02
Abr
2013
Gran Hermano 14 (GH 14): expulsión Juan Carlos, entrevista con Mercedes Milá, y Gran Hermano arrasa a Splash en share social Imprimir
Los Blogs del Telescopio - El Choniblog
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El programa se olvida de su espíritu para subir su audiencia

Esta vez sí, el primer (después llegarían muchos más) traidor de la 14ª edición de Gran Hermano ya está en la calle. Juan Carlos era expulsado mucho antes de lo normal, y, probablemente, para proteger a una Susana a la que los vídeos con Gonzalo hacían peligrar. Milá cerraba los teléfonos como una hora antes de lo habitual, y justo después de contar lo ocurrido entre Gonzalo y la murciana durante este largo fin de semana (por cierto, lo que no pusieron fue una interesantísima conversación entre Argi y Susana que se producía esta misma tarde y de la que os hablaré mañana).

Así, esta vez sin parafernalias, el madrileño era expulsado por un 50,64% poco después de las diez y media de la noche, aunque no aparecía en el plató hasta dos horas después, y, por cierto con polémica. Mercedes Milá, leyendo el cue, afirmaba que Juan Carlos era entrenador, algo que el chico corregía nada más entrar (señores guionistas: el entrenador es Kristian ¿Cómo pretenden que el público se enganche a la edición si ustedes mismos muestran un desconocimiento total de los perfiles de los concursantes?).

El cue también era el protagonista de la noche (justo antes de que empezase la guerra), ya que Juan Carlos se ponía a leerlo para dar paso a la publicidad. El tartamudeo del chico dejaba el último momento jocoso, cuando Merche le propuso entrevistarle cantando, ya que Juan Carlos se traba mucho menos al entonar.

La entrevista de verdad comenzaba contra Lorena, pero la valenciana se negó a pelearse con el chico, por lo que la Milá tiró de Plan B: pidió un streptease a Juan Carlos, que prometió hacérselo la semana que viene. Con Noe la cosa tampoco fue mucho mejor: por más que les tiró de la lengua, la Milá no consiguió gran cosa (Iván ha creado tendencia, y todos saben que las declaraciones valen más en el Deluxe). Tampoco la despedida de la casa dio demasiado juego, demostrando, una vez más, lo bienquedas que pueden llegar a ser los concursantes.

 

Pero al margen de lo ocurrido en plató, en las redes sociales no hubo color: el programa de telerrealidad destrozó por completo a Splash, justo hasta la salida de Juan Carlos al plató, en que la distancia se recortó considerablemente. Aún así, en ningún momento el programa cayó por debajo del 70%, dejando al programa de saltos en un paupérrimo 13% durante gran parte de la emisión. Al final la cosa mejoró terminando en torno a un 30%. Como siempre digo, el share social no es significativo para conocer el comportamiento de la audiencia (mañana lo sabremos), pero sí da idea de cómo evolucionan, de una semana para otra los formatos, y Gran Hermano tiene todas las papeletas para volver a subir y superar a Splash, al que parece que el TongoSplash le pesa, y mucho.

En seguida (en el siguiente post) hablo largo y tendido sobre la noche de los familiares, pero de momento dejadme que me explaye un poquito con lo ocurrido: después de saber que Sonia ha tenido información del exterior, el programa no ha tenido mejor idea que dejar que todos los demás también la tengan, lo que acaba con el espíritu de aislamiento de Gran Hermano, y lo acerca peligrosamente a ese otro formato de Mediaset llamado Grande Fratello, y cuya similitud con el programa de Endemol es prácticamente ninguna: el formato italiano no respeta en nada el aislamiento y dedica las galas a poner a los concursantes que siguen en la casa, vídeos de todo lo ocurrido, tanto dentro como fuera del concurso durante los días anteriores. Además, permite la entrada de familiares, novios, ex novios, como visitantes o concursantes, convirtiendo las galas en un remedo de Sálvame Deluxe.