16
May
2020
El Coronacolapso Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Jesús Antonio Fernández Olmedo

Los Estados han favorecido a la gran industria con exenciones de impuestos, con el pago de las cotizaciones sociales desde el presupuesto público para dejar intactas las grandes fortunas, con subsidios millonarios a los más ricos, con facilidades de despido y de incremento de la explotación contra la clase trabajadora, etc. El gran capital roba al presupuesto público: acelera la concentración del dinero mientras las mayorías padecen sufrimiento, privación de libertad, ansiedad, precariedad, hambre y muerte.

En muchos lugares no hay respeto por el dolor de las familias. Hay lugares del mundo donde el sistema despliega su cinismo mas crudo, como en Estados Unidos, donde los sin techo que duermen en el suelo se les ha pintado unas líneas para que “respeten la distancia de seguridad”, algo increíble. Vivimos en un sistema que ya no existe, aunque todavía la gente cree que, si y por otro lado no tiene nada que aportar, solo tecnología. Hace tiempo ya que los sindicatos, de todo el mundo, no representan para nada a la clase trabajadora.

Son hoy los trabajadores si se dan cuenta de este Coronacolapso que los medios de producción tienen que estar en sus manos y no en las de multimillonarios solo con ganas de mas poder y dinero. La salud, la educación, la vivienda, la cultura, la armonía con la naturaleza, serían derechos universales efectivos, y no fuentes de lucro para un puñado, no privilegios como lo son en la práctica para unos pocos. Están aprovechando la pandemia para introducirnos la robótica vendiéndola como útil que evidentemente creará una sangría de puestos de trabajo y de des humanización. Los estados podrían haber estatizado las fábricas para producir respiradores y el sector privado de la salud y se hubiera evitado que miles de personas murieran en sus casas. Pero no lo han hecho. Vemos como los estados no han cumplido con su cometido de ninguna forma.

Se nos toma por descerebrados. Los magnates han aprovechado la coyuntura para despedir a miles de trabajadores cargando al estado las compensaciones de los mismos y los medios los presentan como “filántropos”. Tenemos que crear una nueva “normalidad” fuera de todo este mundo cínico, somos nosotros los únicos que podemos comenzar a cambiar las cosas, de nosotros depende el hecho de no colaborar con este orden de cosas. Esto comienza por supuesto con llevar una vida austera, no comprar cosas no esenciales y paralelamente tender la mano a nuestro vecino, crear redes de amigos donde podamos apoyarnos para crear un sistema sanitario para todos al igual que trabajo y educación.

Jesús Antonio Fernández Olmedo