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21
Abr
2017
Representantes de setenta países participan en el Foro de Violencias Urbanas PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por Ayuntamiento de MadridEsta tarde se clausura el evento

La ciudad como célula desde la que gestionar y responder a los retos demográficos y sociales que afrontan los países en el siglo XIX,  a mediados del cual se calcula que el 80% de la población será urbana. Así han coincidido los participantes de la primera sesión plenaria celebrada en el marco del I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz.

El cambio climático, la salud, la desigualdad, la discriminación, la inmigración y la llegada de refugiados son algunos de los retos más acuciantes apuntados por los participantes de la sesión plenaria, que alcanzan su máxima concentración en los ámbitos urbanos y que, por tanto, deben ser respondidos desde la acción local de las ciudades. De ahí que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, junto con la de París y Roma, Anne Hidalgo y Virginia Raggi, haya reivindicado la importancia de que los ayuntamientos inserten iniciativas por la paz dentro de sus estrategias de gobierno. “Con la respuesta violenta que dan los gobiernos nacionales a los ataques terroristas que sufren las ciudades, el mensaje que se transmite es que la respuesta a la violencia es más violencia. No se puede maltratar o dejar morir a las personas que necesitan algo para vivir. El problema será cada vez mayor en la medida en que no seamos capaces de dar una respuesta pacífica”, ha señalado Carmena.

Por su parte, Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex director general de la UNESCO, ha añadido a la importancia de las ciudades el papel de la mujer y la educación: “Nos confunden diciendo que educación es capacitación. Educación para la paz es reconocer que todos los seres humanos somos iguales en dignidad”, un concepto que representa la base de la concordia.

La sesión también ha contado con la intervención de Leila Zerrougui, exrepresentante especial del SG de NNUU para los niños y los conflictos armados; Mpho Parks Tau, presidente de la Asociación de Gobiernos Locales de Sudáfrica (SALGA) y concejal de Johannesburgo; así como con experiencias internacionales de acción local.

Al inicio de la sesión, el gobernador de Brasilia, Rodrigo Rollemberg, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, han recibido el galardón de Capital Iberoamericana de la Paz de manos de Luis Revilla, copresidente de Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) y alcalde de La Paz y de Mpho Parks, presidente de la Asociación de Gobiernos Locales de Sudáfrica (SALGA).

Con los atentados de Londres, París o Bruselas muy presentes en el debate, los ponentes de la mesa sobre Violencia por Terrorismo Internacional, entre los que se encontraban la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y  sus homólogos de Bruselas, Berlín, Trípoli y Montreal, coincidieron en señalar la falta de identidad como uno de los principales caldos de cultivo del terrorismo islámico en Europa.

La periodista Susana Griso moderó una ponencia en la que se pusieron de manifiesto algunos de los principales retos que afrontan actualmente tanto las instituciones como la sociedad para combatir un nuevo tipo de terrorismo islamista. Una lucha que jamás puede hacerse desde la violencia. “Las instituciones tienen que tener comportamientos ejemplares. En ningún caso, los Estados pueden comportarse como los terroristas”, subrayó Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid.

Los gobiernos se enfrentan igualmente a otro desafío, el del propio origen de esta violencia. Porque, como declaró el alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, “quienes cometen estos actos son europeos, gente nacida y educada en nuestro territorio”.  Por eso, y dado que la radicalización se incuba aquí dentro, los ponentes subrayaron la importancia de detectar  las causas de este extremismo.

Mayeur advirtió de que en la capital belga “el estrato social no es el desencadenante de esta radicalización”, y apuntó más hacia la vinculación de jóvenes terroristas con “un pasado de delincuencia y criminalidad”. Mientras, el libanés Ahmad Kamareddine, al frente de la alcaldía de Trípoli, explicó que en su país la pobreza sí se perfila como un motivo de radicalización. “Los terroristas van a barrios pobres, donde la gente no tiene ni dinero ni esperanzas, y se acercan a ella hablándole de política”, aseveró Kamareddine. La religión juega pues, en muchos casos, un papel secundario en el proceso de radicalización.

La falta de identidad de jóvenes europeos con ascendencia musulmana es, según afirmaron los ponentes, un nexo común en la radicalización. Como conocedor de primera mano del problema, el regidor de Bruselas expuso que “esos jóvenes están buscando una identidad y es eso lo que les conduce a la acción violenta”. Este es también el caso de muchos lobos solitarios, que encuentran su fuente de radicalidad en Internet.

Por eso, tanto Carmena como sus homólogos de Montreal y Berlín incidieron en la importancia de las políticas educativas y de integración tanto por parte de las instituciones, como de las escuelas y la sociedad en su conjunto.

