La tercera repescada también se va de la lengua, aunque menos, y hace estallar la casa

Como dice la canción “No hay dos sin tres”, y eso mismo vivieron ayer los concursantes de Gran Hermano. Tras las explosivas entradas de Miriam y Juan Carlos, Giuls tampoco se mordió la lengua y dio información del exterior, aunque en mucha menor cantidad que los dos anteriores. La ibicenca, no obstante, aprovechó su entrada para advertir a sus compañeros de que no todo lo que contaba Sonia sobre Igor era cierto.

Recapitulemos para entenderlo todo: Igor elige a Sonia para tener su enfrentamiento durante la pasada gala. El chico dice a la canaria que ha visto vídeos que no la dejan en buen lugar, y le pide que sea más sincera, sobre todo con Kristian. La canaria entiende, y así se lo cuenta a sus compañeros, que está poniendo en duda la relación pelocha, por lo que Kristian monta en cólera. Al día siguiente Miriam remata la jugada advirtiendo a Sonia que Igor va a entrar con malas intenciones, lo que hunde por completo a la concursante, y pone a toda la casa en pie de guerra contra el vasco. Juan Carlos, un día después, corrobora la versión de Miriam, con lo que dentro de la casa empieza a cuestionarse el papel de Igor durante toda la convivencia, incluso llevando a Sonia a entender, dos meses después, el mensaje de su hermano.

Pero ayer, de nuevo, todo cambiaba: Giuls, más cercana al susargismo (ella misma se confesaba, con Susana, carpetera de Gonzalo y ella), les contaba una versión totalmente distinta de las intenciones de Igor. Las palabras de Giuls pusieron de nuevo en el punto de mira a Sonia, que empezaba a ponerse la venda antes de la herida afirmando que tal vez las palabras de Igor no fueran exactamente las que ella transmitió a la casa.

Esta nueva actitud de Sonia ha hecho que anoche muchos concursantes comenzaran a cuestionarse a la concursante canaria, y a darle un nuevo sentido al “Sonia falsa” que escucharon hace no tanto tiempo. Sin embargo, Sonia, descubierta, está dispuesta a morir matando, y, nada más salir de su charla con Giuls, le espetaba a Susana que estaba haciéndose la víctima (una vez más, la transliteración le jugó una mala pasada a Sonia, ya que lo que Giuls dijo fue que se acercasen a Susana, porque se había quedado sola tras la salida de Argi).

En cualquier caso, Susana y Sonia se enzarzaban en una discusión que acababa con las dos contendientes llorando, aunque en distinta fase. Susana se refugiaba en los brazos de Álvaro y Desi nada más terminar la discusión, mientras que Sonia comenzaba despotricando de la murciana con su Pelocho para terminar pasando una terrible tarde entre lágrimas y amenazas de abandono. En su conversación con Giuls, Sonia afirmaba que “no era para tanto” lo dicho por Igor, ante lo que Giuls le preguntó que entonces por qué lloraba.

Tras dejar el confesionario del gimnasio, como lo llaman los habitantes, Sonia intentaba volver a mover sus fichas, pero para ese entonces la situación era muy distinta. Raki, y el propio Kristian, anunciaban que le van a dar la oportunidad de explicarse a Igor, ante lo que Sonia argumentaba, si lo dice Miriam, será por algo. Viéndose sola y desenmascarada, Sonia se pasaba la tarde llorando.

El problema está en que Susana escuchaba prácticamente toda la conversación, y no tardaba en contárselo a los gemelos. La de Murcia empezaba a plantearse situaciones pasadas y cómo la única versión de los hechos que tiene es la que le ha transmitido la canaria. Los gemelos (que vienen de fuera), insinuaban que a lo mejor la concursante tenía miedo de otros vídeos que pudieran haber salido, y que por ello se desmorona al ver como su estrategia se diluye.

Eso sí, para acabar de liarla, los megáfonos traicioneros entraron en escena, afirmando que Igor mentía y que confiase ciegamente en Miriam. Sonia, con otra versión distinta, volvía a llorar desconsoladamente al no entender nada de lo que sucede.

Pero la entrada de Giuls además tuvo efectos colaterales. Al volver al apartamento la de Ibiza no dudó en contar a Igor la imagen que tienen de él dentro de la casa, una imagen labrada por Miriam. El vasco, por primera vez desde que entraron, se dirigió a Miriam para pedirle explicaciones, mientras la superviviente se escudaba en que él no dejó hablar a Sonia en la gala. Al verse contra las cuerdas, Miriam se quitaba por fin la careta afirmando que va a ir a muerte a defender a Sonia y los gemelos (para mí que esta chica vive en una realidad paralela, porque, para empezar, no están en el mismo grupo; y para continuar, tienen todas las papeletas para salir a la calle en cuanto estén nominados). La bronca degeneraba en el siguiente capítulo del culebrón previsto: Miriam despotricando de Igor, y afirmando que solo busca el dinero; e Igor explicando que la actitud de la chica fuera de la casa no le ha gustado nada, y que le parece que lo único que busca son platós (imagino que el próximo capítulo será Miriam buscando consuelo en Edo para tratar de dar celos a Igor, dentro, y, sobre todo, a Mike, fuera de la casa).

Y hablando de fuera, dos concursantes protagonizaban ayer un suceso más propio de un sainete de Arniches que de la vida real: os cuento la historia. Lorena, comprueba como por Twitter circula un fotomontaje que no la deja en buen lugar (es una presunta conversación de Whats App en que pide a Leti que no la ponga verde). Siguiendo la cadena, descubre que Leti y sus amigos habían retuiteado el mensaje. La de Valencia entra en cólera y amenaza con denunciar a los amigos de Leticia, llegando a tuitear: “Estoy de camino a la comisaría” a las dos de la mañana. Viendo que no conseguía que le respondiesen, optó por pedir a sus amigos que bloqueasen dos cuentas, aunque por la redacción del tuit parecía que pedía el bloqueo de Noe, Argi y Anabel, ante lo que tuvo que volver a tuitear para desfacer el entuerto (no se por qué, pero a mí me da que esta historia tan bizarra tiene como único objetivo acudir al Deluxe. Todo se andará).