05
Oct
2021
España celebra el treinta aniversario del Protocolo de Madrid del Tratado Antártico Imprimir
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Foto cedida por Ministerio de Medio AmbienteEstablece la protección del continente y su destino "a la paz y a la ciencia"

Treinta años después de la firma del Protocolo de Madrid (1991) como pieza fundamental en el marco jurídico de aplicación del Tratado Antártico, representantes de 30 países han adoptado una nueva declaración para avanzar en la protección de los ecosistemas antárticos, con especial énfasis en la designación de nuevas áreas marinas protegidas en el océano austral.

La Declaración de Madrid ha sido aprobada en el transcurso de una sesión de alto nivel organizada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y subraya la necesidad de "prestar especial atención a la conservación de la vida salvaje, de la diversidad biológica marina, el buen funcionamiento de los ecosistemas antárticos y la futura elaboración del Sistema de Áreas Antárticas Protegidas". Asimismo, se anima a las naciones integrantes del sistema del Tratado Antártico a asumir el mandato de su Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR) y designar nuevas áreas marinas protegidas (MPAs).

Existen tres propuestas de nuevas MPA: Antártida Oriental y Mar de Weddell, ya en un avanzado estado de desarrollo, y Península Antártica en fase de elaboración, que se someterán a debate a lo largo del mes de octubre en CCAMLR. La reunión de hoy en Madrid pretende ganar impulso para facilitar el diálogo y el consenso internacional para lograr este objetivo, largamente demorado.

En su intervención, el presidente del Gobierno ha reafirmado el compromiso de España en la protección de la Antártida y mares circundantes para que sigan siendo, como hasta ahora, territorio dedicado a la paz y la ciencia, tal y como estableció el Protocolo de Madrid tres décadas atrás. Ahora, cuando el cambio climático muestra sus efectos más adversos en las áreas polares, es imprescindible seguir avanzado en la preservación de estos ecosistemas con las medidas necesarias para garantizar su supervivencia. España -ha afirmado- estará siempre en primera línea de ese esfuerzo multilateral, guiado por las evidencias y el rigor científico.

Esas mismas evidencias, según ha recordado el presidente, indican que las áreas marinas protegidas son "una de las medidas más exitosas de conservación de la biodiversidad", que establecen límites a la actividad humana en el mar, frenan la sobrepesca y mejoran la capacidad del océano para seguir ejerciendo como gran regulador del clima del planeta. Por esta razón, establecer "nuevas áreas protegidas es crucial para preservar la biodiversidad marina".

En la misma línea, Teresa Ribera ha recordado ante los asistentes a la sesión de alto nivel -celebrada en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid- que solo el 5% del océano que rodea la Antártida está protegido. Una cifra insuficiente para cumplir los nuevos objetivos en conservación de la biodiversidad que la comunidad internacional negocia en el marco de la Convención de Diversidad Biológica (CBD) y que se someterán a votación en 2022 en China. En este momento es necesario ganar ambición y acrecentar esa red de seguridad. "Es uno de los principales retos que tenemos por delante", ha dicho Ribera. "Las áreas marinas protegidas contribuyen de manera decisiva a mantener los ecosistemas y aumentar su resiliencia frente a los impactos del cambio climático".

La vicepresidenta ha conducido la ronda de diálogo ministerial con los representantes de las decenas de gobiernos de todo el mundo que han tomado parte en el acto. Entre otros, el enviado especial presidencial de EEUU para el Clima, John Kerry, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arden, la ministra para la Transición Ecológica de Francia, Barbara Pompili, o el ministro chileno de exteriores, Andrés Allamand.

En su intervención por videoconferencia, Kerry ha recordado que hay países importantes que aún no se han comprometido en la protección medioambiental de la Antártida y los mares circundantes, a los que animó a sumarse ahora que la emergencia climática no admite demoras. Además, la comunidad internacional debe limitar la sobrepesca en áreas clave del océano austral y la designación de nuevas áreas marinas protegidas es la herramienta adecuada para preservar los recursos biológicos y los ecosistemas.