El diálogo, la integración social y huir de los radicalismos políticos son, según expresaron, la mejor manera de combatir esta problemática. Una vía con la que conseguir un equilibrio entre “seguir con nuestra forma de vida,  y mantener tolerancia cero con el terrorismo y la islamofobia”, en palabras del alcalde de Montreal, Dennis Coderre. Sobre esta misma tolerancia versó parte de la ponencia de Carmena, quien abogó por la importancia de la solidaridad en todas sus vertientes,  desde la acogida de los refugiados al apoyo a las víctimas de los atentados.

De entre los aspectos abordados en la mesa sobre Violencia LGTB, celebrada en el marco del Foro de Madrid, hay uno que ha concitado unanimidad: instar a los Gobiernos a actuar proactivamente en la defensa de los derechos de este colectivo y a concienciar a la población sobre los mismos. Moderada por el presidente de la Federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, (FELGTB), Jesús Generelo, en la mesa han participado, entre otros, Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba; Nuria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet; Jacqueline L’Hoist, presidenta del Consejo para Prevenir la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) y Francisco Maroto,  alcalde de Campillo de Ranas (Guadalajara).

Dentro del colectivo, las personas transexuales son las que sufren mayores índices de discriminación, y así quisieron dejarlo patente los ponentes de la mesa. Entre ellos, Tiago Amparo, de la ciudad brasileña de Sao Paulo, quien comentó la iniciativa del gobierno local para fomentar la “reinserción de los jóvenes excluidos en la vida social y laboral” a través del proyecto Transciudadanía. Una iniciativa municipal que destina  una dotación económica para aquellas personas transexuales que han sido excluidas, sobre todo del ámbito escolar, y que, gracias a esta ayuda, pueden retomar sus estudios e insertarse en la vida laboral.

Aunque la implicación de las instituciones es fundamental, Nuria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, alertó del riesgo de que las administraciones lleguen a “vampirizar luchas sociales previas a la acción política”, invisibilizando de esa forma las demandas y el coraje que  los movimientos sociales  han mantenido en el tiempo.

La concienciación ciudadana es otro aspecto clave para atajar este tipo de discriminación. Mariela Castro, cuya trayectoria profesional se ha centrado en la defensa de los derechos de  las personas transexuales y en la lucha contra la homofobia y la transfobia, puso como ejemplo la labor del Ejecutivo cubano en la educación de “miles de jóvenes para defender los derechos LGTB y ayudar a concienciar al resto de la población de la necesidad de respetarlos”. Además, incidió en la labor del Gobierno cubano en la “defensa de cientos de personas transexuales”.

Siguiendo esa idea, Francisco Maroto, alcalde de Campillo de Ranas,  uno de los pioneros en celebrar bodas homosexuales en Europa, destacó también la vinculación de su municipio con el movimiento LGTB. Maroto hizo un llamamiento a “superar ya las diferencias entre los matrimonios homosexuales y heterosexuales. Deben ser iguales”. “La normalización debe llevarnos a olvidarnos de la polémica que conllevan estas bodas”, añadió el primer edil. Una idea compartida por el concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Madrid, Ignacio Benito, quien se enorgulleció de que  Madrid sea “una de las ciudades más tolerantes del mundo” con respecto a temas LGTB.

Ciudades con nombres de calles que rememoren hechos históricos o héroes pacíficos; estatuas y monumentos que muestren familias y no guerreros a caballo en una batalla; medios de comunicación que investiguen sobre las causas de la falta de paz en la sociedad y no sólo sobre los hechos de violencia. Así ha descrito el sociólogo y matemático noruego, Johan Galtung, el escenario de lo que debiera ser una ciudad gobernada para la paz. Lo ha hecho en la sesión plenaria relacionada con este tema dentro del I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz. En palabras del investigador noruego, crear núcleos urbanos pacíficos es una cuestión de voluntad. “La  construcción de ciudades de paz no es un problema de recursos. Es un problema de voluntad”.

En esta sesión se han compartido experiencias reales de gobernanza para la paz de países como Brasil, Camerún, Argentina o Ciudad del Cabo. Proyectos con una base común que, en palabras de los diferentes ponentes, pasan por dar acceso a los recursos  a todos los habitantes; aplicar nuevas formas de planificación del crecimiento de las ciudades; visibilizar a los más desfavorecidos y escuchar a la sociedad civil. En esa línea se enmarcan proyectos, como el anunciado por la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi: la primera edición de un maratón interreligioso en Roma que atravesará los lugares más destacados de culto de la ciudad el próximo mes de septiembre y que se ha programado en colaboración con El Vaticano.

