Según la Comunidad, era el único método de pago en el Festival

El Festival Brava Madrid ha sido objeto de una sanción económica de 96.000 euros debido a prácticas consideradas abusivas en su edición de 2023. La denuncia fue presentada por la asociación Facua-Consumidores en Acción, que argumentó que las políticas del festival infringían la normativa de consumo.

Uno de los principales motivos por los que se impuso la multa fue la decisión del festival de utilizarseras 'cashless' como el único método de pago. Facua argumentó que esta medida limitaba los derechos de los consumidores, ya que impedía el uso de efectivo, lo cual es un derecho reconocido en la normativa de consumo.

Además, el festival cobraba tres euros como "gastos de gestión" a aquellos asistentes que solicitaban la devolución del dinero no consumido de las pulseras. Este cobro fue considerado abusivo, especialmente porque el plazo para solicitar la devolución era de solo siete días, lo que limitaba aún más los derechos de los consumidores.

Facua también denunció que el festival no permitía la entrada de alimentos y bebidas adquiridos fuera del evento. Esta política fue vista como una restricción adicional que afectaba la experiencia del consumidor.

La Subdirección General de Inspección de Consumo y Control del Mercado, perteneciente a la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, tomó cartas en el asunto tras la denuncia de Facua. Como resultado de las investigaciones realizadas por la Dirección General de Comercio, Consumo y Servicios, se impuso una sanción a la promotora Madrid Salvaje AIE por la comisión de dos infracciones administrativas graves.

La multa también incluyó la inclusión de cláusulas limitativas en el documento de Condiciones Generales del festival. Estas cláusulas restringían los derechos de los consumidores, lo que contribuyó a la decisión de la administración de sancionar al festival.

Facua no se detuvo en la denuncia de 2023. En 2024, la asociación volvió a presentar quejas contra el Festival Brava Madrid por las mismas prácticas relacionadas con las pulseras 'cashless' y por retener parte del dinero sobrante. Adicionalmente, se denunció la prohibición de acceso a las instalaciones del festival con comida y bebida comprada fuera y la negativa a devolver el dinero de las entradas a aquellos que solicitaron reembolsos tras cambios en el cartel del evento