08
Jul
2018
Órdago a la grande Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por MoncloaJesús Hernández Gallardo

Estamos en momentos de difícil asimilación política, el panorama que ilumina nuestro horizonte está plagado de nubarrones, de amenazas que nos agitan la mente, nos llenan de preocupación y de incertidumbre. ¿Qué mosca le habrá picado al presidente Pedro Sánchez? Yo no encuentro respuestas que puedan justificar esa deriva, esa inercia que le conduce a ensamblarse con Quim Torra y con todos los independentistas que buscan fracturar España.

Como español que soy exijo aclaraciones, pretendo preservar mi territorio, el de todos los españoles que tenemos peso específico en este país, que somos todos. Todo apunta a una postura de Pedro Sánchez de ruptura, donde negociará la soberanía de todo un país a cambio de votos y apoyo en toda esta etapa coyuntural que él está comandando, sabiendo cómo ha sido, teniendo la manija del Gobierno de España de manera poco honrosa, también escasamente honrada y muy a pesar de la mayoría de los españoles, entre los que me incluyo.

El tic-tac del reloj de la legislatura está ya avanzado, se está apurando los suspiros de España y de los españoles, muchos como yo estamos economizando el aliento para no ser transportados víctimas de la incoherencia y la deslealtad. En la Cataluña de Quim Torra, Artur Mas, Forcadell, Junqueras y otros muchos suenan tambores de guerra política, están apurando sus momentos más oportunos con Pedro Sánchez para asestar una felonía a todos los que convivimos en territorio español. Se les está otorgando demasiado protagonismo en el conflicto, esos gestos de reunirse con las instituciones catalanas están rebajando la autoridad del Presidente del Gobierno de España, la línea del sentido común está ya sobrepasada.

Al PP se le ha tachado de muchas cosas mientras ha gobernado, a Rajoy se le ha marcado con el cartel de inmovilista, se le ha criticado esa postura de inacción hasta el último momento ya cercano al uno de octubre de 2017, pero si aplicamos la vara de medir, no tendría nada que ver con la postura atrevida, desdibujada y dubitativa de un presidente dominado por sus ansias desmedidas por gobernar España.

Desde cotas altas de las instituciones apuntan que es el momento de derribar definitivamente ese escape soberanista en Cataluña. Tras la aplicación del art. 155 y haber arrinconado a los golpistas catalanes, poco más habría que hacer para inhabilitar la revuelta, tan solo seguir apoyando al Juez Llarena en la instrucción de las causas penales contra los presuntos culpables de la revuelta del uno de octubre.

Los partidos políticos con expansión nacionalista en el País Vasco se están frotando las manos, viendo desde la retaguardia cómo está dilapidando el actual Presidente de Gobierno la unidad de España. Seguro que están en la cola sediciosa para actuar en consecuencia, tras encontrar Cataluña su mapa soberanista, se oyen ruidos de sables más que nunca, propiciados por la mala gestión política que se está fraguando.

Da miedo pensar en el futuro, todas las conquistas que se han ido consiguiendo a través de los años parece que están en la actualidad en el aire, pendientes de la mano temblorosa de un político que está dejando en su sendero de gobierno demasiadas dudas, está enseñando las cartas en una partida de tahúres que van a degüello en este envite envenenado para todo un país.

 

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz