Es el primer tratamiento conocido para el síndrome congénito SAM
Investigadores del Laboratorio de Inmuno-regulación del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón (IISGM) y del Hospital Niño Jesús han identificado por primera vez una diana a la que dirigir un tratamiento eficaz para un tipo de ictiosis conocido como el síndrome congénito SAM (acrónimo del inglés Severe dermatitis, Allergies and Metabolic wasting). El descubrimiento, que ha sido publicado en la prestigiosa revista científica “New England Journal of Medicine”, se ha basado en la identificación de una alteración en el sistema inmune de una niña de 9 meses, lo que ha permitido emplear un tratamiento específico para bloquear la molécula inflamatoria que le provocaba graves síntomas en la piel y un retraso en el crecimiento.
El SAM entra dentro de las ictiosis hereditarias, un grupo de enfermedades genéticas muy poco frecuentes que producen alteraciones muy graves en la piel de los recién nacidos. La descamación, el enrojecimiento cutáneo y la aparición de placas de hiperqueratosis asociados a estas enfermedades ocasionan un gran picor y un malestar generalizado que deteriora enormemente la calidad de vida del paciente. En algunas formas muy graves, los afectados tienen mayor propensión a las infecciones, retraso en el crecimiento y una serie de manifestaciones generales que pueden poner en peligro su vida.
En la actualidad, no hay ningún tratamiento disponible para estas enfermedades raras. Las cremas y algunos fármacos, como los retinoides orales, ofrecen un alivio parcial de los síntomas, pero apenas tienen efecto sobre el picor, las infecciones y el retraso del crecimiento en los niños.
El caso que ha propiciado el hallazgo es es de una paciente de 9 meses de edad, afectada por una enfermedad de este tipo en un estado muy grave y que fue remitida al Hospital Niño Jesús de Madrid. La niña presentaba una intensa eritrodermia (enrojecimiento de toda la piel), un picor que no se aliviaba con ningún medicamento y que incluso le impedía dormir. A lo largo de su corta vida había necesitado múltiples ingresos hospitalarios debido a las graves infecciones que sufría. Presentaba un retraso del crecimiento muy severo con valores de peso muy por debajo del percentil 3, considerado por la OMS como desnutrición severa. El gran retraso en el crecimiento, junto con las infecciones recurrentes, ponía en peligro la vida de la niña y los tratamientos empleados habitualmente en estas patologías no proporcionaban ninguna mejoría.
La sintomatología y las diversas pruebas genéticas realizadas orientaron el diagnóstico a la presencia de mutaciones en proteínas primordiales para mantener la estructura de la epidermis y coincidían con un síndrome congénito denominado SAM, del que apenas se han descrito una decena de casos en todo el mundo.
La alteración genética responsable de la patología no se puede corregir pero, con el fin de mejorar los síntomas y con ello superar el grave riesgo en el que estaba la paciente, el caso fue compartido con el Dr. Rafael Correa Rocha, jefe del Laboratorio de Inmuno-regulación del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón (IISGM), cuyo equipo se dedica a la investigación de las alteraciones del sistema inmunológico y procesos inflamatorios en población pediátrica, aplicando tecnologías avanzadas.
Dos investigadores de este grupo, Rebeca Kennedy y Esther Bernaldo de Quirós, analizaron más de 150 variables inmunológicas a partir de una muestra de sangre, empleando técnicas punteras. El análisis mediante algoritmos matemáticos de estas variables arrojó como resultado que la paciente presentaba cantidades anormales de una población particular de células que forma parte del sistema inmunológico, las células Th-17. Estas células producían una molécula denominada Interleuquina-17, que desencadenaba un proceso inflamatorio que activaba la proliferación de los queratinocitos de la piel y que era el probable causante de las demás manifestaciones cutáneas, como el enrojecimiento y el intenso picor.
