27
Nov
2016
Muerte de Fidel Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Jesús Hernández Gallardo

Uno escucha a unos y a otros, acepta en sus oídos todas las versiones que se dan sobre Fidel, se empapa de las estimaciones que ofrecen los unos y los otros y al final se hace valoración. Han sido muchos años los que han visto al Comandante al pié de un país con recursos, con posibilidades de salir adelante y significar por sí mismo en América, salir del atolladero económico y hacer crecer a sus gentes, sacarles de la miseria y pronunciarse en el mundo con personalidad.

Cuando estuve en La Habana pude ver zonas coloniales derruidas, masacradas por la pobreza, por el paso del tiempo y por la dejadez de todos quienes han podido hacer y no han hecho, de los que han vivido y no se han preocupado de la inmensa mayoría sumida en la miseria y en la pobreza.

Con Fidel, Cuba ha sido un caos, un país a cámara lenta, alejado del desarrollo y acercado al comunismo ideológico, contagiado por su inoperancia y su desatino, su incapacidad para salir para adelante y dignificar a sus gentes.

Hoy en el mundo existen fórmulas que estarían al uso para emprendedores, para gentes que en verdad quieren arriesgar y hacer valer su orgullo como país, pero será que no han interesado, que ha sido preferible seguir con la majadería revolucionaria y la sopa boba comunista. Se trata de un régimen comunista con "orgullo", que ha conseguido politizar cualquier asunto por pequeño que fuera, vender todo en favor de la Revolución, de ese concepto imaginario que ha servido para vivir sus dirigentes al amparo de la pobreza y dejando al pueblo a los pies de los caballos, del desgaste y amordazando a quien abriese su mente tan solo para expresarse.

Eso se ha llamado en tiempos de Franco dictadura, quizá porque era un régimen de derechas, que ha levantado ampollas y se ha significado así. Pero al menos ha habido un cambio, se ha tratado de desperezar y luchar haciéndose un hueco en el mundo. En Cuba no, ahí se ha aportado una batería propagandística que ha paralizado cualquier crítica interna, las ha mitigado a golpe de represión y ha querido enseñar al mundo esa misma cara. Desde fuera se ha visto otro matiz que no corresponde al intento de venta revolucionaria, se han cuidado mucho las apariencias y el alejamiento de EE. UU. ha ahogado cualquier capacidad de reacción.

Han sido sesenta años de dilatado estancamiento, de inoperancia, de propaganda de un comunismo ruinoso, incapaz de aportar ideas para el desarrollo industrial. La dejadez ha hundido a Cuba, ha paralizado durante décadas al pueblo cubano. La alegría de sus gentes era la única salida de una raza abierta, obligada por sus gobernantes al máximo sacrificio, a la atrocidad de los mandatarios que han vivido y han hecho padecer a la población, se han servido a sí mismos y han humillado a la ciudadanía al mayor sacrificio en nombre de una propagandística Revolución que nunca existió.

El día de la muerte de Fidel Castro ha sido una jornada de contrastes, de recibir distintas versiones muy alejadas unas de otras, tremendamente extremadas que no consiguen enseñar lo auténtico. Los que hemos visitado Cuba hemos sacado unas conclusiones que nos han ayudado a entenderlo todo de una manera más real, comprendemos de mejor manera la evidencia. Ha sido mucha miseria vista, gentes con miedo a expresarse por verse vigilados muy de cerca por una maraña policial del régimen, de la "Revolución", que a la mínima sospecha de "sinceridad" te podías encontrar en un calabozo, sombreando tu descaro con el mundo.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz