Con un 44% de los votos, se convierte en el tercer ganador menos votado del formato

Después de 131 días de juego, anoche Gran Hermano cerraba sus puertas, y lo hacía con la proclamación del ganador: el alcalaíno Pepe Flores. Pepe, uno de los favoritos desde casi el principio del programa, no obstante empezó a perder apoyo al elegir a su ganadora +1, Noemí Merino, que no estuvo presente en la gala debido al abandono de la misma que protagonizó el pasado jueves.

Pepe, así, y con un 44,1% de los votos, se convierte en el tercer ganador menos votado de la historia del formato, sólo superado por Judith Iglesias, ganadora de la novena edición, e Ismael Beiro, primer campeón del concurso.

Pepe Flores, no obstante, consiguió la victoria en una final en la que descubrió su triunfo mientras volaba por el cielo en que se convirtió la casa de Guadalix para la ocasión, y recibió su ansiado maletín con 300.000 euros de manos de la ganadora de la anterior edición, Laura Campos.

Pepe, que afirmó que el dinero serviría para “resolver asuntos que tenía pendientes antes de entrar”, explicó también que espera que la fama conseguida le sirva de trampolín para continuar con su carrera de bailaor.