La localidad estrena fuegos artificiales silenciosos
Es la noche más mágica del año, y aunque la lluvia estuvo amenazando durante buena parte del recorrido, al final no logró enturbiarla. Así, desafiando el intenso frío de la noche, los torrejoneros salieron a las calles para disfrutar de una cabalgata muy parecida a las de años anteriores, pero con cambios significativos. El primero de ellos tuvo que ver con el tiempo, que obligó, ante la inestabilidad del cielo, a recortar el desfile.
De tal forma, en lugar de a las seis de la tarde, como estaba previsto, las carrozas salieron a las seis y media de la tarde de Mancha Amarilla, y lo hicieron para recorrer un largo trayecto en el que estuvieron escoltadas por los Bomberos, que no quisieron perderse la oportunidad de participar en el desfile. Detrás de ellos los elementos habituales con algunas novedades, como un espectacular dragón, una ballena hinchable o un enorme camello que recorrieron las calles en algo más de dos horas.
Y a la llegada a la Plaza, comenzaba el fin de fiesta. Los Reyes se subían al nuevo escenario situado junto a las pantallas que han servido como soporte para el vídeo mapping de los Reyes Magos durante toda la campaña navideña, y lo hacían para saludar a los torrejoneros antes de que comenzase un muy especial espectáculo de PuJa.
La compañía de danza aérea transformaba su "estación de vuelo" en una auténtica fábrica de regalos, de la que, suspendida sobre la Plaza, bajaron los Magos de Oriente en una cuidada coreografía en la que leyeron una enorme carta antes de entregar los regalos en forma de pompas de jabón.
Pero la noche aún guardaba una sorpresa más, y es que, sin anunciarlo y tras desaparecer los Reyes de PuJa por detrás de las pantallas, comenzaba un espectáculo de fuegos artificiales muy distinto a los habituales. Y es que, tras las reiteradas peticiones de los vecinos, que hasta recogieron firmas para conseguirlo, el Consistorio torrejonero decidía estrenar fuegos artificiales silenciosos que, si bien le quitaron espectacularidad al fin de fiesta, no provocaron problemas ni a niños ni a mascotas.
La localidad estrena fuegos artificiales silenciosos
De tal forma, en lugar de a las seis de la tarde, como estaba previsto, las carrozas salieron a las seis y media de la tarde de Mancha Amarilla, y lo hicieron para recorrer un largo trayecto en el que estuvieron escoltadas por los Bomberos, que no quisieron perderse la oportunidad de participar en el desfile. Detrás de ellos los elementos habituales con algunas novedades, como un espectacular dragón, una ballena hinchable o un enorme camello que recorrieron las calles en algo más de dos horas.
Y a la llegada a la Plaza, comenzaba el fin de fiesta. Los Reyes se subían al nuevo escenario situado junto a las pantallas que han servido como soporte para el vídeo mapping de los Reyes Magos durante toda la campaña navideña, y lo hacían para saludar a los torrejoneros antes de que comenzase un muy especial espectáculo de PuJa.
La compañía de danza aérea transformaba su "estación de vuelo" en una auténtica fábrica de regalos, de la que, suspendida sobre la Plaza, bajaron los Magos de Oriente en una cuidada coreografía en la que leyeron una enorme carta antes de entregar los regalos en forma de pompas de jabón.
Pero la noche aún guardaba una sorpresa más, y es que, sin anunciarlo y tras desaparecer los Reyes de PuJa por detrás de las pantallas, comenzaba un espectáculo de fuegos artificiales muy distinto a los habituales. Y es que, tras las reiteradas peticiones de los vecinos, que hasta recogieron firmas para conseguirlo, el Consistorio torrejonero decidía estrenar fuegos artificiales silenciosos que, si bien le quitaron espectacularidad al fin de fiesta, no provocaron problemas ni a niños ni a mascotas.