El narcotráfico, la escasez de recursos económicos, la ruptura de los vínculos familiares tradicionales o el tráfico de armas han amparado la proliferación de las bandas juveniles violentas, que encuentran en la calle un nuevo refugio. Trabajar desde un nuevo enfoque integral, que aborde cuestiones como la educación o la revisión de las políticas jurídicas es básico para erradicar esta violencia, tal y como han  explicado los ponentes de la mesa de Violencia de Bandas Juveniles, celebrada hoy en el marco del I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, que se celebra en Madrid desde ayer, y que ha moderado la presidenta de la Asociación Española de Investigación para la Paz, (AIPAZ), Ana Barrero.

Bandas como las maras o metas son la cara más mediática y visible de la violencia urbana juvenil, un conflicto que ha dejado de afectar solo a los estados latinoamericanos para convertirse en un fenómeno trasnacional mucho más complejo. El narcotráfico y el tráfico de armas han alimentado especialmente la violencia entre los jóvenes, tal y como expuso Arkel Benítez, secretario general de la COMJIB (Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos), quien afirmó contundente que “los centroamericanos han estado inmersos en una guerra contra el narcotráfico que no es nuestra”. Una visión en la que también coincidió Edwin Escobar, alcalde de la ciudad  guatemalteca de Villa Nueva, quien aseveró que “la droga y el dinero se quedan en Norteamérica, pero las armas y la violencia se queda en Latinoamérica”.

Para que las instituciones locales y nacionales puedan luchar contra este conflicto, los ponentes coincidieron en la necesidad de trabajar desde distintos ámbitos. “En el tema de las violencias urbanas, se dice mucha poesía y poca evidencia. No siempre llegamos a temas estructurales, como la inversión en educación y salud”, concluyó Benítez.

El propio Benítez puso sobre la mesa la necesidad de revisión de las políticas judiciales, “porque la justicia no es solo cumplir lo que dice la ley, sino abordar con criterio jurídico los problemas que están en la sociedad”. Un argumento que apoyó Carles Feixa, profesor de la Universidad de Lleida,  quien aseguró que, en los últimos años, en España se han aplicado sobre estos grupos “políticas de criminalización incorrectas”.

El refuerzo de los vínculos familiares es, igualmente, crucial para alejar de estas bandas a los más jóvenes. Una idea sobre la que giró el discurso de Jean Pierre Elong Mbassi, secretario general de CGLU África. “En África, la familia tiene un poder muy grande; cuando se produce una ruptura en estos lazos, los jóvenes acaban encontrando en la calle un refugio, con todos los riesgos que esto conlleva”. Por eso, insistió en la necesidad de salvaguardar la familia “como marco de seguridad”.

Por último, y para combatir estos conflictos, Michelle Dos Ramos, del Instituto Igarapé (Brasil), también abogó por “cambiar las narrativas sociales, ofreciendo alternativas que sean atractivas para los jóvenes”. Algo en lo que coincidió otros de los invitados de esta sesión, como el rapero colombiano Jeihhco, que puso en pie al auditorio con su alegato rimado contra la violencia, y que subrayó la importancia de la música, el teatro y el arte para alejar a los jóvenes de la violencia en las calles.

La integración social de las distintas identidades culturales que habitan en sociedades diversas ha sido la principal conclusión a la que han llegado los ponentes de la mesa sobre violencia por racismo y xenofobia dentro del I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz.

La mesa la formaban Daniel Martínez, Intendencia de Montevideo, Uruguay; Zlatko Lagumdzija, exprimer ministro de Bosnia y Herzegovina y miembro del Club de Madrid; Eric Corijn, Cosmópolis, Universidad de Bruselas; Golda El-Khoury, secretaria de la Coalición UNESCO de Ciudades Inclusivas y Sostenibles-ICCAR; Driss Riffi Temsamani, teniente alcalde de Tánger. Ha estado moderada por la periodista Ane Ibarzabal. El acento se ha puesto en la importancia de formar una sociedad de unión con valores de convivencia.

Para entender la problemática es importante saber que, como explicó el profesor de la universidad de Bruselas, Eric Corijn, “el racismo y la xenofobia ya no están basadas en términos biológicos, si no culturales”. Es por eso que las ciudades se deben erigir en los principales autores para conseguir un cambio social ya que, a diferencia de los Estados, “la ciudad mira al futuro” porque está compuesta por múltiples identidades. A pesar de que las políticas de inmigración las dicta el Estado, son las ciudades “las que viven la diversidad”, comentó. De la misma forma, Javier Barbero, delegado de Seguridad y Sanidad del  Ayuntamiento de Madrid, dijo que la pertenencia y la identidad, suelen estar ligadas a los Estados y a las naciones y es por eso por lo que “habría que crear identidades municipales que giren en torno a donde vive la gente, no de dónde es”.

