29
Ene
2013
Joseba el cómico, autor de la canción "De Torrejón" Imprimir
Lente de Aumento - Vecinos Ilustres
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En pocos días consiguió revolucionar la localidad con un himno muy especial

“Por culpa de los aviones estoy más sordo que el copón...” Pocos son los torrejoneros que no conozcan esta frase, y es que así comienza el fenómeno musical de los últimos meses en Torrejón, una canción que se ha convertido en todo un himno y que se distribuyó en muy poco tiempo por la localidad.

Lo que quizás no tantos sepan es quien es el autor de la divertida canción: Joseba Pérez, alias Joseba el Cómico, un torrejonero que decidió dar un toque diferente a sus monólogos comenzándolos con una canción peculiar. Pero Joseba es mucho más, tal y como él mismo se define es Cómico, Cantante, Guionista, Actor, Locutor, y Dibujante, y, afirma, todo lo hace mal. Y sin embargo a estas facetas hay que sumarle dos más: compositor de la canción de Torrejón, y torrejonero de toda la vida.

A Joseba comenzamos a conocerle en el programa de Paz Padilla, pero ¿como nació Joseba el Cómico?

Yo hacía un programa de radio con dos amigos en Radio Enlace de Hortaleza, y era un programa de humor. Para ser una local funcionó muy bien, y estuvimos nueve temporadas en antena. Luismi, uno de los compañeros, impartió un curso de monólogos y nos apuntamos. En el curso comienzas a hacer pequeños monólogos de cinco, ocho minutos, y empiezas a probarlos con público. Y lo cierto es que cuando comencé a hacer monólogos de veinte minutos empecé a trabajar en ello con otros dos compañeros y hacíamos la obra a medias. Poco a poco vas cogiendo tablas, completas repertorio, y cuando tienes un espectáculo montado, a moverlo.

¿Qué es lo más difícil de hacer un monólogo?

Primero, aprender a enfrentarte al público: las primeras veces te tiembla la mano, la voz, no dices las cosas con seguridad... y luego escribir. No todos los días tienes la inspiración. El monólogo debe ser una mezcla de ideas, vivencias y creencias del autor.

¿Es Torrejón el lugar ideal para los monologuistas?

Torrejón está muy bien para hacer monólogos. Yo actúo en el Tastevín, el Nará, el Teatro, la sala Becker...La gente se acostumbró a que los jueves había monólogo, y así se crea una cultura de monólogo que beneficia mucho al espectáculo.

Todo Torrejón te conoce por De Torrejón, pero ¿cómo nació la canción?

En mi espectáculo meto guitarra porque me gusta cantar. Y cuando volví al Tastevín decidí, en lugar de dedicar los cinco primeros minutos a hablar de Torrejón, escribir una canción. Entonces hice el rock y yo mismo me grabé en casa. Antes del estreno la pasé a mi grupo de Whats App para que la escucharan y uno de ellos comenzó a enviarla. Esto ocurrió un miércoles y el jueves actué en directo para presentarla. El sábado amigos ya me dijeron que la gente la iba escuchando en el coche, y hay bares en que la ponen todas las noches.

Sin embargo el resto de España te conoce por el Villancrisis...

En Navidad grabé un villancico para terminar las actuaciones porque me gusta que la gente cante también en el espectáculo. Y pasó lo mismo, pero a nivel nacional. Lo han puesto en varias emisoras de radio, y me ha dado a conocer un poco más. La mayoría de monologuistas que llenan teatros salen en televisión, pero en mi caso la publicidad me llegó por el villancico. Es un popurrí de villancicos con las letras cambiadas y hablando de la crisis. Intenta no ser demasiado polémico, porque en este país si criticas a unos, te quitas la mitad del público, así que tengo por norma no hablar ni de política ni de fútbol en mi espectáculo.

Con tu canción has reavivado el orgullo torrejonero...

Yo llevo aquí toda la vida, y, salvo en fiestas, no he vivido un sentimiento torrejonero. Por eso el truco que utilicé fue recurrir a la fiesta como elemento aglutinador. Luego me di cuenta de que faltan muchas cosas, como algunas peñas, pero la canción tampoco podía durar diez minutos.

Además de hacer monólogos, trabajas en una obra de teatro que está teniendo un gran éxito...

Ahora estoy en el Teatro Alfil con la obra Indignados. Fue un proyecto que surgió de la nada absoluta. Se quedó libre una noche en el Teatro y la productora me llamó y me dijo si quería quedarme la noche, pero con dos compañeros, y sin hacer monólogos independientes, sino contando una historia. Como no teníamos historia, localizamos la trama en la Puerta del Sol el 15-M, y convertimos los monólogos en conversación. Y así nació indignados. Cuando terminamos la primera noche bajó el director de Yllana a vernos y felicitarnos por la obra, y desde entonces hemos tenido llenos casi todas las noches.