19
Oct
2025
Madrid acoge esta noche la entrega de los Premios Actúa Imprimir
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Foto cedida por AISGELos galardones cumplen 17 ediciones

La XVII edición de los galardones honoríficos de la entidad de gestión reconoce la trayectoria y el trabajo de Fiorella Faltoyano, Maite Blasco, Héctor Alterio, Mario Gas, Greta Fernández, Carlos Cuevas, Roberto Cuenca, Julita Gallego, Candy Román, Anna Maleras, la Fundación Luzón y Fernando Marín. Una vez desvelado el palmarés completo, la Fundación AISGE y la entidad de gestión AISGE ya tienen todo listo para celebrar este lunes, 20 de octubre, su gran gala anual: la entrega de los Premios Actúa, HazTuAcción y Pilar Bardem, que acogerá el madrileño Nuevo Teatro Alcalá a partir de las 19 horas.

Será una fiesta por todo lo grande en que se reconocerán las carreras artísticas y la integridad profesional y humana de actores, actrices, bailarines, actores de voz y nuevos talentos, así como la labor social y solidaria de la Fundación Luzón, en la que ha recaído el Premio HazTuAcción y el compromiso y la lucha por los derechos de propiedad intelectual de Fernando Marín, actual vicepresidente de AISGE, entidad que contribuyó a crear, que han sido merecedores del galardón que lleva el nombre de Pilar Bardem.

El palmarés completo de este 2025 es el siguiente:

Premios Actúa

Actriz: Fiorella Faltoyano y Maite Blasco

Actor: Héctor Alterio y Mario Gas

Actor y actriz de voz: Roberto Cuenca y Julita Gallego

Nueva Generación: Greta Fernández y Carlos Cuevas

Danza: Candy Román y Anna Maleras

 

Premio HazTuAcción

Fundación Luzón

 

Premio Pilar Bardem

Fernando Marín

Aunque su trayectoria profesional ha estado muy marcada por su participación en el elenco de Asignatura pendiente, la malagueña Fiorella Faltoyano ya era en 1977, año la película de José Luis Garci, una actriz con un currículo muy extenso y brillante, especialmente en cine y televisión. Sin haber dejado en ningún momento la interpretación, aunque muy selectiva a la hora de elegir qué papeles hacer, también se ha adentrado en el ámbito literario, firmando un libro de memorias y otro de relatos.

Desde su debut en teatro y televisión a finales de la década de 1950, la madrileña  Maite Blasco dejó claro a público y telespectadores que estaban ante una actriz con una poderosa capacidad para interpretar todo tipo de personajes y adentrarse en cualquier género, que no dejaría indiferente a nadie a lo largo de seis décadas de sólida carrera profesional, en las que ha trabajado con los más importantes actores y directores –de escena y cine- del panorama español.

A cuatro años de alcanzar el siglo de vida, Héctor Alterio, nombre escénico de Héctor Benjamín Alterio Onorato, hace bien en no bajarse de unos escenarios a los que se aupó siendo muy joven y en los que ha permanecido durante casi ocho décadas. En 2025 ha girado con un texto, Una pequeña historia, de tintes autobiográficos. Padre de dos actores que continúan la saga, Malena y Ernesto, se estableció en España en 1975, cuando tuvo que abandonar Argentina –había nacido en el seno de una familia de emigrantes napolitanos– por amenazas de muerte. En el país sudamericano había consolidado una carrera como actor teatral y cinematográfico, y en tierras ibéricas tuvo que empezar de nuevo hasta conquistar el cariño y el aplauso del público, pero también de la crítica y de sus compañeros de profesión, que ahora lo distinguen con este Premio Actúa.

Mario Gas nació en la capital uruguaya, donde sus padres se encontraban de gira, como sucedía con tantas compañías españolas: lo mismo había ocurrido con anterioridad a Fernando Fernán Gómez o Ana Diosdado, limeño y bonaerense. También como ellos, siguió los pasos de sus progenitores. Eso sí: además de actor teatral, cinematográfico y de voz, Gas ha brillado como director escénico, con una concepción muy particular y personal del hecho dramático; como realizador cinematográfico y como gestor, puesto que ha dirigido varios festivales y coliseos. Además, se ha adentrado con igual éxito en la ópera, la zarzuela o el music-hall.

No fueron fáciles ni mucho menos los inicios de Roberto Cuenca, tras alguna experiencia catastrófica en su pretensión de hacerse un hueco en una sala de doblaje. De familia ferroviaria y padre peluquero, Roberto Cuenca fue, en sus propias palabras, el primer “loco de la familia” que se lanzó a la carrera actoral. Eso sí, subía a los escenarios y estudiaba arte dramático al tiempo que cortaba flequillos y melenas, pues dedicó a la profesión paterna cinco años de su vida, igual que desarrolló otras ocupaciones que nada tenían que ver con su verdadera vocación. No se aventura al doblaje hasta los 24 años, ya casado y con dos hijos, gracias al empuje y el estímulo de su mujer y a la confianza de Paco Sánchez en los estudios Exa. Su puerta de entrada llegó con el papel de botones en la serie Los persuasores, en la que aparecían Toni Curtis y Roger Moore. A partir de ahí pasó por varios estudios, especialmente Sincronía, en el que permaneció durante casi dos décadas.