Una vez identificada dicha alteración, se administró a la paciente un fármaco específico para bloquear esta molécula, denominado Secukinumab, que se había empleado con éxito en el tratamiento de psoriasis en adultos.
En tan solo tres semanas de tratamiento con este fármaco se observó una mejoría considerable, tanto por una marcada disminución de la cantidad de células Th-17 y de interleuquina-17, como en el estado general de la paciente. Los padres referían una enorme disminución del picor, por lo que la niña dormía mejor, así como una clara disminución del llanto que reflejaba su mejoría en la calidad de vida. Paralelamente a la espectacular mejoría de la piel, la niña empezó a recuperar peso rápidamente y a las 35 semanas de empezar el tratamiento se situó en torno al percentil 50, que es el promedio de los niños sanos de su edad.
En palabras del Dr. Rafael Correa: “Este caso refleja el excelente nivel de la investigación biomédica en nuestro país, así como la importancia de la colaboración multidisciplinar en el abordaje terapéutico de los pacientes que sufren enfermedades raras. La transferencia de los avances en investigación al paciente ha hecho posible sacar a esta niña de una situación que comprometía seriamente su vida”.
El abordaje desarrollado para este caso, empleando los últimos avances en el campo de la inmunología, puede servir para establecer una nueva estrategia de medicina personalizada en el que se identifica y se administra una terapia dirigida frente aquellos elementos o células que están específicamente alterados en la patología o implicados en los síntomas que comprometen la calidad de vida o incluso la vida del paciente. Esto permite conseguir un efecto mucho más eficaz, a la vez que no se comprometen otras respuesta beneficiosas del sistema inmunológico del paciente.
“Esta estrategia de análisis exhaustivo y personalizado del sistema inmune abre una ventana a la esperanza para el tratamiento de diversas patologías asociadas con procesos inflamatorios graves, ya sean enfermedades raras de la piel, enfermedades autoinmunes o incluso el empeoramiento clínico de pacientes COVID”, añade Rafael Correa.
Este estudio ha sido posible gracias a la colaboración de investigadores y médicos de distintos centros de Madrid, Málaga y Salamanca, y al apoyo de la Fundación Familia Alonso. Los resultados han sido publicados en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine y los investigadores responsables del proyecto ya están asesorando a otros profesionales en distintos países sobre el tratamiento de pacientes con la misma patología.
Un equipo de médicos intensivistas y enfermeras de UCI del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda llevará a cabo una acción formativa, promovida por la European Society of Intensive Care Medicine (ESICM) y subvencionada por la Comisión Europea, con el objetivo de formar a médicos de otras especialidades y enfermeras de otras áreas, en el manejo del paciente crítico ingresado en UCI por Covid.
Esta iniciativa, avalada además por la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), será extensiva a un total de 27 países europeos. El objetivo de este proyecto, que se llevará a cabo en el mes de noviembre, es contar con profesionales formados en este ámbito que pudieran, en un momento de incremento de pacientes críticos afectados por SARS-COV-2, reforzar las unidades de cuidados intensivos.
El curso se estructura en dos partes: una primera teórica en formato online y una segunda más práctica que será presencial si las condiciones del momento lo permiten. Hasta el momento más de 70 médicos y otras tantas enfermeras de Puerta de Hierro han mostrado su interés en participar en esta formación lo que pone de manifiesto el interés y voluntad de trabajo en equipo que ya fue notorio en los meses más duros de la pandemia.
La Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Servicio de Digestivo del Hospital Universitario de Fuenlabrada ha realizado un estudio sobre la infección por Covid-19 en pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), que incluye a personas con Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, para determinar la prevalencia y el alcance del virus en estos pacientes.
Este trabajo recientemente publicado en la revista internacional ‘Inflammatory Bowel Diseases’ ha analizado cómo se desarrolla la infección por Covid-19 en pacientes con Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa debido a que estas patologías requieren de forma frecuente el uso de tratamientos que alteran la respuesta inmunológica como los fármacos inmunosupresores (azatioprina, mercaptopurina y metotrexate) o medicamentos biológicos (infliximab, adalimumab, golimumab, ustekinumab, y vedolizumab, entre otros).