Previamente al diálogo ministerial se han desarrollado tres mesas de debate científico, institucional y social sobre el proyecto antártico en las que se han abordado los avances registrados desde la firma del Protocolo de Madrid y se han analizado los desafíos derivados de la crisis climática global y de la actividad humana. Entre otros, han participado investigadores, representantes del Comité Polar Internacional y del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha inaugurado, junto a la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y al primer ministro de Australia, Scott Morrison, un encuentro para celebrar el 30º aniversario del 'Protocolo de Madrid'.  'Antártida: presente y futuro' tiene como objetivo analizar los retos medioambientales terrestres y marinos a los que se enfrenta y movilizar a la comunidad internacional para lograr un acuerdo para ampliar las áreas marinas protegidas en la Antártida.

El presidente del Gobierno ha destacado: "Una de las amenazas más graves a las que se enfrenta la Antártida es el cambio climático, que constituye un peligro real para la supervivencia a largo plazo de las comunidades marinas antárticas".

El 'Protocolo de Madrid', firmado en 1991, estableció un marco de protección integral para el medioambiente de la Antártida y prohibía de forma indefinida toda actividad relacionada con los recursos minerales, excepto la investigación científica. En el documento se destaca la importancia de seguir desarrollando iniciativas de cooperación científica multidisciplinar y de protección de espacios marinos.

Sánchez ha señalado que el 'Protocolo de Madrid' "demuestra el valor del derecho internacional como herramienta eficaz para gestionar bienes comunes", ya que, como ha destacado, "la gobernanza antártica se basa en la confianza y la responsabilidad mutuas, ya que no existe una autoridad central que establezca las normas".

Sánchez ha destacado que la ciencia "debe inspirar la educación de nuestras sociedades para un futuro mejor". En este sentido, el presidente ha llamado a trabajar para "garantizar que la Antártida siga siendo un espacio libre y cooperativo para el desarrollo de proyectos científicos, en un marco de mutua confianza y cooperación internacionales".

La implicación de España en la Antártida se plasmó con la puesta en marcha de dos bases de investigación científica: la Juan Carlos I, inaugurada en 1988 y coordinada por el CSIC, y la Gabriel de Castilla, que empezó su funcionamiento un año más tarde y que está gestionada por las Fuerzas Armadas españolas. Desde entonces, investigadores y técnicos españoles desarrollan proyectos científicos, de forma ininterrumpida durante el verano austral, en temas de cambio climático, contaminación, pingüinos y vulcanología.

El presidente ha destacado la gran biodiversidad del Océano Austral y la importancia de su protección porque "constituye un auténtico reservorio de especies". Un ejemplo de la importancia del buen funcionamiento de todo el ecosistema marino es el kril, un pequeño camarón cuya supervivencia depende de que no aumente la temperatura del océano, es fundamental para la alimentación de numerosas especies de ballenas, pingüinos y peces.

La clasificación de una zona como Área Marina Protegida la convierte en un espacio restringido para la pesca, con lo que se busca preservar especies marinas, biodiversidad, hábitat y zonas de alimentación y de cría, entre otros. En la Antártida hay dos: la de las Islas Orcadas del Sur, y la del Mar de Ross. España y el resto de los Estados Miembros de la Unión Europea apoyan las propuestas para crear tres nuevas Áreas Marinas Protegidas: la Antártida Oriental, la del Mar de Weddell y la de la península Antártica.

Durante el evento organizado en el Museo Arqueológico Nacional, el presidente Sánchez ha recibido una petición ciudadana de apoyo, respaldada por más de 1,5 millones de firmas, por la que se apoya la creación de estas tres nuevas áreas marinas protegidas. "Tenemos que seguir trabajando juntos por una Antártida para la paz y para la ciencia, ya que esto nos proporcionará ventajas a todos y un futuro más sostenible y resiliente para nuestras sociedades y para nuestro planeta.", ha concluido el presidente del Gobierno.