15
Ago
2013
Ernest Rivera pierde los papeles en el mundial de Atletismo, Paz Padilla enseña los brakets y comportamiento machista en T5 Imprimir
Los Blogs del Telescopio - Interferencias
Compartir en MenéameCompartir en TuentiCompartir en Buzz it!Compartir en FacebookCompartir en Twitter

El comentarista compite en carisma con el eterno Jordi Hurtado

Continuamos con el verano calentito, amenizado, por el momento con los paupérrimos resultados de nuestros atletas en Moscú, capital de la homofobia europea. Los atletas españoles no están dando el do de de pecho o al menos no tanto como se esperaba y ya se apuntan responsables: el dinero y el gobierno. Al menos por ahí ha apuntado la mejor deportista del momento en España, Mireia Belmonte que ha denunciado públicamente la falta de medios y apoyo a los deportistas. "Llegué con las piernas destrozadas por ir en un bus hasta Eindoven" dijo Mireia que amenaza con darnos buenos momentos dentro y fuera de la piscina.

Pero siguiendo con el mundial de atletismo, los resultados pírricos de los españoles contrastan para bien con los de hace dos años donde se consiguió una medalla y dos finalistas. Afortunadamente el reto está superado pero es insuficiente para un país que aspira a ser sede de los JJOO. Ya lo dijo el gran Ernest Rivera: "si nos dan los Juegos, bien pero como no nos los den, se va a dejar de invertir y tenemos por delante un gran peregrinar por el desierto" aseguró en caliente aunque luego matizó. De hecho las salidas de tono de Ernest es lo más interesante de los Mundiales, que si se estropea el ordenador y no pueden ver las tarjetas amarillas en las pruebas de marcha, que si, se los tuiteros se cachondean de él cuando asegura que Mónica Pont ha sido la mejor marchadora con el mejor resultado en un mundial (la marchadora se llama igual que la polémica colaboradora), que si se queja por las horas a las que se tiene que levantar, se toma con mal humor las críticas a sus comentarios asegurando "he hecho una carrera para algo" o las bromitas que levanta cuando es capaz de repetir el mismo dato treinta veces y sin pentañear (supongo que para rellenar) o por último la sutileza con la evitó nombrar al atleta ecuatoriano Andrés Chocho.

Un mundial que se ha salvado in extremis por el patrocinio de la "Cárnicas Serrano" que ha pagado los 60.000 euros para que rtve pudiera emitir el mundial a cambio de someternos al espectador a sus tortuosos anuncios. Cada dos por tres, o en cada final aparece siempre los dos únicos anuncios que se han emitido, con una música que se clava en lo más profundo del cerebro y con un texto que los aficionados al atletismo recitamos de memoria.

El otro tema del día es la afición que tienen algunos presentadores de enseñarnos sus intimidades. Hace unas semanas Paz Padilla, (que sigue ofendiendo a todos los periodistas que están en paro mientras una humorista gana una pasta por hacer cuatro horas de directo todas las tardes), nos enseñó sus brakets carísimos transparentes. Los presentadores millonarios no se cortan a la hora de hablar de recortes, de sanidad y educación pública (que ellos solo conocen por los periódicos y las noticias) y luego nos retregan sus millones en forma de inalcanzables brákets para el común de los mortales. Más repugnancia me da recordar como Rosa Benito alardeaba de comprar a sus amigos Cartieres de más de 1.000 euros.

Y por último el último escándalo de T5 que ha encontrado un filón con la "Fábrica de la Tele" que sigue demostrando por qué es de la únicas productoras que no están en números rojos. El primer reallity de la productora, está rompiendo todos los límites en cuanto a mal gusto se refiere. Ducharon a una concursante con chocolate siendo alérgica a este, un concursante destroza con rabia un futbolín de madera, mala madre o puta mentirosa son algunas perlas que se sueltan o uno de los ex-concursantes se excede ante un entregado pueblo asegurando que se va a follar a sus mujeres. Como os ha contado mi compañera y amiga Choni, el programa ha tomado cartas pero no ha podido evitar que sean ya muchas marcas las que han boicoteado un formato que sigue convirtiéndose en un despropósito.