03
Ene
2017
Roscón de Reyes Imprimir
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por Ada ByronJesús Hernández Gallardo

Semana dura para los niños en Madrid y otras ciudades bañadas por los elixires rojos de nuevo cuño, la cerrazón de los retrógrados que se obcecan en taponar las ilusiones de las criaturas que dotan a los Reyes Magos de los poderes que la tradición católica ha donado a estas figuras mágicas. Pero son magos únicos, sin comparación con los más avanzados en este arte, porque su magia procede del cielo, está vinculada íntimamente con el Niño Dios y con todos los creyentes, que somos mayoría abrumadora.

Oro, incienso y mirra. Son los regalos que se ofrecieron a Jesús cuando nació, cuando se impulsó la Navidad como época marcada tan profundamente en nuestra cultura que jamás pensé que unos indocumentados pudieran arrebatarla de nuestras vidas. Pero no se queda ahí el ultraje, ahora quieren cambiar ese enclave anual con un circo basado en chismes esotéricos, astrales y ecológicos. Quizás piensen estos intolerantes que dividiendo y evitando creencias y culturas, aparecerán generaciones más tendentes a las coloraciones extremistas basadas en el fracasado comunismo, en esos regímenes que van haciendo aguas y se van pudriendo en la miseria más absoluta.

Muchos habíamos pensado que se acabó la época absolutista, que se dejaría hacer y decidir las raigambres más genuinas, las ilusiones más manifiestas, la alegría de los niños, la tolerancia de todos. Pero no, no es así, se trata de demoler, de disolver lo bueno, lo que simbolice al pasado, lo que lleve una estrella pegada, lo que huela a pureza e ilusión, lo que destile sensibilidad.

Ahora ya volvemos a los iconos de las antiguas civilizaciones que adoraban a los astros, magnificaban a los magos, druidas y hechiceros y a quienes dieran explicaciones buenas o erróneas de los acontecimientos naturales.

Otra secuencia del mundo absolutista o comunista es el déspota Kim Jong Un, el niño sátrapa que gobierna en Korea, que un arranque destructivo, dice cambiar la Navidad por la celebración del nacimiento de su abuela. Me recuerda a esos residuos televisivos que arrastran las basuras todos los días por algún canal cercano, donde la estrella es la reina del pueblo y esos lodos de guarnición que la acompañan.

Será que al final hemos de contentarnos con lo que tenemos y agradecer a los votantes que han alzado a estos artífices del compadreo, la moneda con la que conviven en todo lugar dónde gobiernan. En la próxima atinar mejor, devolver a nuestra sociedad lo que quiere, no os revolquéis con ellos, dejarles en sus pocilgas fraguar sus pestilentes ideas y que se las impongan ellos mismos.

A pesar de todo regresamos a la realidad con orgullo, creyendo en lo nuestro siempre, saboreando de aquellos que nos permiten mantener en pie la ilusión de los niños, la Cabalgata de Reyes y la Navidad como momento divino en nuestras vidas por siempre.

Yo les propongo un Roscón de Reyes a aquellos repletos de amargura en su interior, para que puedan contrarrestar con la dulzura de la realidad que describo y que compartimos de manera mayoritaria en España. ¡Feliz Navidad!

 

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz