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22
Abr
2017
Corrupción, género y deporte, protagonistas de la última jornada del Foro de Violencias PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por Ayuntamiento de MadridEl Foro terminó con la firma del Compromiso de Madrid

Tras dos días de agenda intensa, el Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz cierra su primera edición con una clara vocación de continuidad. El Compromiso de Madrid Ciudades de Paz, la declaración institucional final, establece la creación de una Secretaría Técnica Internacional, para hacer que este encuentro  “siga vivo, formando parte de la agenda internacional de las ciudades”. Un deseo explícito además de la alcaldesa de Madrid: “Me gustaría –dijo- que pronto pudiéramos anunciar cuál va a ser la ciudad y el alcalde que asumen esta antorcha para continuarlo”. Por lo pronto, el documento marca un plazo de dos años para contar con una Agenda Local sobre Violencias Urbanas y Educación. La respuesta de los participantes inscriptos, lo avala: 3.500 personas, de cerca de 70 países.

Manuela Carmena ha clausurado la cita, acompañada por Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana; Luis Revilla, alcalde de la Paz, y Emilia Sáiz, secretaria adjunta  de la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales Unidos (CGLU). Es un día marcado por un nuevo atentado en París, ocurrido ayer por la tarde, un hecho que refuerza la “sensación”, en palabras de la alcaldesa madrileña, de que “lo importante es seguir trabajando y buscar todo tipo de aliados para la paz. Tenemos que hacer una política de reflexión sobre la necesidad de parar esta violencia. El camino irreversible de la humanidad es la cooperación”, añadió.

El documento recoge el espíritu que impulsó la creación del Foro, resume lo que ha dado de sí el encuentro y fija los compromisos que los gobiernos locales y las organizaciones de la sociedad civil asumen tras el mismo. En ese decálogo de responsabilidades que hacen suyas las ciudades, el primer lugar lo ocupa la defensa de la paz frente a la guerra,  en consonancia con el enfoque del secretario general de Naciones Unidas, “centrado en la prevención de la guerra y el sostenimiento de la paz, como principal respuesta al conflicto, posicionando a las ciudades como actores clave para cumplir con esa agenda de prevención”. A nivel estatal, desde el Foro de Madrid se exhorta a los gobiernos nacionales a estrechar la colaboración con los entes locales  para fomentar “la supervisión y el cumplimiento de los tratados internacionales, las leyes y otros mecanismos para proteger los derechos humanos que ayuden a prevenir las violencias urbanas”.

La lucha contra la corrupción se perfila como otro de los elementos clave para la convivencia pacífica. Desde el convencimiento de que es evitable, el Compromiso de Madrid reclama “mecanismos de control ciudadano y transparencia en la gestión local”, para erradicar  esa “lacra social”, que socava la democracia, “carcome el estado de derecho y en el terreno social destruye valores éticos y espirituales como la solidaridad y la justicia”.

El resto de los compromisos recogen la necesidad de alentar y fomentar iniciativas que den respuesta a las distintas caras que la violencia muestra en los núcleos urbanos y que se han visibilizado en las distintas mesas y plenarias del encuentro. Siempre desde una óptica que quiere alejarse del enfoque simplista de la “persecución y el castigo” y persigue ahondar en las causas.

El fomento de las políticas de equidad e inclusión social y de políticas de cuidados se revela imprescindible. Las primeras, porque no es posible acabar con las violencias urbanas “si no ponemos fin a las relaciones de dominio y desigualdad”. En el segundo caso, igualdad de género requiere de políticas de cuidados, unas tareas, tradicionalmente atribuidas a las mujeres, que “deben ser visibles, universales y socializadas a través de la acción de la comunidad”, reconoce el documento.

La mediación y la concertación social, la promoción de la convivencia, el respeto y la diversidad y, finalmente, el fomento del derecho a la ciudad, que garantice los derechos humanos y la sostenibilidad son el resto de los compromisos asumidos desde este Foro. La demostración de cajón peruano, a cargo de Mundo Cajón, con los participantes de la clausura como alumnos, ha puesto fin al Foro.

