Por la tarde, “Peque” compartió el título de Mejor Recortador con el mejoreño “Pechu”

Torrejón ponía anoche punto y final a cinco días de Fiesta, y lo hacía en una jornada extraña en que la lluvia cumplió con la tradición y se hizo presente, aunque de forma muy tenue. Además las Populares terminaban con doble espectáculo pirotécnico, pues al tradicional castillo de fuegos artificiales, se sumó un ramillete lanzado como cierre del concierto de María Becerra.

Pero la actividad en el Recinto Ferial comenzaba mucho antes. A eso de las siete y media, y con la mirada puesta en el cielo, pues en cualquier momento la lluvia podía hacer acto de presencia, los recortadores saltaban al ruedo, y lo hacían para dejar un resultado que tiene mucho de relevo intergeneracional.

Así el jurado decidía conceder la victoria "ex aequo" al argandeño "Peque", que volvía a levantar el trofeo después de siete años; y al mejoreño Ángel González "Pechu", que visitaba por primera vez el Concurso de Recortes de la localidad. Peque, por cierto, llegaba a Torrejón como líder del escalafón, con una importante ventaja sobre Eusebio Sacristán "Use" que en Torrejón se conformaba con la cuarta plaza. El tercero del escalafón, el argandeño "Peta", también participaba en el toro final quedando en tercera posición.

Y tras los recortes llegaba la música. Tras una pequeña tormenta de verano mucho menor que las vividas  en otros puntos de la Comunidad de Madrid, María Becerra saltaba al escenario, y lo hacía para dejar una imagen para la historia, pues la argentina comenzó su concierto enarbolando la bandera de Torrejón.

Tras dos horas de música, los que ya abarrotaban la Avenida de la Luna asistían sorprendidos a un espectáculo pirotécnico fuera de guion, y es que el concierto de Becerra terminaba con sus propios fuegos artificiales, un pequeño ramillete que hizo pensar que la Noche del Fuego ya había comenzado.

Pero no fue así. Tras terminar el concierto comenzaba la liturgia habitual, con algo de retraso para tratar de esquivar una tormenta eléctrica que se cernía sobre las proximidades, se apagaban las luces del Recinto Ferial y comenzaba el gran castillo de fuegos artificiales, un espectáculo pirotécnico de casi diez minutos que teñía de rojo y verde el cielo de Torrejón, y que terminaba, como marca la tradición, con un gran aplauso de los que llenaban la carretera.