30
Oct
2016
Los Chusqueros de la Política Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por Congreso de los DiputadosJesús Hernández Gallardo

Si los leones de las Cortes hablaran en lugar de rugir en su gesto petrificado, dirían mucho, ampliarían muchas de las cosas que los ciudadanos intuimos, aunque no hemos podido ser testigos. En estos días somos oyentes distantes de muchas de las lindezas que se dedican los de un bando a otro, las palabras que se lanzan desde los escaños, muchas de ellas amparándose en la masificación y otras, por el contrario, resuenan sin miedo a ser identificado el autor de ellas.

Supongo que ante provocaciones todos reaccionamos, unos con llama interior que les hace estrellar la respuesta y otros, curtidos en batallas muchos de ellos, sujetando la lengua y ciñéndose al gesto de contrariedad. Eso pasa en estos días en el Congreso de los Diputados, eso se debate, eso se escapa de gentes radicales que no permiten ser perdedores y menos que los ganadores muestren su triunfo ante ellos, como si se les restregara delante de sus narices la victoria.

Creo que la política en la actualidad está armada con dardos mucho más envenenados que décadas anteriores a ésta, podríamos partir desde el comienzo de la democracia a nuestros días. Los más extremistas de antaño, por ambos lados del espectro, no llegaban a esgrimir argumentos de similar expresividad, quizás en el fondo era donde se calaba hondo, pero se ha ido respetando las formas. Por el contrario en la actualidad se carece de ideas de envergadura, son tan solo pinceladas que no llegan a tener identidad por sí mismas, son argumentos vacíos, faltos de intencionalidad real, son tan solo basura sin contraste.

Por esta razón estamos en el mundo del escaparate, de la simpleza, de la palabra dura, del insulto personal, de voluptuosidad verbal y de la mala intención con repercusión mediática. El mundo de Internet ha dado un vuelco y consigue una repercusión en las declaraciones de tal inmediatez que hace retumbar con sonidos histriónicos, teatrales, sin fondo, pero con mucha intención en la forma.

A veces me gustaría ser león de las Cortes y estar petrificado, inmóvil, pero con el oído atento a todo lo que se dicen en la trastienda, en los pasillos que conducen al hemiciclo, donde las cámaras son las que montan el escenario del teatrillo político. Seguro que las palabras escuchadas serían reservadas, inconfesables, puestas al otro lado de los focos del escenario, porque han de ser gruesas de formas y escasas de contenido.

El nuevo cuño político de radicalidad populista se esmera en convertir el hemiciclo en un mercado, donde son ellos las verduleras que elevan los decibelios al ambiente, donde acusan a los demás que no están en sus filas de cualquier cosa, siendo ésta virtual, pasada o caducada. Ellos son los únicos democráticos, porque así lo dicen sus doctrinas, los demás son casta que engañan a la sociedad, son la diana de sus exabruptos y estos conceptos son inamovibles. ¡Tan solo porque ellos así lo dicen y olé!

 

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz