la variación trimestral es de -1,6%. De esta forma la tasa de paro cerró 2020 en el 16,1%, lo que supone un incremento de 2,3 puntos en los 12 meses, y en el conjunto del año se situó en el 15,5%.

Esta tasa de paro mejora en 1,6 puntos la previsión del escenario macroeconómico de los Presupuestos Generales del Estado 2021 (del 17,1%) y se sitúa por debajo de las previsiones del conjunto de analistas y organismos nacionales e internacionales.

La evolución positiva del empleo en el segundo semestre del año, una vez que se eliminaron las medidas más duras de reducción de la movilidad para mitigar el impacto de la pandemia, permitió recuperar el 55% del empleo perdido en la primera parte del año. De este modo, en el conjunto de 2020 el número de ocupados cayó en 622.600 personas (-3,1%), y el de parados subió en 527.900 (16,5%).

Adicionalmente, en el cuarto trimestre se estabilizó en el entorno de las 900.000 personas, el número de trabajadores cubiertos en situación de ausencia por ERTE y paro parcial por razones técnicas o económicas.

El incremento de la ocupación en el cuarto trimestre fue generalizado en todos los sectores. El mayor aumento se produjo en el sector Servicios, con 79.600 personas más trabajando, seguido de Agricultura, con 51.000, y Construcción, con 30.900.

En términos interanuales, la ocupación se redujo en todos los sectores de actividad, con especial incidencia en Servicios, con una reducción de 537.100 trabajadores, seguido de Industria, con 70.100 ocupados menos y Agricultura con 11.800.

Por comunidades autónomas el comportamiento fue desigual, con regiones en las que creció la ocupación y otras en las que se redujo. Los mayores incrementos se produjeron en Andalucía, con 97.800 ocupados más, Madrid, con 62.100 y Castilla la Mancha con 22.300. Por el contrario, Islas Baleares registró una pérdida de 50.000 ocupados, seguida de la región de Murcia, con 4.500 empleados menos y Cantabria, con la reducción de 3.600 ocupados.

En el último año se registró un descenso de la ocupación en todas las comunidades autónomas, a excepción de Extremadura, Melilla, la región de Murcia y La Rioja. Las comunidades en las que disminuyó la ocupación fueron Cataluña, con 137.600 trabajadores menos, Canarias con 112.800 y la Comunidad de Madrid con, 107.00 ocupados menos.

En cuanto a tipos de contrato, la creación de empleo en el cuarto trimestre fue más intensa en los trabajadores con contrato temporal, con 107.200 ocupados más, frente a los 26.300 con contrato indefinido. En términos interanuales, la mayor pérdida de ocupados se produjo también en los trabajadores temporales, con una caída del 9% y la pérdida de 397.100 empleos.

La mejora del mercado laboral en los últimos meses del año ha beneficiado más a las mujeres, con 151.800 ocupadas más que a los hombres, con un incremento de 15.600. En términos interanuales, la caída de la ocupación es mayor también entre los hombres, con 338.800 ocupados menos que entre las mujeres, en las que el descenso fue de 283.800.

Durante el cuarto trimestre disminuyó en 3.100 personas el número de personas desempleadas, situándose el número de parados en 3.719.800 personas.

La tasa de paro se redujo en el cuarto trimestre hasta cerrar el año en el 16,1%, con una reducción de 0,13 puntos en el trimestre y un incremento de 2,3 puntos en términos interanuales. Ello lleva a una tasa de paro media en el conjunto de 2020 del 15,5%, muy inferior a la prevista por el conjunto de analistas y organismos, 1,4 puntos por encima del dato promedio de 2019, y en línea con la cifra de 2018.

El desempleo se redujo el pasado trimestre en todos los sectores, especialmente en Servicios, con 113.600 parados menos, Agricultura, con 23.300 e Industria, con 6,400 menos. Sube el paro de larga duración (quienes perdieron su empleo hace un año) en 172.500 personas, y baja en 29.800 personas entre quienes buscaban su primer trabajo.

En términos interanuales, el sector Servicios concentró la mayor subida del paro, con 297.500 desempleados más y entre los que perdieron su empleo hace más de un año, con 197.700 parados más.

Por comunidades autónomas, en el cuarto trimestre se redujo el paro en la mayor parte de regiones. Los mayores descensos se produjeron en Andalucía, con 21.100 parados menos, la comunidad Valenciana, con 24.800 y la región de Murcia, con 16.800 desempleados menos.

En términos interanuales el paro se incrementó en prácticamente todas las comunidades, excepto Extremadura, con 12.200 parados menos, la región de Murcia, con una reducción de 5.500 personas y Melilla, con 800 parados menos. Los mayores incrementos se produjeron en Cataluña, con 132.100, seguida de Madrid, con 127.700 parados más y Andalucía, con 83.400.

