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15
Feb
2024
Alcalá estrena campaña de lucha contra la procesionaria PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Sociedad Alcalá
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Foto cedida por Ayuntamiento de Alcalá La Zona Este la más afectada de Madrid por la presencia del insecto

El Ayuntamiento de Alcalá de Henares, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, ha puesto en marcha una campaña informativa preventiva ante la proliferación de la oruga procesionaria del pino, una especie habitual en los espacios urbanos. Desde el Ayuntamiento se aborda su control preferentemente llevando a cabo acciones encaminadas a aumentar los predadores: favoreciendo los hábitats de aves y murciélagos que se alimentan de larvas.

Con carácter preventivo, desde el Ayuntamiento se realizan tratamientos mediante endoterapia (inyecciones en tronco), en las zonas donde se han detectado mayores poblaciones, durante los meses de otoño. Este método, que es el más efectivo, puede provocar daños por las inserciones de agujas de aplicación y no puede usarse de forma generalizada.

Cuando aparecen los bolsones blancos que albergan las larvas, y si son accesibles (árboles bajos y accesibles), se puede proceder a la retirada de los mismos. Con altos niveles de población, se han instalado trampas de feromonas para captura de adultos, control biológico y trampas para la captura de orugas. Ante esta situación, la Concejalía de Medio Ambiente recomienda no tocar ni los nidos ni las orugas y enseñar a los más pequeños a reconocerlas, controlar a las mascotas en los paseos con correa y vigilar a los menores.

En caso de contactar con los pelos urticantes, al tratarse de una toxina termolábil, de debe aplicar agua templada en la zona afectada y acudir al médico/ veterinario de forma inmediata. Los síntomas más comunes son urticaria, picazón, hinchazón e incluso, en función del grado de sensibilidad a la toxina, reacción alérgicas y ataque de asma. Es muy importante no rascarse, ya que se ayudará a extender la toxina.

La Comunidad de Madrid ha comenzado a supervisar más de 65.000 hectáreas de pinares de la región para detectar la presencia de la oruga procesionaria. Las zonas más afectadas por este insecto son, sobre todo, las de Pinus pinaster, del piedemonte de la Sierra de Guadarrama, y de Pinus halepensis, presenta en el este y sureste madrileño.

El Cuerpo de Agentes Forestales autonómico (CAF), encargado de revisar y evaluar la presencia de esta especie para controlar su propagación, ha divisado este año más bolsones en zonas altas de Pinus sylvestris, debido a la ausencia de bajas temperaturas este invierno. La labor de estos profesionales consiste en cumplimentar unas fichas para determinar la situación de estos lepidópteros en una zona delimitada y comprobar si se deben tomar medidas como la aplicación de insecticidas, instalación de trampas de feromonas u otras acciones para su desaparición.

La conocida en términos entomológicos como Thaumetopoea pityocampa vive un aumento de su población en los últimos años debido a los otoños cálidos y secos, que les son muy favorables. Son capaces de producir grandes daños en las masas forestales, propiciando la aparición de otras plagas y disminuyendo el vigor del arbolado, al que convierten en más sensible a los incendios. Además, pueden perjudicar la salud de los animales de compañía como perros, que pueden sufrir daños severos en la lengua (necrosis) y, en algunos casos, hasta la muerte, cuando se encuentran en entornos urbanos como parques y jardines.

Estas larvas habitan en bolsones ubicados en los pinos, de cuyas hojas se alimentan. Durante los meses de invierno y el comienzo de la primavera, nacen y empiezan a verse los primeros nidos en los extremos de las ramas. Cuando las condiciones climatológicas son favorables, bajan al suelo para enterrarse formando una especie de procesión, de ahí el origen del nombre. En verano, culminarán la metamorfosis al convertirse en mariposas y reproducirse.

El Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid ofrece una serie de recomendaciones a la población, para evitar posibles daños en su salud y en la de sus animales de compañía. Así, se aconseja evitar cualquier contacto con los nidos y con las orugas, ya que sus pelos urticantes, que incluso pueden ser trasladados por el viento, podrían provocar reacciones alérgicas en la piel. En caso de que ésta sea grave, se debe llamar al teléfono de emergencias 112 o acudir a un centro sanitario.

Hay que evitar pasear bajo los pinos afectados o cerca de ellos, y en caso de transitar por estas zonas, cubrirse la mayor parte del cuerpo, llevar gorra y gafas y evitar frotarse los ojos. En caso de haber tenido contacto, conviene ducharse y lavarse la cabeza lo antes posible, así como la ropa utilizada.

Los niños deben ir sujetos por los adultos para evitar que toquen estos insectos. En el caso de las mascotas, es muy peligroso que entren en contacto con estos lepidópteros y, especialmente, que las ingieran, ya que pueden ocasionar graves daños al animal. Si esto sucede hay que buscar asistencia veterinaria inmediata.

 

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