04
Abr
2017
Torrejón acogió un concurso de cante de Silvestrismo Imprimir
TorreNews - Sociedad Torrejón
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Foto cedida por Sí al SilvestrismoOrganizado por la Sociedad el Campero de la localidad

En medio de la inmensa polémica en que se encuentran tras aparecer un informe del Ministerio de Agricultura en el que creen ver argumentos para prohibirlo, los silvestristas de la región se reunían en Torrejón con la intención de mostrar a los vecinos el arte que practican. Y así lo hicieron el pasado domingo en la Ciudad Deportiva Joaquín Blume de la localidad.

Así, Torrejón acogió la celebración del concurso de cante de Silvestrismo, clasificatorio para la Comunidad de Madrid de la Sociedad el Campero de Torrejón y en el que donde jilgueros, pardillos, verderones y sus respectivos mixtos, compitieron con sus cantos. El certamen sirvió para acercar a un pequeño número de habitantes al desconocido mundo del silvestrismo.

El Silvestrismo es una modalidad deportiva, consistente en la educación del canto de pardillos, jilgueros y verderores en función a unos cánones preestablecidos, con el objeto de poder participar con dichos pájaros en pruebas deportivas de carácter oficial, en las que se evalúa la calidad del cante de acuerdo con las reglas de competición.

Deportivamente se define, como la modalidad deportiva de ámbito nacional, que tiene por finalidad la educación al canto de los pájaros silvestres y cuyas funciones básicas son capturas y preselección, educación al canto, participación y devolución al medio natural de aquellos ejemplares que no reúnan las cualidades cantoras pretendidas y participación en los concursos de canto. “No cabe ninguna duda que practicar este arte es sinónimo de amor hacia los pájaros y que requiere mucha paciencia a la hora de adiestrar cada uno de los ejemplares para el cante. Además, aunque a día de hoy este deporte sigue siendo desconocido para muchos, su gran cantidad de aficionados y el buen trabajo realizado por las distintas sociedades y federaciones de silvestrismo,  hacen posible que esta legendaria, bella y cultural afición se convierta en una pasión y forma de vida”, indicó el alcalde, Ignacio Vázquez.

El silvestrismo se remonta a épocas muy antiguas, tiene referencias desde la Edad Media y hoy en día se sigue practicando intensamente en muchos países. En el caso de España cada Comunidad tiene una regulación propia. Concretamente en la Comunidad de Madrid, a través de la publicación de la orden 2658/1998 del 31 de julio, quedaba reflejado que la Federación Madrileña de Caza tiene encomendada la labor de colaboración con la Comunidad de Madrid en lo que a materia de silvestrismo se refiere. Por todo ello, en los últimos años, la evolución, promoción y difusión de esta actividad ha dado lugar a una serie de normativas y regulación, así como a una ampliación de requisitos para poder ser partícipe de ella con el fin de favorecer su mantenimiento y desarrollo. Serán considerados silvestristas aquellos deportistas federados que participen en las actividades en materia de silvestrismo organizadas por la Federación o sus clubs asociados.

Siguiendo las normativas vigentes, se procede a la captura y selección de tres tipos de pájaros: jilgueros, verderones y pardillos. Durante su cría y educación, pueden cruzarse distintas especies dando lugar a los denominados “mixtos”. Todos ellos, serán anillados y clasificados en sus distintas modalidades de canto. Esta es la misión más difícil y a la vez más bonita del silvestrista. Para llegar a tener buenos pájaros cantores de la pluma elegida nunca se ha de desesperar, se debe mantener ilusión para llegar a cumplir el objetivo final: sacar excelentes ejemplares educados al cante.

Para educar, lo más importante, es tener buenos maestros. Como es difícil disponer de un ejemplar maestro, se suele utilizar cantes grabados en aparatos musicales. Nunca se ha de mezclar pájaros de distinta pluma, pues al ser cantos diferentes, se mezclarían y el canto final no sería el puro de cada especie. Otro factor muy importante a tener en cuenta para conseguir una buena educación al cante y preparar cada especie para participar en los diferentes concursos, es campear los pájaros. Consiste en sacarlos al campo para que  desarrollen bien su cante y se acostumbren a cantar en cualquier momento y situación. Esto mismo fortalece su canto y les da seguridad ante la presencia de otros pájaros.