“En los estudios iniciales de otros países como China o Italia, los datos sobre la evolución de la infección por Covid-19 en estos pacientes eran escasos. Por ello, en nuestro centro realizamos el presente estudio para mejorar el conocimiento de la infección en pacientes con EII, valorando la gravedad y frecuencia de la infección en nuestros pacientes”, explica Iván Guerra, investigador principal de este trabajo y facultativo del Servicio de Digestivo del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
La principal conclusión de esta investigación es que la infección por Covid-19 parece ser igual de frecuente que en el resto de la población, siendo la mayoría de los casos manifestaciones leves. De los 805 pacientes con seguimiento por la consulta de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del hospital, 82 personas (10,2%) fueron diagnosticadas con Covid-19: 28 pacientes (3,5%) como casos confirmados y 54 (6,7%) como sospechosos. “La incidencia fue similar en hombres y mujeres, con una media de edad de 46 años. Además, la mitad de los pacientes tuvieron síntomas digestivos, siendo la diarrea el más frecuente, aunque solo un paciente tuvo un empeoramiento de su EII durante la infección por Covid-19”, destaca Guerra.
Con respecto a la gravedad de la infección en pacientes con Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, este trabajo revela que el 79% de los participantes tuvieron una infección leve, falleciendo uno de ellos con comorbilidades durante el seguimiento. En este sentido, la dificultad para respirar (disnea) se asoció a una infección más grave. “La mayoría de pacientes mantuvieron el tratamiento de su EII, sin tener un peor pronóstico los pacientes tratados con fármacos inmunosupresores o biológicos respecto a aquellos que no los tomaban” subraya Guerra. Asimismo, tras este estudio se ha mantenido el seguimiento de estos pacientes y se están analizando nuevos datos en estos momentos.
Los profesionales implicados en este estudio aconsejan a los pacientes con Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa que contacten con su Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal una vez sean diagnosticados por Covid-19. Además, estos especialistas recuerdan que es fundamental se mantengan las medidas preventivas contra el virus: lavado de manos, uso de mascarilla y distancia social para disminuir el riesgo de infección.
La Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal responsable de este estudio forma parte de la cartera asistencial que ofrece el Servicio de Digestivo del Hospital Universitario de Fuenlabrada dirigido por Fernando Bermejo. Este servicio está formado por 12 médicos especialistas y cuatro residentes, además, esta área dispone de personal de enfermería en las salas de endoscopia y las consultas específicas. Con una completa labor asistencial, docente e investigadora, este servicio atiende más de 16.000 consultas al año.
Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos han establecido, usando modelo experimental, una asociación entre cambios en la microbiota intestinal y el desarrollo de insuficiencia cardiaca, lo que, de trasladarse a la actividad clínica, podría servir para identificar a pacientes que pudieran desarrollar insuficiencia cardiaca. Este estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Hypertension. La importancia de la investigación abre la puerta a que se pueda predecir la progresión de la insuficiencia cardiaca, así como que una intervención para restaurar la microbiota intestinal pueda ser una estrategia terapéutica innovadora para prevenir su desarrollo. Existían evidencias de que cambios en la composición de la microbiota intestinal se asociaban con la disfunción cardiaca y otras comorbilidades en los pacientes con insuficiencia cardiaca, aunque se desconocía si esta disbiosis era causa o consecuencia de la patología.
Gracias a la realización de este estudio “hemos visto que los cambios en la microbiota eran anteriores a las alteraciones estructurales del corazón por lo que los cambios en la microbiota pueden tener un valor predictivo de desarrollar insuficiencia cardiaca”, explica la investigadora del Hospital Clínico San Carlos, Dulcenombre Gómez Garre.