Antes, Carlos Martínez, alcalde de Soria y vicepresidente Europeo de la Red de Municipios de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales (CGLU) ha incidido en la importancia de poner en marcha un nuevo modelo de igualdad humana y desarrollo en las ciudades, basado en las personas y no en los territorios. Martínez ha participado como ponente en la mesa sobre Violencia por Desigualdad Urbana y Espacio Público celebrada en el I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, y moderada por Carmen Sánchez Miranda, Jefa de Oficina de ONU-Habitat en España.

Según ha destacado Martínez, el modelo actual es fruto de decisiones políticas equivocadas. Bajo su criterio, la solución requiere compromiso político para lograr una planificación urbana adecuada: crear espacios públicos que generen convivencia, diálogo, cercanía es fundamental para lograr este cambio de modelo de desarrollo. Por último, el alcalde de Soria, ha destacado que “la educación y la cultura son la base para resolver un problema como el de la violencia  urbana”.

Por su parte, Guillermo Zapata, concejal de Villaverde, el distrito  madrileño anfitrión de este I Foro Mundial, ha refrendado la necesidad de un cambio en el modelo de gestión de las ciudades. Zapata ha identificado a través de distintas “fotos” algunas de las singularidades que afrontan de manera global a las ciudades: convivencia de diferentes culturas, gentrificación, vivienda, y la degradación urbana, precisamente “por falta de apoyo a un modelo de desarrollo sostenible”.

Enrique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones  de Vecinos de Madrid (FRAVM), ha incidido en lo que para él es la clave: “Escuchar para gobernar. Las administraciones deben estar firmemente convencidas de que tienen que gobernar con la gente. La labor de la administración es conseguir que los ciudadanos se empoderen y tomen el control real de las situaciones y los espacios públicos”.

Desde una perspectiva internacional, para  Pascal Boah, coordinador del programa Safer Cities de ONU-Habitat en Costa de Marfil (ONUHABITAT) la clave es la participación ciudadana y la involucración de los responsables políticos locales, que  conocen el terreno y generan un diálogo mucho más fluido. En este sentido, José Manuel Calvo, delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, ha hecho hincapié en las posibilidades de participación directa de la ciudadanía para la toma de  decisiones gracias al entorno digital. Oswar Muadzin Mungkasa, vicegobernador de Yakarta, ha explicado el proyecto RPTA, un centro infantil integrado donde los niños pueden acudir si necesitan asistencia policial.

Jornada intensa de análisis  sobre cinco de los rostros que muestra la violencia urbana: terrorismo internacional, racismo, acoso escolar y violencia juvenil, bandas juveniles y lgtbfobia. También, de debate abierto sobre los caminos para atajarlas en dos sesiones plenarias, Gobernanza para la PazConvivencia Pacífica. Periodistas como Susana Griso, Hilario Pino y Ane Ibarzábal; responsables municipales como Rita Maestre, portavoz del Gobierno municipal de Madrid, y Luis Cueto, coordinador general de la Alcaldía madrileña, y representantes de organismos nacionales e internacionales,  como Ana Barrero, presidenta de AiPaz y Jesús Generelo, presidente de la FELGTB, han moderado los distintos encuentros en los que se han dado a conocer experiencias que se están revelando beneficiosas para sus entornos. El cierre de todos lo ha puesto el diálogo abierto y directo de los asistentes con los ponentes.

Una frase del sociólogo y matemático noruego,Johan Galtung, fundador del primer Instituto de Investigación sobre la Paz, en 1959,  puede ser el mejor resumen de esta segunda jornada: “La  construcción de ciudades de paz no es un problema de recursos. Es un problema de voluntad”. Y esa voluntad  empieza por los pequeños gestos, desde los nombres de las calles, hasta los monumentos, en un goteo continuo que acaba calando en el comportamiento de la ciudadanía y en la imagen que la ciudad tiene de sí misma.

