06
Jul
2012
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Punto D Vista - Microscopía
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Los estudiantes repetidores de Madrid podrían pagar más por crédito que en algunas de las privadas de la región

El tasazo ha llegado, ayer se hacían públicos los baremos que aplicará la Comunidad para castigar a los alumnos que repitan, los calificados como “malos alumnos” o “parásitos”. Unos incrementos que si bien en la primera matrícula esconden una subida de cinco coma ocho euros por crédito, en el caso de la segunda matrícula se duplica el gasto y en el caso de la cuarta el precio/crédito por estudiar en una pública supera a los honorarios de la privada.

Ya lo avisó Esperanza Aguirre cuando aseguró que“ los alumnos de cuarta matrícula pagarían el máximo que les dejase, si es el 100 el 100” pero la medida podría echar de la Universidad a un alto porcentaje de estudiantes que no tendrían dinero para pagar ”la educación de todos”.

Tradicionalmente se le ha echado la culpa a los estudiantes de su propio fracaso y ahora lo último es que los jóvenes españoles también tenemos la culpa del despilfarro sistemático, del gasto desorbitado de las administraciones causado en gran medida por el enchufismo y la incompetencia de sus dirigentes y hasta de la prima de riesgo. Por eso, los que intentan labrarse un futuro a base de comerse los libros van a empezar a pagarlo.

De mejoras en el sistema universitario, en los laboratorios que a veces parecen almacenes sin ninguna higiene, de mejores servicios al alumno, de la mejora en el material escolar (hay sillas en algunas facultades que se caen a trozos), de la implantación de nuevas tecnologías (muchos profesores siguen usando diapositivas) o de una mejora y limpieza de las instalaciones (la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense está plagada de grafittis tanto dentro como fuera), mejor ni hablamos, pero lo de exprimir al estudiante si.

Algunas carreras se van a quedar despobladas como es el caso de las técnicas como el Grado en Fundamentos de la Arquitectura (claro que cómo está el sector inmobiliario lo más inteligente es no hacerse arquitecto, pensarán) donde la tasa del rendimiento se sitúa en el 50% según el informe de rendimiento del 2010. Pues bien ese 50% pasará de pagar 20 euros por crédito en primera matrícula hasta casi 48 euros (antes costaban menos de 30), es decir un incremento de más del 100%.

Vamos a suponer un estudiante medio de esa titulación que apruebe la mitad de créditos del curso anterior (casi dos de cada tres alumnos no consigue superar la mitad de créditos matriculados, además está obligado a matricularse de todo el primer curso) y que el número de créditos de los que quiere matricularse nuestro alumno es de 60 por lo que se matricula sólo de la mitad de segundo (algo a todas luces lógico).

Pues bien la matrícula sin contar tasas de secretaría sería de unos 2300 euros y si nuestro estudiante vuelve a aprobar más de la mitad de los créditos de forma que le quedan tres asignaturas de primero, tres de segundo y se matricula de la otra mitad de segundo el precio que podría llegar a pagar en caso de aplicar el máximo de lo permitido por el Gobierno de Esperanza Aguirre sería de más de 3.300 euros.

Pero si se vuelve a matricular de una de primero, por cada asignatura tipo (6 créditos para el grado de Arquitectura) tendrá que desembolsar la friolera de más de 600 euros. Y eso que nuestro hipotético estudiante si sigue el ritmo de aprobados acabaría la carrera en un tiempo inferior a la media, es decir pertenece al club de “los buenos alumnos” a los que se jacta de apoyar el ministro de educación.

Si nuestro estudiante fuera de otra comunidad, además de pagar el abono transportes (unos 70 euros al mes) debería de abonar su manutención, colegio mayor o piso de estudiantes. Por lo que el gasto excesivo, no apto para los no hijos de ex-consejeros de Bankia le haría abandonar su vocación y le sumiría en una frustración incomparable (antes era posible trabajar y ganar para pagarse la carrera, ahora con más de la mitad de jóvenes en paro, ni eso) y España perdería el que pudiera ser un gran arquitecto.

¿Acaso sólo quieren eruditos? ¿Cuántos diputados si es que han pasado por la Universidad, han hecho una carrera técnica a curso por año? ¿Cuántos diputados se han peleado en una Universidad Públca? ¿Cuántos se han atrevido con una enseñanza superior? ¿Están en disposición de exigir cuando la mayoría de los políticos no saben hablar inglés?

Pero aún hay más, en caso de la UPM cuyas enseñanzas son de experimentalidad 3 (prácticamente todas las técnicas), con el criterio de cuarta matrícula de cobrar 120 euros por crédito, superan a lo que cobran en algunas asignaturas universidades privadas como en la San Pablo CEU, la UAX o la Pontificia de Comillas, todas ellas ofrecen alguna de sus carreras a menos de 120 euros el crédito.

Con este panorama no me extraña que los rectores se planten ante este abuso tan demagogo como nefasto si de lo que se supone que trata es de reducir el déficit. Gran parte de las carreras, las sufragan los estudiantes de segundas, terceras y cuartas matrículas, ya que los de la primera además de venir muchos becados por el Ministerio por sus excelentes notas en Bachillerato tienen que pagar menos por crédito y no se sufragan los gastos. Son precisamente los repetidores los que equilibran la balanza por eso los rectores temen que se queden las aulas de cursos superiores prácticamente vacías.

Por otra parte la medida solo conseguirá aumentar aún más el déficit universitario tanto en calidad (para asegurarse alumnos tendrán que aprobar por razón de rentabilidad) y en cantidad (a menos estudiantes, menos prestigio internacional, menos dinero en investigación, menos recursos y más déficit para la Comunidad). Eso sí, habrán terminado con el futuro de miles de estudiantes madrileños que no podrán pagar la matrícula y dedicarán las mañanas a buscar trabajo y ellos en cambio, podrán dormir a pierna suelta.