Desde un punto de vista cardiológico, la dieta y el estilo de vida son fundamentales para una buena salud cardiovascular y adquieren cada vez mayor importancia. “Las bacterias intestinales son capaces de producir sustancias que regulan el equilibrio cardiovascular, por lo que una dieta cardiosaludable asegura una buena microbiota intestinal” explica el cardiólogo y director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Julián Pérez Villacastín.
La microbiota intestinal se compone de un conjunto de bacterias que viven en el intestino del ser humano, y que son importantes para el estado de salud del organismo debido a su contribución de forma muy especial en la regulación del sistema inmune o en la absorción de nutrientes siendo, por ejemplo, imprescindibles para la síntesis de vitamina K y del complejo B.
El conocimiento de los factores que determinan la composición de la microbiota en condiciones de salud es esencial para descifrar la naturaleza de los estados de enfermedad y el desarrollo de estrategias terapéuticas.
La Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid ha distinguido a cuatro hospitales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) por obtener las coberturas más elevadas en profesionales sanitarios en la campaña de vacunación frente a la gripe 2019/20, y durante un encuentro digital con representantes con los centros premiados, presidido por la directora general de Salud Pública, Elena Andradas
El Hospital Universitario Fundación Alcorcón, con un 52,6% de cobertura frente a la gripe en sus profesionales, ha sido el centro que ha obtenido el mejor resultado, seguido del Hospital Universitario Gregorio Marañón (44,1%), Hospital Universitario 12 de Octubre (43,1%), y en cuarta posición, el Hospital Universitario Puerta de Hierro (Majadahonda) (42,2%).
En reconocimiento a su labor, los cuatros hospitales han recibido un premio para formación. Además, la Dirección General de Salud Pública ha otorgado el premio de cooperación al Hospital Fundación Alcorcón por el Proyecto de Cooperación de Salud Comunitaria para el fomento de la vacunación en la región de El Seibo, República Dominicana, y como premio especial por tratarse del centro con mayor cobertura vacunal. El apoyo económico está financiado por el Laboratorio Sequirus, adjudicatario de la vacuna frente a la gripe en la temporada 2019/2020.
Estos premios se enmarcan dentro de las iniciativas lideradas desde la dirección general de Salud Pública con el objetivo de impulsar la vacunación entre los profesionales sanitarios, y especialmente la vacunación frente a la gripe, al ser un grupo clave en la vacunación. Los profesionales sanitarios juegan un papel primordial frente a la vacunación por diferentes motivos, por su propia protección, porque protegiéndose ellos protegen a los pacientes que atienden, especialmente a los más vulnerables, y además por la ejemplaridad que supone que los sanitarios se vacunen. Salud Pública recuerda que en la situación sanitaria excepcional del covid-19 es fundamental reducir al máximo la probabilidad de enfermar por gripe y transmitir la misma al resto de la población.
Para esta temporada 2020/2021, el objetivo de la campaña de vacunación es alcanzar coberturas del 75%, en consonancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la Comisión Europea y el Ministerio de Sanidad.
En noviembre de 2019, la Dirección General de Salud Pública, organizó una jornada en colaboración con el Hospital Universitario Gregorio Marañón, en la que participaron los Servicios de Riesgos Laborales de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y representantes de los equipos directivos de dichos hospitales. El objetivo de la jornada fue compartir estrategias para fomentar la vacunación antigripal en el ámbito sanitario. Fruto de esta jornada se constituyó un grupo de trabajo de vacunación frente a la gripe, formado por los jefes de los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales de los Hospitales del SERMAS y coordinado por la Subdirección de Promoción, Prevención y Educación Sanitaria de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid.