De Julita Gallego, nacida en Valladolid y profesionalizada en Barcelona, se cuenta que hizo sus primeros takes de una película alemana titulada Madre, con seis años, encaramada a una silla porque no llegaba al micro. Con una carrera de fondo sin altibajos, se ha mantenido en activo durante más de ocho décadas, periodo que la convierte en una de las actrices de doblaje más longevas de la profesión en España. Tuvo la suerte, como ella misma reconoce, de haber comenzado en la época dorada de este trabajo. Hija de un actor de doblaje, Julio Gallego –que destacó sobre todo como crítico taurino de RNE–, Julia compaginó durante años su faceta de actriz de voz y de teatro con la de bailarina con el ballet de Pilar López, una faceta que le permitió viajar por medio mundo. En el atril se especializaría en el doblaje de niños. De hecho, aún se recuerdan sus interpretaciones de Tommy, en la popular serie de Pipi Calzaslargas, o de Mazinger Z.

En el caso de Greta Fernández, hija del grandísimo actor Eduard Fernández, su recorrido está jalonado además por una Concha de Plata a la mejor actriz en la edición de 2019 del festival de San Sebastián por su papel en la película La hija de un ladrón, de Belén Funes. Tras trabajar con Isabel Coixet, Álex de la Iglesia o Isaki Lacuesta, en los últimos tiempos ha dado un paso más con su salto a Estados Unidos para rodar Cuckoo, una película de terror en la que comparte escenas con Hunter Schafer.

Si de algo se siente muy orgulloso Carlos Cuevas es de no haber interrumpido en ningún momento su carrera de actor. Y eso que no llegaba a los 10 años cuando fue incluido en el reparto de la película La dona de gel o se hizo un hueco en el plantel de la serie autonómica Trilita. Su popularidad se multiplicaría tras permanecer durante cinco años en la teleficción Ventdelplà. Entre sus últimas apariciones cinematográficas figuran El 47, La abadesa, También esto pasará o Cowgirl o ¿Es el enemigo? La película de Gila.

Nacida en Barcelona en 1940, Anna Maleras está considerada como una pieza fundamental en la pedagogía de la danza contemporánea en nuestro país. De hecho, bajo sus enseñanzas se han cultivado nombres ilustres de la escena nacional, y con su trabajo, desempeñado durante varias décadas, la danza contemporánea, pero también el jazz, lograron un lugar privilegiado en el ámbito académico.  Bailarina del cuerpo de baile del Gran Teatro del Liceo, muy pronto se tituló como profesora por el Instituto del Teatro de Barcelona. Con tan solo 27 años fundó su propia escuela, el Estudi Anna Maleras, y cinco años después, en 1972, creó el Grup Estudi Anna Maleras, que tuvo su punto y final en 1989. Reúne las más altas condecoraciones de la Generalitat o el Ministerio de Cultura tras una vida dedicada a transmitir sus conocimientos a las generaciones de bailarines más jóvenes.

La trayectoria del bailaor madrileño Candy Román es la de un artista que desde niño tuvo la guitarra, el cante y el baile como parte de su vida cotidiana y estímulo para una vocación a la que enseguida dio rienda suelta en los principales tablaos de Madrid de la mano de su padre, el guitarrista Román “El Granaino”.  Integrante de la compañía de Antonio Gades, a quien siguió  cuando fue llamado para dirigir el Ballet Nacional de España, estuvo presente en los dos inolvidables espectáculos con los que se abrió y clausuró la Exposición Universal de Sevilla de 1992: La Gallarda, de Rafael Alberti, y La Truhana, de Antonio Gala, ambos bajo la dirección de Miguel Narros. Tras su retirada de los escenarios, ha consagrado su vocación artística a la pintura, disciplina en la que también ha alcanzado un notable reconocimiento.

El Premio #HazTuAcción, que distingue la labor de entidades u organismos admirables por su dimensión solidaria y por su empeño en la construcción de un mundo mejor, más justo y más humano, ha querido expresar su reconocimiento a la Fundación Luzón, una entidad privada, independiente y sin ánimo de lucro que lleva casi una década consagrada al propósito de construir un futuro en el que no exista la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), esa enfermedad sin cura que registra 1.000 nuevos casos al año en España, pero también una cifra similar de fallecimientos. Esta organización –que lleva el nombre del reconocido economista Francisco Luzón, diagnosticado de ELA– trabaja en varios frentes: la investigación científica, la visibilización y la sensibilización social y, por último, la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas, pero también de sus familias y cuidadores.

El consejo de dirección de AISGE ha querido que el Premio Pilar Bardem –que honra la memoria de quien fuera actriz, presidenta de la Fundación AISGE y firme defensora de los derechos de propiedad intelectual– recaiga en su quinto año en otro luchador infatigable por los derechos laborales e intelectuales de la profesión artística, que ha venido ejerciendo desde hace casi seis décadas y que compaginó con el compromiso político y sindical: el madrileño Fernando Marín, vicepresidente de AISGE. Hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de actores, él también se decantó por el oficio y la vocación de sus mayores. Y a tal empeño se consagró durante muchos años desde el teatro, el cine y la televisión. Pero en tiempos de dictadura decidió que había que luchar por las libertades civiles y profesionales: militó en la clandestinidad en el Partido Comunista de España (PCE) y en Comisiones Obreras (CCOO), participó en la fundación de la Unión Sindical de Madrid Región (USMR) y la Federación de Espectáculos (de la que fue su primer secretario general) y desempeñó varios cargos en Izquierda Unida Comunidad de Madrid (IU-CM), formación por la que fue diputado en la Asamblea de Madrid durante cuatro legislaturas. Además, fue fundador y primer secretario general de la Unión de Actores e impulsó la puesta en marcha de Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión (AISGE), de la que es vicepresidente y delegado en Madrid, y desde la que ha impulsado la creación de otras entidades homólogas en el plano internacional.