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22
Nov
2025
21 jovenes ingresan en el Seminario de Alcalá PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Sociedad Alcalá
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Foto cedida por Obispado de MadridSon los correspondientes a las diócesis de Madrid y Alcalá

El curso propedéutico en Alcalá de Henares representa un nuevo inicio para 21 jóvenes que han sentido la llamada al sacerdocio. Este programa tiene como objetivo principal la formación integral de los seminaristas en aspectos humanos, espirituales e institucionales, y se desarrolla en un ambiente comunitario bajo la guía de formadores experimentados.

La inauguración del curso propedéutico tuvo lugar el 28 de septiembre en el Monasterio de San Bernardo, donde se celebró una eucaristía solemne que incluyó la participación de las familias de los jóvenes. Durante la homilía, el rector del Seminario Conciliar de Madrid, Antonio Secilla, ofreció palabras de aliento, enfatizando que este es el inicio de un camino de oración, obediencia y comunidad. Secilla destacó que esta etapa será transformadora para los jóvenes, convirtiéndolos en discípulos misioneros configurados con Cristo.

El curso propedéutico es una fase introductoria crucial en la formación sacerdotal. No se centra en estudios filosóficos o teológicos formales, sino que se enfoca en la verificación de la llamada al sacerdocio, el crecimiento personal y el discernimiento sobre la idoneidad del candidato. Durante este año, los jóvenes son acompañados para profundizar en su historia personal y su relación con Dios, fortalecer su vida de oración y comenzar a vivir en comunidad.

Este periodo se describe como una "escuela de vida en discernimiento", donde se busca que el discernimiento se convierta en un estilo de vida. También se trabaja en el desarrollo de la madurez afectiva, el autoconocimiento y la amistad fraterna, enfatizando que el sacerdocio es un don y una responsabilidad, no un simple oficio. Al finalizar el año propedéutico, aquellos que continúen avanzarán a las etapas de formación discipular y configurativa, que incluyen estudios filosóficos y teológicos.

Una característica notable del curso 2025-2026 es que los seminaristas de la región de Madrid realizarán su etapa inicial en Alcalá de Henares. Este cambio es resultado de una colaboración entre las diócesis de Madrid y Alcalá, con el fin de establecer una comunidad formativa común para la etapa propedéutica. El acuerdo entre los obispos de ambas diócesis establece que el Seminario de los Santos Niños Justo y Pastor en Alcalá será la sede de esta etapa, mientras que las etapas posteriores se llevarán a cabo en Madrid.

Este enfoque busca fomentar el enriquecimiento mutuo entre los seminaristas de diferentes diócesis, creando una comunidad formativa adecuada en tamaño y diversidad.

La vida comunitaria es un aspecto fundamental de esta etapa, ya que los jóvenes vivirán en régimen de internado, participando en momentos de oración, formación espiritual y convivencia. Este año propedéutico requiere una profunda adaptación, ya que implica dejar atrás la comodidad anterior, abrazar una nueva disciplina litúrgica y de oración, y enfrentar las propias fragilidades.

Secilla, en su homilía, subrayó que el propedéutico es un tiempo de verificación de la llamada, confianza y gratitud. Animó a los jóvenes a dejar atrás sus seguridades y a entender que la vocación sacerdotal requiere amor, libertad y entrega total de la vida, sustentada por una vida interior donde Dios se manifiesta, a pesar de las tensiones y luchas.

Para los 21 jóvenes que inician este proceso —16 de Madrid, 2 de Pamplona y 3 de Alcalá—, este primer año es fundamental no solo para su formación intelectual, sino también para moldear sus corazones sacerdotales. Este periodo será decisivo para confirmar que su camino es compartido dentro de la Iglesia. Alcalá de Henares se erige como un símbolo de este nuevo comienzo, representando una comunidad germinal que crecerá y se cimentará en los próximos años.

En resumen, el curso propedéutico en Alcalá de Henares es una etapa esencial en la formación de futuros sacerdotes, caracterizada por el discernimiento, la vida comunitaria y el crecimiento personal, todo en un contexto de fe y acompañamiento.

 

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