A lo largo de 2020, este grupo ha trabajado en la elaboración de indicadores comunes de cobertura vacunal, con objeto de hacer comparables dichas coberturas entre los diferentes centros hospitalarios del SERMAS. Este trabajo conjunto ha permitido conocer en profundidad, la situación en relación a la cobertura vacunación de los diferentes colectivos de trabajadores de los centros hospitalarios y reconocer la labor desarrollada durante la campaña de vacunación. El reconocimiento del trabajo ha sido el motivo que ha impulsado a la Dirección General de Salud Pública a distinguir a los hospitales que han conseguido las cifras de cobertura más altas.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha visitado la nueva Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, una nueva dotación para la sanidad pública madrileña en la que el Gobierno regional ha invertido 1.678.000 euros con el objetivo de reforzar la atención especializada a enfermos críticos. Es una unidad pionera por su carácter flexible, ya que cuenta con una serie de instalaciones y equipamiento que permite pasar de las 23 camas habituales a 35, de forma inmediata, y así dar respuesta a demandas asistenciales derivadas de crisis sanitarias o emergencias.
Díaz Ayuso ha destacado que a la hora de poner en marcha este nuevo espacio han primado “unos criterios en base a la eficiencia, la flexibilidad y la comodidad para los pacientes y el personal sanitario, y por encima de todo, a la humanidad, que es lo que representa el trabajo de la enfermería”. “Sobre todo, en situaciones como esta del COVID que estamos viviendo donde tantas familias no pueden estar ni despedirse de sus seres queridos”, ha añadido.
El nuevo equipamiento sanitario está dotado con las tecnologías “más avanzadas en cuidados intensivos” y tiene la capacidad de que los mismos espacios pueden casi duplicarse, de tal modo que si es necesario se pase de las 23 camas a un máximo de 35. Junto con las UCI que ya contaba este Hospital público -18, ampliables a 23- se puede llegar a las 58. “Son unas UCIs de primera”, ha resaltado la presidenta madrileña.
Actualmente, la Comunidad de Madrid cuenta con 1.094 camas instaladas en UCI, entre hospitales públicos y privados, de las que 803 están ocupadas, lo que se traduce en el 73,4% del total. De ellas, 466 están con pacientes COVID-19, lo que supone un 42,5% del total de camas instaladas. En el caso de los hospitales públicos, las camas UCI ascienden a 842, de las que 706 están ocupadas, 419 por pacientes con coronavirus.
La nueva unidad del Hospital público Gregorio Marañón ocupa 1.100 metros cuadrados que se puede dividir en dos áreas separadas y simétricas para destinar la mitad de las camas a enfermos con COVID-19 y, el resto, a pacientes no infectados por coronavirus. Para ello, también se han instalado dos controles de enfermería que permiten una visión directa de todos los puestos, además de conectarse de forma independiente con el espacio destinado a trabajo y descanso del personal.
Los boxes están separados por unos tabiques móviles que, junto a los innovadores cabeceros suspendidos, permiten aumentar el número de camas y reaccionar de forma rápida ante una situación de emergencia sanitaria.
Todas las habitaciones cuentan con presión positiva y se han habilitado cuatro estancias con presión negativa que permiten un alto aislamiento, con una antesala estanca que facilita al personal equiparse antes de acceder a la habitación y a su vez mantener las presiones entre las diferentes áreas y el interior del box.
La unidad cuenta con un sistema de ventilación que renueva el aire desde el exterior doce veces cada hora, todo ello a través de filtros HEPA y con control de contaminantes. Asimismo, las habitaciones cuentan con un sistema de iluminación que permite tres modos: apagado, encendido y ciclo circadiano, que imita la luz natural según el momento del día.
Las nuevas instalaciones se han dotado con tecnología y equipos de última generación como respiradores, desfibriladores, electrocardiogramas, carros de parada, monitores y control de monitorización y todo el mobiliario clínico necesario.
Además, la nueva UCI del Hospital público Gregorio Marañón cuenta con despachos médicos, secretaría, una farmacia, dos almacenes independientes, áreas de descanso para el personal y sala de información a familiares.