Los concursos de cante son, sin duda, los momentos más emocionantes  donde el silvestrista siente todo el trabajo realizado durante la temporada. A nivel de sociedad,  se realiza un concurso de cante en donde  tres pájaros de cada pluma son clasificados como primeros y participarán en el concurso de su comunidad correspondiente. A su vez, en dicho concurso, se volverán a clasificar otros tres e irán al campeonato de España. En dichos concursos, que se realizan al aire libre, existe una serie de jueces expertos en canto que serán los encargados de dar las puntuaciones correspondientes a cada ejemplar y elegir a los finalistas.

El concurso de Torrejón se convertía en un espacio de reivindicación de una práctica ancestral que, afirman, está en riesgo. Y es que, según explican, un informe del Ministerio de Agricultura aconseja que sólo puedan utilizarse pájaros criados en cautividad para este deporte. Tras conocer la propuesta, los silvestristas españoles, agrupados en la Plataforma en Defensa del Silvestrismo, emitián un duro comunicado en el que defienden la práctica: "El Silvestrismo es un arte con características genuinas en nuestro país y que se basa en tres fases que son consustanciales a la misma: Captura en el medio de las aves; Cuidado y educación en el canto; Participación de las aves en concursos de canto. Se trata de una práctica 100% selectiva que se basa en la captura con reclamo y con inocuas redes horizontales que son accionadas sólo cuando entra el ave adecuada. El colectivo silvestrista es precisamente el colectivo más interesado en la conservación de las poblaciones de aves fringílidas y sus hábitats. ). Las capturas que realizan para su disfrute en vivo son compatibles con el buen estado de conservación de las aves, mientras que la opción del comercio de aves (con nefastos resultados de cría en cautividad) a la que se aboca al silvestrismo supondrá sin duda un grave problema de conservación, pues supondría la restauración de un comercio de aves silvestres ya erradicado. La cría en cautividad no es idónea para la práctica del Silvestrismo en España, constatándose un alto índice de mortandad en las aves que fueron objeto de estudios e investigaciones a este respecto. Además dicha cría en cautividad llevaría a situaciones de endogamia, consanguinidad y a cruces de especies de aves del todo indeseables y contrarias al iter y la evolución normal de la naturaleza y la biodiversidad. Sin perjuicio de lo indicado y más importante,  con la cría en cautividad, no se cumplirían, ni se cumpliría con el arte del Silvestrismo per se,  pues la captura en el campo es una parte fundamental del citado arte. En España se capturan aves en pequeñas cantidades. Cantidades mucho menores aun de las autorizadas por el comité ORNIS. El Silvestrismo en España se practica bajo condiciones estrictamente regladas (qué especies de aves fringílidas pueden capturarse, el número de ellas, en qué periodo, en qué lugar y bajo qué método selectivo han de capturarse los ejemplares, entre otros parámetros). La actividad silvestrista implica la captura de especies fringílidas que no se encuentran catalogadas como "protegidas". Asimismo, las poblaciones de fringílidos crecen regularmente cada año y sus capturas suponen una tasa muy inferior al 1% de su mortandad anual. El arte del Silvestrismo contribuye al enriquecimiento del patrimonio cultural de la sociedad por ser una actividad ancestral. No existe caza (propiamente dicha) en el Silvestrismo, sino captura, cuidado extremo de los ejemplares capturados y educación al canto (suelta en su caso cuando el ave no reúne condiciones de canto necesarias o es un ejemplar no adecuado) sin que se produzca daño alguno. No obstante, lo expuesto desde posiciones animalistas, dentro y fuera de la Administración, el Silvestrismo está sufriendo una persecución pues determinados Ayuntamientos y Comunidades Autónomas están prohibiendo esta actividad que tiene encaje jurídico en la regulación comunitaria, con la inhibición de las instituciones del Estado hasta el punto de encontrarse en riesgo de desaparición. En base a todo lo anterior, las organizaciones firmantes que representan de forma amplia a los sectores de la caza, el medio ambiente y la naturaleza exigen a las instituciones europeas, estatales, autonómicas y locales que se adopten las medidas oportunas para proteger la práctica del Silvestrismo y evitar su desaparición", afirman.

La Plataforma en Defensa del Silvestrismo reclama al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) "una posición clara en defensa de la actividad, tanto ante la inacción en su contra de algunas Comunidades Autónomas, como ante la acción  de los organismos europeos. Esta posición debe llevar aparejada una salvaguarda rigurosa ante la evidencia jurídica y científica que avala el Silvestrismo". Actualmente la Plataforma está integrada por la Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural; la Real Federación Española de Caza; las federaciones de caza de Andalucía, Cataluña, Madrid, Castilla La Mancha, Extremadura, Navarra, Galicia, Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, y Murcia; APAVAL; y Federación Ornitológica Cultural Silvestrista Española (FOCSE).