Para la construcción de esas ciudades de paz es imprescindible, además, contar con datos fiables que permitan conocer la dimensión total de la realidad de las violencias urbanas. Es la única forma de visibilizar cada una de ellas y tener un retrato fiel al que poder enfrentarse. También se necesita ser conscientes, como se apuntó en la Mesa sobre Racismo y Xenofobia, de los nuevos rasgos de todas las sociedades, marcados por la suma de identidades. Lo señaló Golda El-Khoury, secretaria de la Coalición UNESCO de Ciudades Inclusivas y Sostenibles-ICCAR, al afirmar que los jóvenes tienen que “creer en su identidad, una identidad sólida que se compone de múltiples identidades que van cambiando”.

Otro apunte más lo ha dado Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, participante en la mesa sobre Violencia por Terrorismo Internacional: dar ejemplo desde las instituciones, rechazar  de plano la idea de que la violencia se combate con más violencia y hacer una apuesta clara por las políticas educativas y de integración tanto desde las instituciones como desde todo el tejido social.  Ha de ser, eso sí, una apuesta mantenida en el tiempo y en todos los campos más fecundos para el desarrollo de los conflictos.  En el caso del acoso escolar, donde las cifras apuntan a que un 4% de los niños lo sufren,  Pedro Uruñuela, presidente honorífico de CONVIVES, lo dejaba claro: “Se necesita una actuación continuada y permanente, que no atienda a épocas ni aparezca o desaparezca en función de la alarma social o de los intereses políticos”.

La sensibilización social, quedó de manifiesto en la mesa sobre Lgtbfobia, está dando frutos en la lucha contra la discriminación de este colectivo y, en especial, de las personas transexuales, las que con más rigor la sufren. Lo subrayó Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, cuya trayectoria profesional ha estado siempre ligada a la defensa de los derechos de  las personas transexuales y la lucha contra la homofobia y la transfobia,

Las fronteras geográficas se han desdibujado y eso ha permitido que  los conflictos urbanos carezcan de una clara identidad nacional. Así violencias como las de las bandas juveniles han dejado de afectar solo a los estados latinoamericanos para convertirse en un fenómeno trasnacional mucho más complejo. Arkel Benítez, secretario de COMJIB, señalaba la necesidad de que se revisaran las políticas judiciales para que dejaran de ser una mera aplicación de las leyes y  pusieran el foco en abordar los problemas sociales con criterio jurídico.   “En el tema de las violencias urbanas, se dice mucha poesía y poca evidencia. No siempre llegamos a temas estructurales, como la inversión en educación y salud”, concluyó Benítez.

El aumento del flujo migratorio y la crisis de los  refugiados, sobre todo en el Mediterráneo,  ha creado una fuerte controversia en torno a la respuesta de los diferentes países receptores de emigrantes. Sin embargo, durante todo este tiempo, se han dado casos de apoyos e iniciativas a menor escala surgidas desde organismos locales, municipios y ayuntamientos que han buscado la forma de mostrar su solidaridad ante la negativa de los Estados a los que pertenecen.  Y ha sido precisamente esta acción municipal la que ha marcado la conversación de la mesa sobre Ciudades Refugio: Violencia a desplazados y refugiados, moderada por Raquel González, delegada de Médicos Sin Fronteras en Madrid, y en la que estuvieron presentes Whitney Taylor, presidenta de American Civil Liberties Union de Massachusetts; Enrico Ioculano, alcalde de Ventimiglia, Italia; Meritxel Budó, alcaldesa de La Garriga (Barcelona); Carlos Jiménez, de UNRIC; Melissa Mark-Viverito, presidenta del Consejo Municipal de la ciudad de Nueva York; y Cuauthémoc Cárdenas, de Ciudad de México.