Para acceder a la Unidad de Cuidados Intensivos se ha establecido un doble acceso: uno interno, para los traslados desde Urgencias, quirófanos y hospitalización, y otro acceso externo que dará paso al área de despachos de personal y familiares. Toda la UCI responde a una serie de criterios prácticos de eficiencia, humanización, flexibilidad, seguridad y confort, tanto para los pacientes como para el personal sanitario.
El Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha sido uno de los centros europeos que más pacientes con COVID-19 ha atendido, ya que ha ingresado a más de 4.200 enfermos desde el inicio de la pandemia y de ellos, 385 lo hicieron en las unidades de críticos, mientras que más de 3.600 pacientes han recibido el alta por curación. El 29 de marzo el Marañón llegó a tener ingresados 1.064 pacientes con COVID-19. Se trata de uno de los mejores hospitales públicos de España, según los últimos informes de referencia del sector.
Un equipo de profesionales sanitarios de la Unidad de Cirugía de la Rodilla del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínico San Carlos ha implantado dos prótesis totales de rodilla asistidos por robot a sendos pacientes que fueron dados de alta sin complicaciones a las 96 horas de la intervención. Una de las principales novedades de esta intervención con cirugía robótica, que se ha llevado a cabo por primera vez en España en el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid con dos intervenciones, y en el Hospital de Cruces, de Bilbao, con una, es “la gran precisión del robot que asiste al cirujano para colocar la prótesis y ajustarla perfectamente a la estructura anatómica de cada paciente, lo que acerca este tipo de intervenciones a una cirugía personalizada según las necesidades de cada persona”, manifiesta el jefe de la Unidad de Rodilla del Hospital Clínico San Carlos, Rafael Otero Fernández.
Con este sistema robotizado “se obtiene mayor precisión y exactitud en la técnica quirúrgica, lo que permite tomar las referencias anatómicas de cada paciente y poner la prótesis de acuerdo con estas referencias en la posición perfecta. De esta manera minimizamos las complicaciones postoperatorias de los pacientes y conseguimos ajustar perfectamente la prótesis a la anatomía de cada persona”, explica el cirujano ortopédico y traumatólogo del Hospital Clínico San Carlos, Rodrigo García Crespo.
La extremada precisión del robot, que guía al cirujano en la colocación de la prótesis, permite colocarla en el lugar exacto ajustándose a las características anatómicas de la rodilla del paciente, aun cuando pudieran existir anomalías estructurales, gracias a la planificación que el cirujano realiza mediante pruebas previas de imagen, y a la localización de la posición del paciente en la mesa de quirófano con la ayuda de marcadores óseos y cámaras que permiten una imagen virtual tridimensional.
Con ello se consigue una cirugía más segura para el paciente ya que reduce la variabilidad en el procedimiento quirúrgico, y personaliza la intervención ajustándose con precisión a la anatomía de la rodilla del paciente. Con anterioridad a la realización de estas primeras intervenciones, el personal sanitario llevó a cabo un período exhaustivo de formación específica, que ha contribuido al éxito de las cirugías.
Aun cuando la atención a los enfermos de coronavirus haya requerido muchos esfuerzos del personal sanitario, “el Hospital Clínico San Carlos ha puesto en funcionamiento, durante este tiempo, procedimientos y tecnologías que facilitan el cumplimiento de las nuevas exigencias de seguridad e incrementan las garantías de éxito de las intervenciones, así como la reducción de los tiempos de hospitalización y de recuperación, como la cirugía robótica en los quirófanos de traumatología”, añade el jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínico San Carlos, Fernando Marco Martínez.
Los cirujanos ortopédicos y traumatólogos de este hospital público madrileño implantan aproximadamente unas 500 prótesis totales de rodilla, de las que todos los pacientes que cumplan los requisitos clínicos se podrán beneficiar de las ventajas de esta nueva técnica.
