15
Abr
2019
Domingo de Ramos Torrejón 2019: La Borriquita entró en la iglesia al ritmo de la BRIPAC Imprimir
TorreNews - Sociedad Torrejón
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La imagen recorrió las calles de Torrejón en una soleada mañana de Domingo de Ramos

Con tono solemne, y al paso marcado por el “La muerte no es el final” cantado por los paracaidistas, terminaba la primera Procesión de la Semana Santa torrejonera, una marcha por las calles de la Zona Centro en la que la Borriquita, y los Caballeros y Damas de la Virgen del Rosario, estuvieron acompañados por multitud de vecinos durante todo el recorrido.

Sin embargo, la mañana comenzaba mucho antes. En concreto, a las nueve de la mañana, cuando la Banda de Tambores y Cornetas de la BRIPAC tomaba las calles para celebrar el tradicional pasacalles “despertador” del Domingo de Ramos. A las diez y media los “paracas” llegaban a una Plaza Mayor donde ya estaba todo preparado para la Bendición de Ramos que precedió a una nueva procesión hasta el interior de la parroquia de San Juan Evangelista para celebrar la Misa.

A eso de las doce de la mañana la Borriquita se convertía en protagonista, portada por 36 anderos de la Hermandad de la Virgen del Rosario, y acompañada por vecinos y autoridades (el mismísimo Presidente de la Comunidad de Madrid no quiso perderse la Procesión), en un viaje circular por las calles del Centro.

Y es que una de las novedades de este año fue precisamente esa: la Procesión partió de la Puerta del Sol enfilando la Plaza, pero volvió a la misma por la calle Hospital obligando a un muy vistoso cambio de la escenografía: la BRIPAC dio la vuelta en plena calle Hospital para encontrarse con el paso justo antes de comenzar a entonar el himno “La muerte no es el final”, a cuyo ritmo la talla fue acercándose hasta la puerta de la iglesia.

Tras situarse justo ante ella, y tras el aviso del capataz, que ofreció la “levantá” a los torrejoneros, los anderos levantaron a pulso a la Borriquita mientras los “paracas” tocaban el himno de España y el público se rompía en aplausos poniendo fin a una procesión en la que el buen tiempo fue el gran protagonista.