Está considerado el primer crimen racista en España
Este miércoles, la plaza de la Corona Boreal en Aravaca fue el escenario de un homenaje vecinal en memoria de Lucrecia Pérez, quien fue asesinada hace 33 años en lo que se considera el primer crimen reconocido como racista en España.
Este evento, organizado por la Asociación Vecinal Osa Mayor y la Asociación Cultural y Deportiva Rosa Luxemburgo (ACROLA), comenzaba a las 18 horas e incluyó una ofrenda floral y diversas intervenciones.
El lema del homenaje, “No olvidamos, no perdonamos”, refleja el profundo compromiso de la comunidad para recordar y honrar la memoria de Lucrecia Pérez. Ella fue asesinada el 13 de noviembre de 1992, en un ataque perpetrado por cuatro encapuchados en un lugar frecuentado por la comunidad dominicana, una antigua discoteca llamada Four Roses. Durante el ataque, uno de los disparos impactó en su corazón, causándole la muerte.
Lucrecia Pérez fue víctima de un crimen que, según la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), ocurrió "por el simple hecho de ser migrante y sin recursos". Este acto de violencia fue llevado a cabo por un guardia civil y tres menores asociados con la ultraderecha, todos los cuales confesaron el homicidio. El guardia civil fue condenado a 54 años de prisión, mientras que los menores recibieron penas de 24 años.
El homenaje en Aravaca se realiza un día antes del aniversario oficial del asesinato, para evitar coincidir con otro acto programado en Lavapiés, que se llevará a cabo bajo el lema “Memoria, Dignidad y Resistencia Antirracista”. Ambos eventos tienen como objetivo mantener viva la memoria de Lucrecia Pérez, cuyo caso conmocionó a la sociedad española y marcó un punto de inflexión en la lucha contra los delitos de odio.
La FRAVM también ha denunciado la desaparición de un mural conmemorativo que se encontraba en la parte trasera del antiguo Centro de Mayores, el cual fue aprobado para su reposición por el Ayuntamiento desde 2017, pero aún no ha sido reinstalado. En 2012, se inauguró una escultura en honor a Lucrecia, pero la falta del mural resalta la necesidad de visibilizar y recordar su historia.
En un contexto de creciente discurso racista y xenófobo, las asociaciones vecinales de Aravaca enfatizan la importancia de la memoria colectiva y el compromiso ciudadano en la lucha por la convivencia y la justicia social. Se recuerda que “el olvido también mata”, y el homenaje a Lucrecia Pérez se convierte en un grito colectivo de resistencia frente al odio y la intolerancia. |