El TSJM estima parcialmente el recurso presentado por la hija de la víctima

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha tomado una decisión crucial en el caso del policía local, Fernando R. C., que fue condenado por el asesinato de una anciana de 83 años en Ciempozuelos.

El caso se centra en el asesinato de una anciana que vivía sola y que se encontraba en una situación de vulnerabilidad. Fernando R. C., el acusado, es un policía local que, según las pruebas presentadas, había ejecutado un plan para convertirse en el único heredero de la víctima. Se estableció que el acusado había intentado inicialmente matarla provocando un accidente de tráfico y, posteriormente, la empujó por las escaleras de su vivienda.

En abril, la Audiencia Provincial de Madrid había impuesto una condena de 39 años de cárcel a Fernando R. C. por sus acciones. Esta sentencia fue el resultado de un juicio en el que un jurado popular consideró probado que el acusado había actuado con premeditación y alevosía.

El TSJM ha decidido elevar la condena a prisión permanente revisable. Esta decisión se basa en la consideración de la especial vulnerabilidad de la víctima, quien estaba convaleciente de un accidente de tráfico que había sido provocado por el propio acusado. Los magistrados también encontraron que existía un delito continuado de falsedad, lo que llevó a un incremento de la pena correspondiente.

Por otro lado, el TSJM ha desestimado en su totalidad el recurso presentado por Fernando R. C., quien negaba su participación en los hechos y alegaba que se habían vulnerado sus derechos fundamentales durante el proceso judicial. El tribunal no encontró mérito en estas alegaciones y mantuvo la condena.

Además de la elevación de la pena de prisión, el TSJM ha fijado una indemnización de más de 557.000 euros para la hija de la fallecida. Esta compensación económica refleja el impacto del crimen en la vida de la familia de la víctima y busca proporcionar algún tipo de justicia.

Los magistrados subrayaron que la anciana se encontraba en una situación de extrema indefensión, lo que fue un factor determinante en la decisión de aumentar la severidad de la condena. La combinación de su edad, su estado físico y la circunstancia de que el acusado, siendo policía, actuara en un momento en que no había testigos ni personas que pudieran ayudarla, fue crucial para la valoración del tribunal.