El número de desempleados se incrementó en el trimestre en 25.900 entre las mujeres y se redujo en 29.000 entre los hombres. De esta forma, la tasa de paro femenina se sitúa en el 18,1%, superior en 3,4 puntos a la masculina.

En términos interanuales, el desempleo se incrementó también más entre las mujeres, con 305.600 paradas más, frente a los 222.300 hombres que perdieron su empleo.

En cuanto a los jóvenes, colectivo especialmente afectado por el desempleo, en el cuarto trimestre se registró un descenso de 50.000 personas paradas. En el conjunto del año, aumentó el paro en 109.600 personas en el colectivo entre 16 y 24 años. La tasa de paro juvenil en el cuarto trimestre se situó en el 40,1%

La Comunidad de Madrid creó 62.100 nuevos empleos en el último trimestre del año 2020, consolidando así el nivel de los tres millones de personas ocupadas (en concreto, 3.067.500, un 2,1% más de empleados que el trimestre anterior), y generando empleo por segundo periodo consecutivo. Por su parte, en el transcurso de los meses de octubre, noviembre y diciembre el paro se incrementó en la región en 21.000 personas (+4,6%), con lo que el número total de desempleados se sitúa en 480.000 y eleva la tasa al 13,5%.

Pese a esta subida, la tasa de paro regional sigue estando 2,6 puntos por debajo de la media nacional (+16,1%), que en este mismo periodo ha aumentado en 167.400 ocupados (+0,9%) con un descenso apenas notable de 3.100 desempleados (-0,1%), para un total de 3.719.800 parados en el conjunto del país.

Estos datos, correspondientes a la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre del pasado año difundida hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejan los efectos negativos que ha tenido la crisis sanitaria del coronavirus a lo largo del pasado año 2020, si bien continúa produciéndose una evolución positiva en las cifras teniendo en cuenta la comparativa trimestral.

Así, en todo el año 2020 el número de ocupados en la región disminuyó en 107.100 personas (-3,4%) con respecto al año anterior, mientras que desciende también la ocupación en toda España (622.600 personas, -3,1%). Respecto al mismo trimestre de 2019, el número de desempleados en la Comunidad de Madrid aumentó en 127.700 personas (+36,2%).

En cuanto a la población activa -que mide el porcentaje de activos sobre la población total en edad de trabajar- la tasa de la Comunidad se sitúa en el 63,3%, más de cinco puntos porcentuales superior a la registrada en el resto del país (58,2%). Y en relación al trimestre anterior, la población activa en la región subió en 83.100 personas (+2,4%), alcanzando los 3.547.500 activos. La comparativa regional también es positiva a nivel interanual, con 20.600 nuevos activos en el último año (+0,6%).

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2020 reflejan que la ciudad de Madrid cerró el año pasado con una tasa de paro del 14 %. Si bien estas cifras se sitúan dos décimas por debajo del trimestre anterior, suponen un 3,8 % más que en el mismo periodo de 2019 y se mantienen 2,1 puntos por debajo del conjunto nacional.

La población activa ha aumentado un 2,5 % en términos interanuales, situándose el total de empleados en 1.721.200 personas y elevando la tasa de actividad en seis décimas hasta el 62 %. Se detecta un incremento del 1,5 % de la población mayor de 16 años, lo que genera un aumento de paro que no se relaciona directamente con la destrucción de empleo.

El número de madrileños ocupados ha disminuido un 1,9 % en términos interanuales, lo que supone un descenso de cuatro décimas en relación con el trimestre anterior.

El número de parados, en comparación con el año pasado, ha aumentado un 40,9%, lo que refleja un incremento de 2,5 puntos con respecto al tercer trimestre de 2020.

Los datos conocidos este jueves sobre la población activa madrileña reflejan los efectos sobre el empleo de la crisis económica y social padecida en 2020. Una crisis que ha dejado 480.000 personas en desempleo, casi 128.000 más que hace un año. Paralelamente, se han perdido 107.000 ocupaciones. Estas cifras nos hacen retroceder en materia de empleos y ocupación a 2018, mientras que en desempleo retrocedemos a 2017, borrando en unos meses las lentas mejoras en el empleo de los dos últimos años.

En el último trimestre del año el paro ha vuelto a subir en casi 21.000 personas, con lo que son ya 127.700 personas más en situación de desempleo en tan solo un año (36% más), situando la cifra de personas paradas en la Comunidad de Madrid en 480.000. En España el incremento del desempleo ha sido de casi 528.000 personas (16,5%) lo que supone que casi una de cada cuatro nuevas paradas registradas en la EPA se encuentra en Madrid.

