La lluvia se llevó la arena de la plaza, convirtió las calles en ríos y afectó el Recinto Ferial

Como si el tiempo no hubiera pasado, ayer Arganda recordó lo ocurrido hace cuatro años. Por aquel entonces una ciudad en víspera de Fiestas veía como el cielo se abría sobre sus cabezas, provocando inundaciones que destrozaban buena parte de la localidad. Esta vez la cosa no ha sido para tanto, pero la lluvia sí ha afectado de forma importante al municipio, y además antes de declararse oficialmente la alerta amarilla por lluvias.

Y es que el agua llegaba en la tarde de este viernes, y lo hacía de forma torrencial, hasta el punto de que la riada se llevaba por delante la arena de la plaza de toros obligando al Consistorio a trabajar durante la madrugada para dejarlo todo listo de cara al primer encierro de las fiestas que, si no hay más contratiempos, se celebrará a las once de la mañana.

Así, una vez más, la lluvia convirtió las calles en ríos provocando fuertes inundaciones en toda la localidad y afectando especialmente al recinto ferial, dónde hasta cayó un árbol golpeando varias farolas.