Uno de los ejemplos más ilustrativos de este tipo de acciones ha venido de la mano de la pequeña ciudad italiana de Ventimiglia. Su alcalde, Enrico Ioculano, ha explicado las iniciativas municipales para acoger a los miles de refugiados que llegaron a sus calles durante 2016 procedentes del Mediterráneo, haciendo énfasis en las posibilidades que tienen los pequeños municipios para aportar su pequeño granito de arena solidario convirtiéndose en “ciudades refugio”. Una idea compartida por Meritxel Budó, alcaldesa de La Garriga, quien recalca la “campaña de emergencia en la que 166 municipios aportaron 1,8 millones de euros para trabajar con entidades que están en el terreno rescatando refugiados”. Budó ha incidido en que “los gobiernos locales están capacitados”, ya que “se pueden crear modelos muy sostenibles, viables y, sobre todo, muy cercanos y humanos”.

Carlos Jiménez, de UNRIC, ha querido además mostrar otra iniciativa de inclusión de refugiados puesta en marcha por Naciones Unidas, Together (Juntos), destinada a “cambiar las percepciones y la narrativa sobre los refugiados, desmontar la idea de que estas personas traen consigo inseguridades”. Un plan muy en la línea del Proyecto Integra, de la Universidad Camilo José Cela, para acoger a refugiados y ayudar a jóvenes a que puedan continuar con sus estudios a través de becas.

Por su parte, las norteamericanas Whitney Taylor y Melissa Mark-Viverito han explicado la política de sus ciudades en la defensa de los derechos de los inmigrantes lationoamericanos en EEUU, buscando los recovecos legales para eludir las políticas del presidente Donald Trump. “Creemos que ningún ser humano es ilegal, es un concepto que tenemos que respaldar y por ello acudimos a los tribunales a defender sus derechos”, expuso Taylor.  Mark-Viverito añade que “el perfil que quiere transmitir Trump es que todos los inmigrantes, documentados o no, son peligrosos. Sabemos que eso no es verdad y en la ciudad de Nueva York les permitimos que tengan una tarjeta que demuestre que residen en nuestra ciudad y les garantiza asistencia legal para luchar con las deportaciones”.

La violencia de género es uno de los  problemas sociales más graves de nuestro tiempo. Trabajar desde los gobiernos en una nueva estructura que aborde cuestiones como la educación o la revisión de las políticas jurídicas es básico para erradicar esta violencia, tal y como han puesto de manifiesto los ponentes de la mesa de Violencia de Género, celebrada hoy en el marco del I Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, que ha moderado Emilia Sáiz, del Secretariado Mundial del CGLU.

El papel fundamental de los ayuntamientos e instituciones políticas ha sido también el eje principal de la intervención de Dolors Sabater Puig, alcaldesa de Badalona: “Tenemos tanta capacidad de hacer cosas desde los ayuntamientos, que lo que debemos pedir es que nos dejen hacerlo. El Estado español limita muchas veces el ámbito de actuación y es preocupante que después de tantos años de políticas de igualdad vamos a peor en vez de progresar. Hay que cambiar la estructura, no sirve con parches”. Otra clave para la alcadesa badalonesa está en los recursos económicos: “Las consecuencias de la crisis han afectado a las mujeres porque las políticas han cambiado y eso ha tenido un impacto directo sobre el progreso de las mujeres”.

Celia Mayer, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, indicaba durante el debate que “muchas veces no somos capaces de comprender las causas de la violencia de género. Desde las instituciones nos lo tenemos que plantear porque hay que enfocar las políticas para resolver este gran problema. Las mujeres, pero también los hombres, deben de estar concienciados en luchar contra esta situación”. Preguntada por el poder de las instituciones para poner soluciones ha explicado que “los ayuntamientos tenemos un rol muy importante que es la proximidad. Debemos formar y dar instrumentos porque somos una herramienta clave para prevenir”.