En la misma línea, Driss Riffi Temsamani, comentó que hay aceptar a los demás como son, sin imponer una visión sobre la otra. Tampoco hay que aislar a las comunidades en barrios. Es un riesgo grave y peligroso, alertó, porque es ahí “cuando se alimenta el racismo y la xenofobia”. Para poder lograr este objetivo es vital contar con el compromiso de las autoridades locales, como explicó Golda El-Khoury, ya que “a la hora de enfrentarse a la violencia, los alcaldes y los ayuntamientos son claves, ya que están en contacto diario con la violencia en las ciudades”.

Otro punto en el que coincidieron los ponentes fue en el rol de los jóvenes como elementos activos para el cambio. Para El-Khoury, éstos desempeñan un papel en su comunidad por lo que tienen que “creer en su identidad, una identidad sólida que se compone de múltiples identidades que van cambiando”. Igualmente, Max Trejo, secretario general de la Organización Internacional de Juventud, señaló quelos jóvenes tienen que participar activamente con el objetivo de “crear una ciudadanía inclusiva y plural para luchar contra el racismo y la xenofobia”.

En ese contexto de racismo y xenofobia,  la situación de los refugiados fue otro tema sobre la mesa. Es una realidad que está afectando a Europa y que está avivada  por los medios de comunicación y el auge de los movimientos xenófobos que, como bien explicó Daniel Martínez, “en los momentos de crisis renacen”. Para hacer frente a este problema sería importante, según Corjin “que los agentes locales tuvieran más peso”. En ese aspecto, Javier Barbero, abogó por eliminar los centros de internamientos de extranjeros,  como el de Aluche.

La mediación, la implicación de todo el cuerpo social y el fomento de la educación de los más jóvenes de la mano de las nuevas tecnologías, son tres piezas claves para atajar el acoso escolar. Esas son las principales conclusiones de la mesa redonda sobre Violencia Juvenil y Acoso Escolar celebrada hoy, 20 de abril, en el I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, un encuentro moderado por el periodista Hilario Pino.

Expertos de distintos ámbitos, desde las instituciones y organismos oficiales hasta los propios estudiantes se han dado cita hoy, 20 de abril, para compartir su experiencias y, sobre todo, arrojar algo de luz a un problema, el de la violencia en las aulas, que en los últimos años ha ido haciéndose cada vez más patente y que, en ningún caso, puede considerarse un  conflicto coyuntural y pasajero. “Necesita una actuación continuada y permanente, que no atienda a épocas ni aparezca o desaparezca en función de la alarma social y de los intereses políticos”. Lo ha dicho de forma tajante Pedro Uruñuela, presidente honorífico de la Asociación CONVIVES. Según los datos que ha ofrecido, “el 4% de los jóvenes sufre acoso escolar en un entorno que para ellos debería  ser casi tan seguro como su hogar”. Es una cifra que confirma la necesidad de “eliminar el maltrato y educar en una convivencia positiva permanente, ya que un solo caso de maltrato justifica la intervención”.

En palabras del propio Uruñuela, los educadores deben apoyarse en las nuevas tecnologías que han de convertirse en aliadas de jóvenes y educadores y nunca  ser vistas como un problema. “Está creciendo el acoso a través de las redes sociales. Por ello es fundamental trabajar la prevención y enseñar a utilizar esas redes en positivo, mostrando a su vez los riesgos de las mismas. Pedimos que se ponga fin a la prohibición de elementos tecnológicos en las aulas, ya que la solución no es prohibir, sino educar”, ha destacado Uruñuela.

Una opinión compartida por Mathieu Damian, director de la Escuela de la Paz de Grenoble, Francia. “Estamos haciendo un experimento que consiste en permitir que los alumnos utilicen Facebook en las aulas. Se les crean unos perfiles, controlados por nosotros, para así poder explicarles cuál debe ser el funcionamiento correcto de dicha red social”, ha explicado Damian. Junto a Uruñuela y Damian, también han estado Ary José Vanazzi, alcalde de Sao Leopoldo, Brasil; María Gladys Valero Vivas, directora del Instituto para la Economía Social de Bogotá, Colombia; Philippe Rio, alcalde de Grigny, Francia; así como otros ponentes, entre los que se encontraban dos alumnos del IES San Isidro de Madrid, que forman parte del grupo de mediadores de conflictos del centro.

Esta mesa, junto con las de Violencia por Bandas Juveniles, y Racismo y Xenofobia han supuesto el arranque de la segunda jornada del I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, que reúne en Madrid hasta hoy viernes a más de 2.500 personas inscritas, procedentes de cerca de 70 países.

 

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