En este sentido, los traumatólogos del Clínico San Carlos ya utilizaron en julio de este año, por primera vez en un hospital público de España, un brazo robótico diseñado para asistir al cirujano en la fijación de tornillos en la columna vertebral de un paciente, con una precisión superior al 99% incorporándose, de esta manera, a la tendencia de realizar intervenciones traumatológicas utilizando equipos robóticos. Desde entonces, en este hospital público madrileño se realizan regularmente intervenciones de columna mediante cirugía robótica, a las que está previsto añadir próximamente el tratamiento de fracturas complejas, como las de pelvis, y la cirugía protésica de cadera.
El Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha elaborado el primer registro internacional sobre parada cardiaca en niños hospitalizados. El trabajo analiza los factores asociados a una mayor supervivencia o mortalidad de los niños que sufren parada cardiaca dentro del hospital. En su desarrollo han colaborado, junto a hospitales españoles, varios países latinoamericanos, Italia y también Portugal, lo que ha permitido hacer un registro más amplio y con más elementos para analizar. El proyecto titulado “Parada cardiaca intrahospitalaria en la infancia” es la tesis doctoral de Jimena del Castillo, intensivista del Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos del Marañón, que ha obtenido el premio extraordinario de doctorado por la Universidad Complutense de Madrid.
La tesis doctoral de Jimena del Castillo, que ha sido dirigida por Jesús López-herce, jefe de Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos, del Hospital Gregorio Marañón, incluye variables como que la probabilidad de fallecer es dos veces mayor si el índice de desarrollo humano del país, en el que sufre parada cardiaca el menor, es bajo/medio con respecto a países de nivel alto. También que el riesgo es tres veces mayor si el paciente tiene una enfermedad oncohematológica previa y hasta dos veces superior si antes de sufrir la parada cardiaca estaba en tratamiento con fármacos inotópicos (medicamentos que cambian la fuerza de los latidos del corazón).
“Teniendo en cuenta que la parada cardiaca en niños es menos frecuente que en adultos, durante el desarrollo de este trabajo pudimos recabar información de más de 500 episodios de parada cardiaca durante un periodo de dos años, lo que nos permitió analizar que a partir de los 10 minutos de reanimación la probabilidad de fallecimiento de los niños aumentaba hasta 4 veces y si el origen de la parada era por patología neurológica el riesgo era 5 veces mayor” apunta Jimena del Castillo.
Igualmente, toda esa información permitió identificar factores protectores que podían influir en la supervivencia de los niños y en su recuperación sin secuelas neurológicas como que la parada cardiaca transcurriese en una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica suponía que la probabilidad de supervivencia es 2,6 veces mayor o que el ritmo cardiaco de inicio fuese un ritmo desfibrilable, añade del Castillo.
La tesis, cuyos resultados se publicaron, en su mayoría, en revistas científicas de prestigio, ha obtenido el premio extraordinario de doctorado por la Universidad Complutense de Madrid y ha continuado el trabajo de investigación ya iniciado por López-Herce en 2004 sobre la situación en España de la reanimación cardiopulmonar.
“El proyecto nos ha servido de embrión para elaborar un segundo registro internacional que ya se ha iniciado a primeros de octubre. El abordaje será mucho más extenso e incluirá factores que no se habían analizado previamente y que servirá de base para la creación de un registro permanente de parada cardiorrespiratoria pediátrica” añade Jimena del Castillo, intensivista de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital.
El Hospital Universitario Puerta de Hierro ha obtenido el Certificado AENOR de Protocolos frente al COVID-19, tras superar la auditoría realizada a finales del mes de septiembre. Se trata de un reconocimiento al trabajo y al compromiso de los profesionales del hospital Puerta de Hierro con la puesta en marcha de las mejores medidas y recomendaciones para hacer frente al COVID-19 y para garantizar la seguridad de pacientes, usuarios y profesionales. Esta certificación es un reconocimiento externo y acreditado que avala el buen hacer de nuestro Hospital en la atención y organización de la asistencia a los pacientes con COVID-19.
