03
Nov
2016
Gran Hermano 17 (GH 17): Expulsión Alain, Pol, Adara o Bárbara; piden la expulsión de Fernando; y el programa toma medidas disciplinarias Imprimir
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MasterChef Celebrities llega el próximo domingo y GH intenta salvar el Debate provocando cambios en la casa

Si recordáis la segunda semana de esta edición, el programa decidió cerrar el ContraClub por la situación vivida tras la entrada de Pablo, y todo apunta a que esta noche también se cerrará, no sabemos si para siempre, el Club (justo antes de la entrada de Pablo, por cierto). Y es que el programa ha decidido tomar medidas disciplinarias para cortar de raíz la tensión que vive la casa desde que el grupo mayoritario perdió el poder en el Club y, como consecuencia, salió Fernando.

Desde ese momento, Clara ha iniciado una cruzada contra Bárbara y Adara que en esta semana ha alcanzado cotas inéditas en el programa (y viniendo de Bea la Legionaria, Laura Campos, o todo GH 8 eso es todo un record) de agresividad verbal y física, aunque sin llegar a las manos. Y es que, pensando (todo apunta a que no va a ser así) que el público va a expulsar a Pol y el repescado será Fernando (hasta le han preparado un hueco en el armario para su ropa), Clara está mucho más subida de lo habitual, lo que provocaba una de las mayores broncas de la edición en la noche del lunes.

Pero vamos por partes, porque hay mucho más. Si recordáis el anterior post, habíamos dejado al grupo minoritario devastado por la nominación de Bárbara, Adara y Pol, mientras Clara no podía contenerse y desvelaba que había sido ella la responsable de la nominación del luchador, y que lo había hecho para hacer sufrir a Adara igual que ella sufrió cuando se fue Fer. Las consecuencias fueron instantáneas tanto dentro como fuera de la casa: dentro, provocando una bronca espectacular en la que Pol, por fin, decidió dar la cara; y fuera, dando la vuelta a unos porcentajes que auguraban la expulsión de Pol por una amplia mayoría. Y es que difícilmente se puede jugar peor que lo está haciendo este grupo mayoritario. Si Clara estaba tan segura de que el público iba a expulsar a Pol, lo lógico hubiera sido que dejase pasar el tiempo y que la decisión de la audiencia cayese como un mazazo sobre Adara, pero en lugar de eso prefirió vender la piel del oso antes de cazarlo y esta noche puede llevarse una de las mayores decepciones del concurso.

Y es que un Alain que apuntaba a finalista va a ser sacrificado en el ara de la audiencia para salvar la única trama que ha medio interesado al público de esta edición. Y el motivo es muy claro: octubre se ha ganado por los pelos, pero noviembre es otra historia, y TVE ya ha decidido sacar la artillería, como demostrará el próximo domingo con el estreno de MasterChef Celebrities, la tercera edición del concurso de cocina en la que esta vez se enfrentarán famosos.

Todo apunta a que TVE no va a ser tan condescendiente como Antena 3 en la batalla por la audiencia, y va a atacar donde sabe que más duele: en el Debate, un Debate que, tras la eliminación del Límite se ha quedado como único programa satélite de la casa de cristal (y eso a pesar de las audiencias que está consiguiendo). La pantalla amiga decidía mover La Que Se Avecina al martes para enfrentar a Loles León contra sí misma, y la respuesta de la pública no se ha hecho esperar: en lugar de poner la cocina el martes, será el domingo cuando luche por acabar con un Debate en horas muy bajas.

Precisamente por eso, y para dar contenido a ese Debate del domingo, la gala de esta noche es imprevisible, con la expulsión de un concursante y el abandono de la repesca de otros dos, sin Club y con medidas disciplinarias, y con el interrogante de qué ocurre con las nominaciones (tal vez se las guardan para el domingo, buscando que haya algo con interés durante el programa).

Pero vamos al tema. La euforia incontenible de Clara tenía enseguida efectos colaterales, ya que Bea, al verse vendida por su amiga, decidía comenzar a alejarse del grupo mayoritario. Tanto es así que Clara, no fiándose de ella, la espió al día siguiente mientras le contaba a Bárbara y Adara lo ocurrido en el otro grupo. Con neo-pulpillo destapada, Clara comenzaba a verse atrapada en el juego maquiavélico de Adara y Bárbara (ella misma se dio cuenta de que debía haberse autonominado en lugar de salvarse), con las que mantuvo las distancias hasta el domingo por la noche (a excepción de una bronca por el cartel “reservado nominados” que colgaron Adara y Bárbara en su habitación, y otra durante la emisión de radio del sábado por la noche).