Entre otros participantes en la mesa de debate, Carmen Magallón, de la asociación Women´s International League for Peace and Freedom, ha indicado que “las mujeres tenemos una tradición de femenismo pacifista que busca transformar cómo se rige el mundo. Las mujeres son capaces de generar otras visiones, otras salidas… así ha sido a lo largo de la historia”.

Nice Nailantei, embajadora contra la mutilación genital y originaria de Kenia, ha comentado: “Debemos elevar la voz y luchar contra estos problemas, no hay que callarse”. Además se ha referido al género masculino como clave para cambiar las cosas: “Los hombres deben ser también partícipes de esta lucha, es muy importante”. También ha destacado que, a través de su trabajo, han conseguido la escolarización de miles de niñas: “Las mujeres tienen que ser educadas, empoderadas…solo así pueden hacer algo por sí mismas y tomar decisiones”.

La violencia en el deporte copa titulares en los últimos meses y se está convirtiendo en un tipo de conflicto cada vez más presente. Sus causas, sus caras, los modos de atajarla han centrado el debate de la mesa sobre Violencia en el Deporte, que ha reunido al ex seleccionador nacional de baloncesto, Pepu Hernández; a los atletas Alessandra Aguilar y Jesús España, y a los autores del libro Manual para padres, deporte y valores David García y Guillermo Calvo, bajo la moderación del periodista Jesús Duva.

Educación, inculcada en el hogar, actitud proactiva de instituciones y clubes, e implicación de los profesionales y deportistas son los elementos básicos de la receta para atajarla. Jesús España ha sido claro con su ejemplo. Al hilo del partido entre Madrid-Barça del próximo domingo, el atleta ha hecho un llamamiento a los jugadores de ambos clubes para no sacar la rivalidad del terreno de juego. “No hay que incitar a la gente a que tenga un grado de agresividad mayor. Por eso, desde los clubes, deberían dirigirles y decirles qué pueden y qué no pueden hacer. Deben asesorarles”.

Pepu Hernández ha señalado la importancia de la educación, empezando por la concienciación de los padres. Es importante que los menores vean el deporte como una actividad que les ayuda a autorrealizarse, no sólo inculcándoles la importancia de una vida saludable, sino también transmitiéndoles valores de respeto y compañerismo. “Muchos padres han presionado a sus hijos para que sean lo que ellos no pudieron ser. Esto implica una presión extrema en muchos casos para los menores, quienes a veces acaban rechazando por completo el deporte”, ha constatado el  ex seleccionador nacional.

Hernández, quien ha criticado la pasividad de instituciones y clubes a la hora de tomar medidas ante este tipo de actos violentos, ha querido recalcar que “las leyes no sirven de nada si no hay educación. Las leyes nos ayudan, nos dicen por donde debemos ir, pero, si no hay educación, no hay nada”.

Para Jesús España la actitud ejemplarizante ha de ir más allá del propio hogar. Los propios deportistas profesionales y clubes  tienen mucho que decir, mostrando a la sociedad que la violencia no tiene cabida en el deporte. “Los deportistas de alto  nivel tenemos una responsabilidad, ya que debemos ser ejemplares en nuestro comportamiento”, ha explicado el atleta. Dentro del colectivo, los “futbolistas tiene una responsabilidad aún mayor, ya que los chavales les copian y, si ven que un futbolista agrede a otros, los niños ven en ello algo que se puede hacer”, ha recalcado.

La atleta Alessanda Aguilar, por su parte, ha querido ir un paso más allá y hacer un llamamiento a “los medios de comunicación” dado que “en ocasiones sólo resaltan determinados aspectos como el corte de pelo de los jugadores de fútbol”, mientras que “a detalles de compañerismo o esfuerzo no se les da valor”. “Hay ciertos comportamientos que se ven como normales y que son agresiones. Hay frases y palabras que tienen mucha más relevancia de la que creemos”, ha concluido.

 

Documento: Compromiso de Madrid

 

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