La restauración será larga y costosa, y no conseguirá recuperar el estado original
Este domingo un cuadro de Colón expuesto en el Museo Naval fue atacado por dos activistas de Futuro Vegetal, lo que ha generado una gran controversia y preocupación sobre la seguridad patrimonio cultural. Este ataque ha resultado en daños irreparables y otros que requerirán una considerable inversión de tiempo y dinero para su reparación.
El ataque ha dejado el cuadro de Colón en un estado que se considera irreparable. Uno de los aspectos más preocupantes del daño es la "contaminación roja" que ha afectado los poros y trazos del pincel del cuadro. Este tipo de daño es particularmente difícil de tratar y puede comprometer la integridad del arte de manera irreversible.
El ataque fue detectado por un guarda de seguridad del museo, quien, tras escuchar gritos, se abalanzó sobre las activistas, logrando detenerlas a pesar de resbalar en la pintura derramada. Su reacción fue instintiva y rápida, lo que permitió minimizar el daño inmediato al cuadro.
Después del incidente, la directora técnica del museo, Berta Gasca, fue informada y rápidamente se movilizó junto a un equipo de restauradores y voluntarios para iniciar la limpieza del cuadro. En menos de una hora, un grupo de siete personas llegó al museo para abordar la situación, priorizando la eliminación de la pintura antes de que se secara.
El equipo utilizó una variedad de técnicas para limpiar la pintura, comenzando con papel y algodón y luego utilizando hisopos. Este proceso se extendió durante cuatro horas, y se realizaron pruebas para determinar qué productos de limpieza eran menos invasivos para el lienzo. Aunque se logró retirar la mayor parte de la pintura roja, se identificaron daños en el barniz y en el lienzo, que requerirán un análisis más profundo para determinar el alcance total de los daños.
Gasca y su equipo han señalado que las escorrentías de pintura han afectado el barniz del cuadro, creando microfisuras que permitirán la entrada de humedad y generarán un blanqueamiento del material. Además, la limpieza ha arrastrado polución que estaba en la superficie del lienzo, lo que ha dejado zonas más que también requerirán restauración.
La restauración integral del cuadro se prevé costosa, con estimaciones que superan los miles de euros Gascaiza que cualquier material que se aplique a una obra de arte puede provocar reacciones químicas, lo que complicará aún más el proceso de restauración.
A pesar de los daños, el vicealmirante Enrique Torres Piñeyro ha confirmado que la obra seguirá expuesta para el disfrute del público, mostrando sus "heridas" como parte de su historia reciente. Esto refleja un compromiso con la preservación cultural y la educación del público sobre los desafíos que enfrenta el patrimonio artístico.
El director del museo, Juan Escrigas, ha elogiado la rápida respuesta del equipo y de los voluntarios, destacando el "cariño y esfuerzo" que todos mostraron para salvar la obra. Sin embargo, el silencio del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha sido notable, lo que ha generado críticas sobre la falta de apoyo institucional ante el ataque.
El museo ha logrado llevar a cabo un proceso de limpieza en un tiempo récord de seis horas. Ocho restauradoras, incluyendo cinco del museo y tres externas, trabajaron juntas para eliminar la mayor parte del daño causado por la pintura. Regina Zurdo, conservadora-restauradora del museo, destacó la rapidez del proceso y la colaboración entre expertas que han enfrentado situaciones similares.
Zurdo explicó que la limpieza se realizó utilizando algodones mojados en agua desionizada, lo que permitió retirar la pintura antes de que se secara. Sin embargo, algunas manchas permanecen, especialmente en áreas donde la pintura se ha incrustado en los craquelados de la obra. También mencionó que el uso de productos disolventes habría complicado aún más la limpieza.
Aparte de la pintura en la obra principal, el ataque también dejó salpicaduras en una obra cercana, en una vitrina y en un cañón. El daño no solo se limita a la pintura; también se ha observado un pasmado del barniz de la obra, lo que ha generado líneas blanquecinas. Además, las intervenciones previas en la obra, como reintegraciones de acuarela, se han visto afectadas, dejando zonas desiguales y blancas.
La directora técnica del Museo Naval, Berta Gasca, no pudo determinar el valor económico del ataque, pero enfatizó que la obra es parte del patrimonio histórico español y, como Bien de Interés Cultural, posee un valor único. Gasca condenó la agresión y destacó que estos actos atentan contra el derecho de todos a disfrutar del patrimonio cultural.
Gasca advirtió que el daño causado por el ataque no se manifiesta de inmediato, sino que se puede agravar con el tiempo. Esto implica que se necesitarán evaluaciones y estudios adicionales para determinar el tipo de intervención que se requerirá para restaurar la obra.
Regina Zurdo y Berta Gasca coincidieron en que la acción de los activistas no puede considerarse una protesta válida, sino más bien un acto violento que implica una agresión hacia el patrimonio cultural y hacia las personas que estaban presentes en el museo en ese momento. Gasca subrayó que todos tienen derecho a disfrutar del patrimonio cultural y que nadie tiene el derecho de dañarlo.
Gasca también lamentó que los visitantes del museo tuvieran que presenciar este "proceso violento", lo que no solo afecta al patrimonio, sino también al respeto hacia las personas que disfrutan del arte y la cultura.
La intervención de urgencia del personal técnico del Museo Naval en la limpieza rápida del cuadro 'Primer homenaje a Cristóbal Colón', que sufrió un acto vandálico el 12 de octubre, ha resultado fundamental para reducir los daños de la pintura que, no obstante, deberá ser restaurada completamente.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha conocido los detalles de la rápida actuación llevada a cabo por un equipo de ocho personas y el estado de la obra de 1882, creada por el pintor José Garnelo, con motivo del IV centenario de la llegada de Cristóbal Colón a América.
"Quería agradecerles muy especialmente a las restauradoras y a todo el personal del museo y de la Armada que se movilizó en un día tan importante como es el 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional, en el que tiene que haber respeto, tolerancia a las opiniones de todos y a las páginas de la historia", ha señalado la ministra.
Las técnicas explicaron que, a pesar de la rapidez en la limpieza con agua, labor en la que llegaron a intervenir hasta 20 personas entre civiles y militares, el barniz de la pintura ha resultado dañado y se han introducido partículas de pigmento en algunas zonas.
"El daño puede no haber sido mucho, pero requiere de una restauración completa porque el barniz va a haber que regenerarlo donde se ha quedado blanquecino a causa del agua, por eso hay brillos distintos", han explicado.
El equipo que dirige Berta Gasca, directora técnica del museo, deberá ahora elaborar un informe sobre lo ocurrido y las personas implicadas, así como las técnicas y materiales utilizados, en la intervención de urgencia, para poner una denuncia y una reclamación y repercutir todo eso a las responsables del acto.
Posteriormente, se acometerá un proyecto de restauración completa del cuadro, que antes del vandalismo se encontraba en buen estado y muy bien conservado. Además, el personal del museo ha denunciado el daño moral ocasionado por el acto de dos activistas en el Día de la Fiesta Nacional y de la Hispanidad, porque supone un atentado a unos bienes culturales que nos pertenecen a todos los ciudadanos. "Yo creo que el mayor éxito es exhibirlo", ha afirmado Robles después comprobar que el cuadro se ha salvado. |