Y es que el Debate de Halloween sirvió para que los miembros del Club viesen los porcentajes, una información que Clara no supo administrar y provocó lo que ocurriría al día siguiente. Sabiendo que Pol tenía posibilidades de marcharse, Clara jugó a ser Bárbara, intentando provocar al grupo minoritario para perjudicar al luchador, pero el tiro le salió por la culata, al no ser capaz de prever las consecuencias (ser Pepe Herrero no es tan fácil, aunque se conozca la estrategia a seguir).

Clara vio su ventana de oportunidad al comprobar que había un bote de nocilla abierto, y enseguida saltó al cuello de sus rivales acusándoles de comer a escondidas. Lo que Clara no sabía es que ese bote no lo abrieron ni Adara ni Bárbara, sino Candelas cuando ocuparon la casa en las nominaciones del terror.

Tras las acusaciones, Bárbara y Adara decidieron vengarse comiéndose unas magdalenas, a lo que los mayoritarios respondieron iniciando una escalada de bromas que no auguraba nada bueno: sal en el agua que debía tomarse Bárbara durante la prueba, robo del tinte de Bárbara y para terminar, un chorrito de vinagre en las camas de las nominadas.

Con razón, Bárbara pidió explicaciones, y al no salir la culpable (Bea), decidió tomarse la justicia por su mano vaciando una jarra de agua en las camas de sus compañeros. La guerra ya había estallado y era imposible pararla, pero pocos podían imaginar que iba a terminar como terminó.

Tras acusarse mutuamente de robar comida, Clara saltó literalmente sobre Bárbara y Adara, encarándose con ellas y gritándoles a pocos centímetros de su cara. Automáticamente el programa decidió cortar la emisión y, a la vuelta, Clara se encontraba tumbada sobre su cama en un estado mucho más relajado.

Como no podía ser de otra forma, las redes enseguida comenzaron a pedir la expulsión de Clara por un comportamiento que no era la primera vez que ocurría (os recuerdo que el domingo anterior a la expulsión de Fernando también fue llamada al confesionario para advertirle de que hay comportamientos intolerables en el programa).

Desde entonces sólo ha habido algún conato de bronca, aunque sin llegar a mayores, y eso que Clara sigue buscando las cosquillas. Así, anunciaba que, como lideresa “in pectore” del Club no iba a comprar ninguno de los productos que le pide Bárbara.

Sin embargo, la tensión entre los grupos no es la única que se está viviendo en la casa en los últimos días, ya que el Apartamento ha recuperado el espíritu del ContraClub con broncas también constantes. En concreto, Fer intentó por todos los medios comer la cabeza a Pablo para que abandonase a Bárbara si volvía a entrar, pero el de Londres resistió numantinamente el acoso de los otros tres concursantes. Tras la salida de Montse el domingo, la guerra se recrudeció, con un Pablo mucho más envalentonado que no dudó en cantar las cuarenta a Fer. La cosa siguió en calma tensa hasta que Candelas decidió espiar lo que contaba Fer en el confesionario.

Pero si se está hablando fuera de Fer no es por ninguna de estas broncas, sino por un comentario totalmente fuera de lugar que profirió el sábado. El sevillano, en una conversación sobre homosexualidad, contaba que su primo era gay y se suicidó, algo que desvelaba mientras se partía de risa. Obviamente la actitud del personaje no sentó nada bien al público, que no dudó en abrir una petición en change.org pidiendo la expulsión inmediata de Fernando. Esta vez la cosa no va tan rápida como con Álvaro, pero todo apunta a que esas más de 4.200 firmas serán suficientes para que Fernando salga esta noche de la casa.

Y terminamos con carpetas, o más bien con la única carpeta que ha evolucionado algo. Bea y Rodrigo continuaron desde el jueves con su “carpeta clandestina” hasta que el martes decidieron contárselo a una Noelia que ahora se vende como enamorada de Rodrigo. La sorpresa se la llevaron ellos cuando Noelia les dijo que ya sabía que estaban juntos, al igual que el resto de la casa, pero que no le importaba lo más mínimo. Tras el baño de realidad, Rodrigo intentaba acercarse a Noelia dejándole caer que lo suyo con Bea es mero interés de cara al concurso (pobre naranjita. Si hasta se ha cortado el pelo por él....).