27
Nov
2016
Nos han robado la Navidad Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por Ayuntamiento de MadridJesús Hernández Gallardo

Hoy quiero ser laico, ir a la moda de los instruidos en posar en los medios, quiero aparecer como socio de la "Jet Society" que goza del cariño de la juventud, de los que no han conocido más allá de un par de décadas o como mucho tres. Eso me motiva, me adelanta el paso de los demás, deja anticuado lo tradicional, deja en la cuneta de la nueva vida a lo rancio de las costumbres.

Este es el culebrón que más suena en estos días, en caso de estar fuera del concepto pecas de retrógrado, carca o casposo. Aunque al ser laico no pecaría, porque en este club no existen pecados ni pecadores, los que sacamos los pies del tiesto somos los demás, los que nos acogemos firmemente a las tradiciones.

Así es, así es como se ha ido conformando la nueva mentalidad, la que ha acabado por confundir a ellos mismos y seguidamente a todos los demás, han conseguido cambiar dentro de su peregrino imaginar de lo auténtico, se ha desenfocado una realidad que afortunadamente sigue en su sitio, no ha variado para la inmensa mayoría, gracias a Dios está palpable y muchos de nosotros la acariciamos con respeto, como algo genuino y vigente.

Desde luego sigo respetando lo que cada cual pueda votar políticamente, sigo aceptando las tendencias varias, ante todo está mi espíritu democrático y sabedor de los conceptos supremos, pero no comparto toda esta equivocación, todo este trastoque de terminología y de cadena de errores, donde quedan muchos eslabones despistados y manipulados.

Estos innovadores del mundo anteponen la incultura a la cultura, el "pasotismo" al esfuerzo, el despiste a la inquietud. Así podría seguir, enfrentando adjetivos y comparando motivos que acercan o separan, pero no es la razón que me domina. Existen otras inquietudes que con el paso y el devenir de los acontecimientos me hacen reflexionar y expresarlo, para que otros puedan compartirlo, me refiero al robo manifiesto que se ha hecho de la Navidad.

Desde zonas emblemáticas de España han pegado un zarpazo a la tradición, nos han robado la Navidad. Eso es delictivo moralmente, no existen desviaciones sobre lo categórico del concepto, quizás se pueda dudar entre robo o atraco.

La Navidad muchos la entendemos como unas fechas en las que predomina el pensamientos, el recuerdo, la motivación del alma, la expresividad de conceptos íntimos que cada cual pueda tener y que no se puede robar ni atracar. Esa puesta en común y expresividad es la más pura definición de Navidad, la que nace del aporte de todos los sentimientos católicos que predominan en España, que están latentes y patentes en la inmensa mayoría y que nos gustaría seguir manifestando. El nacimiento del Niño Dios, los villancicos, los turrones, los Reyes Magos son tradiciones que nos impulsan a sentir estas fechas de una forma especial, hace ilusión que sea así.

Ada Colau y Manuela Carmena son las principales responsables de ese delito moral, no cabe otro nombre. Desde su capacidad de maniobra y manipulación han apartado los Belenes y figuras conmemorativas que nos ambientaban a la mayoría, nos han gustado siempre y, desde aquí reclamo. La Cabalgata de Reyes de Madrid del año pasado se caracterizó por ser la peor chapuza que se pudo presentar, rayó lo intolerable y este año, si no cambian de mentalidad, la van a empeorar, aunque ya es difícil.

Son los niños los más perjudicados de todo esto, los que dejan de sentir las bondades de estas fechas, los que frustran sus percepciones y sentimientos, haciendo que repriman sus capacidades creativas y disfruten de la belleza natural que tienen estas tradiciones.

Si se pudiera hacer algo, en base a ese delito de robo o atraco, yo pondría un recurso de casación moral, ese que señala el defecto en la Ley contra todos, contra nuestras tradiciones, contra el Catolicismo, contra los niños, contra la propia libertad.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz