23
Feb
2022
Casado ningunea a Ayuso y provoca una cascada de dimisiones que se lleva por delante a Teo García Egea Imprimir
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Foto cedida por PPAlmeida abandona la portavocía del PP y aprueba una comisión de investigación en el Ayuntamiento de Madrid

Después de seis días de tensión comenzaban a ocurrir cosas en el seno del Partido Popular, y además, en cascada. La última decisión polémica de Pablo Casado provocaba una ola de dimisiones y peticiones de Congreso Extraordinario que terminaba, a última hora de la tarde, con la dimisión de su Secretario General.

Así todo apunta a que las horas de Casado al frente del PP están a punto de agotarse y que difícilmente llegará al cónclave convocado para el próximo martes. La mañana comenzaba, como ya es habitual la última semana, a primera hora con las declaraciones del alcalde de Madrid.

Almeida anunciaba en el Pleno de de Cibeles que su partido iba a apoyar toda iniciativa tendente a descubrir lo ocurrido en el asunto de los espías, algo que se sustanciaba por la tarde cuando el PP votaba a favor de la creación de una comisión de investigación que era apoyada por todos los partidos a excepción de VOX, que se abstenía.

Mientras Almeida estaba dentro de Cibeles, Casado intentaba una última maniobra para salvar su puesto convocando a todos los líderes autonómicos a excepción de Isabel Díaz Ayuso. La razón para no convocar a la presidenta madrileña es que sólo llamó a aquellos presidentes autonómicos que a su vez eran presidentes del partido,  pero la decisión no gustó a casi nadie y enseguida comenzó a traducirse en dimisiones.

Así Almeida abandonaba el Pleno para anunciar a los periodistas que, desde ese momento, dejaba de ser el portavoz nacional del Partido Popular, centrándose en la gestión municipal.

A la dimisión de Almeida seguían una cascada de abandonos del núcleo duro del Gobierno de Casado, que fueron abandonando sus cargos durante una mañana intensa. Además el grupo el grupo popular del Congreso, con Suárez illana a la cabeza, exigía la convocatoria urgente de un Congreso Extraordinario y no esperar a la celebración del cónclave del próximo martes.

Martes, porque como siete días les parecía poco a la ejecutiva del partido, decidían prolongarlo un día más para no coincidir con el día de Andalucía.

Con la presión subiendo minuto a minuto, Casado intentaba que Teodoro García Egea presentase su dimisión sin conseguirlo hasta bien entrada la tarde. El ya ex secretario del partido abandonaba Génova con dirección a La Sexta, donde concedía su primera entrevista tras abandonar el cargo.

Pero los movimientos en el seno del PP no sólo se quedaban en la calle Génova, pues los tribunales comenzaron a hablar. Así, a primera hora de la mañana, la Fiscalía admitía a trámite la denuncia de los partidos de izquierda contra Ayuso abriendo diligencias previas para descubrir lo ocurrido con el contrato de las mascarillas.

Eso sí, tal y como ya habían anunciado en la jornada anterior, todo apunta a que el reproche penal es inexistente, por lo que la Fiscalía Anticorrupción decidía no enviar el caso a la del Supremo, trámite necesario para abrir una investigación contra la presidenta de la Comunidad de Madrid al estar aforada.

También por la mañana se desvelaba que un particular había presentado una demanda en un juzgado de Madrid pidiendo explicaciones por el acceso no autorizado a datos personales del hermano de Ayuso. En concreto se considera que se ha vulnerado la Ley de Protección de Datos, por lo que se piden explicaciones y se solicita que se descubra quién accedió y por qué razones a datos sensibles.

Así las cosas, la jornada de este miércoles también se presenta intensa. Casado acudirá a primera hora al Congreso de los Diputados para hacer su última pregunta al presidente del Gobierno en una comparecencia que tiene mucho de despedida. Por la tarde, y si los acontecimientos no se precipitan, Casado se reunirá con los barones autonómicos sin presencia de Ayuso para tomar decisiones con respecto al futuro del partido.

Un futuro, por cierto, que se presenta mucho más oscuro de lo que pueden esperar sus dirigentes, pues la primera encuesta con trabajo de campo íntegramente posterior al estallido de la crisis es demoledora para los intereses electorales del Partido Popular.

En concreto, desvelaba esta encuesta, hoy el Partido Popular conseguiría los peores resultados de su historia arrasado por un VOX que se encuentra a veinte escaños de ganar las elecciones.