29
Oct
2017
Los Réquiem de Verdi y Mozart se escucharán en Madrid Imprimir
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Con motivo del Día de Todos los Santos, en el Real y el Auditorio

Pocas veces se da la oportunidad de disfrutar de los dos ‘Réquiem’ inmorales y más bellos de la música clásica en dos días seguidos, coincidiendo con la celebración de Todos los Santos y el Día de los Difuntos. Fundación Excelentia en su apretado programa para la nueva temporada que acaba de comenzar ha encontrado un hueco para que el de Verdi llegue al Teatro Real el 1 de noviembre a las 20:00 y el de Mozart sea interpretado el día siguiente, 2 de noviembre, a las 19:30, en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. En ambos casos, serán interpretados por la Orquesta Clásica Santa Cecilia y las 150 voces de la Sociedad Coral Excelentia de Madrid.

El ‘Réquiem’ de Verdi estará dirigido por Kynan Johns y contará con la soprano Nina Adlon, el tenor Salvatore Cordella, la mezzo, Claudia Marchi y el barítono Borja Quiza. También el de Mozart será dirigido por Kynan Johns, e incluye, además, la Misa solemne en honor a Santa Cecilia de C.Gounod.

A menudo se ha dicho que el ‘Réquiem’ de Verdi es una ópera disfrazada de música religiosa, y parece que su intención a la hora de componer la obra no era la de crear música litúrgica, de hecho él mismo no era un hombre religioso y parece que hay motivos para pensar que ni siquiera era creyente, por lo que su Réquiem sería más un lamento ante la muerte que una muestra de confianza en la salvación y la vida eterna. De hecho, su emotivo Dies Irae, enfatiza lo terrible del día del juicio final con una música que no deja ni un rincón para la esperanza. También el desasosegante final, con la soprano susurrando Libera me mientras la música se va apagando hasta desaparecer.

De lo que no cabe duda, es que su Réquiem, escrito en memoria de Alessandro Manzoni, poeta italiano que Verdi admiraba, expresa la emoción profunda del texto, con ritmos vigorosos, melodías sublimes y contrastes dramáticos, como en sus óperas. En el Requiem la música fluye, presenta bellos efectos sonoros y la parte vocal goza de gran calidez.

Una obra inconclusa

También se ha hablado mucho sobre las circunstancias en que Mozart recibió el encargo de esta Misa por un extraño, un emisario del conde Walsegg-Stupach. Desde ese momento y hasta el día de su muerte, el compositor, ya muy enfermo, está convencido de que el extraño es un mensajero de la muerte, y de que el Réquiem que escribe es el suyo propio. El 4 de diciembre de 1791 se lleva a cabo el último ensayo del inconcluso Réquiem, junto al lecho en el que Mozart yace enfermo. Mozart rompe a llorar durante el ensayo y dice: “Esto lo escribí para mí mismo.” El ensayo llega hasta el Lacrymosa, última parte de la obra escrita por el compositor. En la madrugada, Mozart muere. Así comenzó a gestarse el mito de una de las obras más célebres de la historia, sobre la que se han generado infinidad de relatos a medio camino entre la realidad y la ficción cinematográfica. 

Su viuda, Constanze, que quería que el Réquiem fuese terminado, encargó a Franz Xaver Süssmayr, alumno de Mozart, que se ocupase de ello, después de que otro compositor, Joseph von Eybler, decidiera que la tarea estaba más allá de sus capacidades. Lo que probablemente nunca se sabrá es cuántos de los bocetos de Mozart, en las partes de la obra que no lleven su autógrafo, guiaron a Süssmayr, si bien este último afirmaba que el Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei eran completamente de su invención.

Aunque al parecer se interpretaron extractos del Réquiem en una misa en memoria de Mozart celebrada el 10 de diciembre de 1791, el estreno de la obra completa se produjo en Viena el 2 de enero de 1793, en un concierto en beneficio de la viuda del músico austríaco, Constanze Weber. Se interpretó de nuevo el 14 de diciembre de 1793, durante la misa que conmemoraba la muerte de la esposa del conde Walsegg y bajo la dirección del propio conde.

El Réquiem es una obra recurrente que han compuesto, además de Mozart y Verdi, músicos como Faure, Gossec, Dvorák y Brahms, entre otros. Parece que el de Mozart ha sido más representado que el de Verdi. 

El romanticismo y la célebre película Amadeus de Milos Forman han contribuido a promover el tópico del Réquiem como paradigma trágico de las últimas semanas de un compositor incomprendido y envidiado por su entorno, desdichado y aislado del mundo. Sea como fuere, su alma formará parte de un juego de emociones que no es posible controlar; con melodías que elevarán el espíritu y que harán incontenibles las lágrimas. El Réquiem es estremecedor.

La Fundación Excelentia es una fundación privada sin ánimo de lucro que desarrolla sus actividades en el campo de la cultura. Nace para contribuir a la promoción del patrimonio lírico-musical e impulsar la creación y representación de las artes musicales en todas sus variedades adoptando y aunando las iniciativas necesarias para que se cultiven en libertad y perfeccionamiento permanentes. Son objetivos primordiales de la Fundación la difusión y divulgación de la música y el cultivo de nuevos valores musicales. Entre sus actividades fundamentales se encuentra la organización del Ciclo de Conciertos Excelentia que tiene lugar en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid. Promocionando este ciclo la Fundación pretende acercar la música de calidad a todos los públicos con un amplio repertorio.

Adquisición de entradas: A través de reservas@fundacionexcelentia.org o llamando al tfno. 91 4574061 / 91 4583089, en las taquillas del Auditorio Nacional y a través de Internet. Más información: www.fundacionexcelentia.org