Aumenta además el periodo de permanencia en el desempleo. Se han incrementado especialmente las que llevan entre seis meses y un año buscando empleo como efecto de la caída de la contratación experimentada desde marzo del año pasado y que aún no se ha recuperado. También crece el número de las que llevan en desempleo entre tres y seis meses y entre uno y dos años, lo que hace que el perfil de las personas en desempleo tienda a periodos de paro más largos, con el riesgo de perder prestaciones o cronificarse en el desempleo.

El grupo de parados no vinculados a un sector (por buscar su primer empleo o llevar más de un año sin ocupación) es el que más creció. Con más de 45.000 nuevos parados en esta situación en el último trimestre y casi 61.000 en un año, este grupo supone la mitad de las personas en paro en la región. Por sectores, servicios, que es el sector predominante en la actividad económica madrileña, ha aumentado, en el año, en 58.400 el número de personas en paro (casi un 40%), pero porcentualmente, el sector más afectado es industria (46% de incremento del desempleo).

Por sexo, este trimestre el paro creció más entre los hombres. De las 20.900 nuevas personas en paro, 15.000 fueron hombres y 6.000 mujeres. Pero, en el año, el desempleo ha crecido más entre las mujeres (68.700 paradas más frente a 58.900 hombres) lo que hace de 2020 un año también negro en la lucha contra las brechas de género. La tasa de paro al terminar 2020 se sitúa en el 13,53 cuando hace tan solo un año era del 9,99. Pero en el caso de los hombres es del 12,68% (3,28 puntos más que hace un año) y en el caso de las mujeres la tasa de paro es del 14,40, (3,80 puntos más que hace un año y una diferencia de casi dos puntos con los hombres), a pesar que de que el mayor peso de la inactividad (personas que no tienen ocupación pero que tampoco están buscando un empleo y se encuentran retiradas del mundo laboral) suaviza las diferencias por sexo que refleja la tasa de paro.

Por edad, las diferencias son aun más evidentes. El mayor incremento del desempleo se ha dado entre los menores de 25 años, que elevan la tasa de paro en casi 10 puntos, hasta el 34,2%. Aunque la mayor incidencia del desempleo está en el grupo de menores de 20 años (con una tasa de paro del 55%), y el que ha tenido un impacto negativo mayor es el grupo de 20 a 24 años (su tasa de paro es del 30,8 y el incremento de casi 11 puntos).

El incremento de la tasa de paro es paralelo a la caída de la ocupación. En un año se han perdido 107.000 ocupaciones. En este caso han sido 57.900 hombres y 49.100 mujeres. Pero la presencia de las mujeres sigue siendo menor que la masculina en el mercado laboral. De las 3.067.5000 personas ocupadas en Madrid, casi 1,57 millones son hombres, frente a 1,5 mujeres.

Resultan muy significativos los datos de ocupación por sector y situación profesional. En el balance del año, el número de trabajadores por cuenta propia apenas ha cambiado. Sin embargo, el número de personas trabajadoras por cuenta ajena ha bajado en 100.00 ocupados menos. Esa caída de la ocupación se debe a la pérdida de empleos por cuenta ajena (133.000) mientras que el sector público ha crecido en 33.000 personas ocupadas. Los empleos temporales del sector privado han sido los más expuestos en esta crisis.

Hay que tener en cuenta que estos datos no reflejan el efecto de los ERTES. Las 150.000 personas que en Madrid siguen afectadas por suspensión temporal del empleo, ya sea total o parcial, así como el efecto de estas medidas desde marzo, ha contribuido a amortiguar el impacto sobre el paro y la ocupación derivados del parón de muchas actividades.

Ante esta situación, CCOO considera imprescindible mantener los mecanismos de protección al empleo –los ERTES-, una herramienta que garantiza eficazmente el mantenimiento de los puestos de trabajo en las empresas en crisis y la actividad. Pero a medida que la crisis iniciada en marzo mantiene sus efectos en el tiempo se hacen necesarias otras actuaciones: medidas urgentes de protección a las personas en desempleo y medidas de especial atención a resultan más golpeados por esta situación, es decir mujeres y jóvenes, y personas desempleadas de larga duración, que vuelven a crecer en nuestra región.

Pero también es necesario reactivar la economía. Además de proteger las actividades más afectadas (la hostelería, el comercio minorista, el turismo) se deben promover los cambios productivos necesarios. Antes de la crisis de 2020 no se hizo lo suficiente por mejorar los servicios públicos, la sanidad y la educación, por modernizar la industria y desarrollar sectores tecnológicos, así como la investigación y la biomedicina, por impulsar la digitalización y la transición energética y los retos ambientales. Esto no solo hace más vulnerable nuestro mercado de trabajo sino que nos coloca en peor situación también para afrontar la crisis sanitaria.

La crisis de 2020 debe servirnos para impulsar una reconstrucción sobre las bases mencionadas y que resuelva los viejos problemas de siempre -brechas y precariedad- y para afrontar los nuevos.

 

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