AENOR ha desarrollado una metodología basada en las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales, y en la revisión de los protocolos propios desarrollados por el hospital, que supone un abordaje completo de la gestión de los riesgos derivados del COVID-19.
La auditoría realizada por AENOR de los protocolos implantados por el Hospital Puerta de Hierro en relación con el manejo y gestión de la situación derivada por la pandemia generada por el COVID-19 ha revisado y validado aspectos como la gestión de la salud laboral, gestión de riesgos específicos en el centro sanitario, manejo de la comunicación interna y formación, buenas prácticas de higiene y limpieza, medidas organizativas, medidas de protección, gestión de la crisis, etc.
Durante el acto de entrega de la certificación, el Director General de Humanización y Atención al Paciente, Alberto Tomé, ha afirmado que se trata de “un reconocimiento que viene a corroborar el buen funcionamiento de este hospital, y la gran capacidad, talento y entrega de sus profesionales.
Asimismo, Gonzalo Piédrola, director de AENOR para la región Centro y Europa, ha afirmado que “el Hospital Puerta de Hierro demuestra que su compromiso de servicio a la sociedad está en el primer lugar de sus consideraciones, coherentemente con su posición. Sus protocolos solventes, y ahora certificados, impulsan con potencia la confianza que actualmente demanda la sociedad”.
Este reconocimiento es un primer paso de la senda marcada por la dirección del hospital de continuar mejorando la calidad de la asistencia prestada a los pacientes de Puerta de Hierro. Por ello, a lo largo del próximo año, se llevarán a cabo auditorias trimestrales para validar este reconocimiento y comprobar como el hospital se va adaptando a los cambios en la evolución de la pandemia.
El Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario de Fuenlabrada ha tratado a 551 pacientes oncológicos en el acelerador lineal TrueBeam puesto en marcha hace un año como parte de la donación de 46,5 millones por parte de la Fundación Amancio Ortega para la lucha contra el cáncer en la Comunidad de Madrid. El equipo TrueBeam integra los sistemas más avanzados de radioterapia conformada y guiada por la imagen, lo que le permite tratar tejidos y órganos en movimiento con una gran precisión y velocidad.
De esta forma, con este sistema el tiempo de irradiación se acorta en un 50% respecto al que necesita la tecnología convencional, lo que supone no sólo un mayor confort para el paciente, sino una mayor eficacia porque el tumor tiene menos tiempo para moverse mientras está recibiendo la dosis de radiación.
El acelerador TrueBeam tiene aplicación en prácticamente todos los tipos de cáncer, aunque su papel es especialmente relevante en el abordaje de los tumores de pulmón, mama, próstata, digestivos y de cabeza y cuello, entre otros. La mejora en la precisión de la administración de dosis nos ha permitido aumentar el control tumoral y reducir la toxicidad en los órganos sanos adyacentes.
También ha hecho posible aumentar la dosis por sesión y reducir el número de días en los que los pacientes tienen que venir a recibir el tratamiento, acortando la duración de éste. Finalmente, el equipo nos ha permitido implantar en el Hospital de Fuenlabrada técnicas de alta precisión, como son la radioterapia estereotáctica corporal y la radiocirugía craneal, para irradiar metástasis cerebrales múltiples o tumores pequeños en regiones como el tórax, que se ven afectados por el movimiento respiratorio. Desde su puesta en marcha en septiembre de 2019, se han tratado 551 paciente en esta máquina.
El Servicio de Radioterapia Oncológica del Hospital de Fuenlabrada, dirigido por Blanca Ludeña Martínez, está compuesto por nueve médicos y tiene como objetivo el estudio y tratamiento de la enfermedad oncológica dentro de un enfoque multidisciplinar. También dispone de una tecnología innovadora y avanzada que le permite ser un servicio puntero en el uso de técnicas de imagen para delimitar los tumores y para asegurar la correcta administración de la dosis de radiación.
Es el servicio de referencia para una población total de más de 500.000 personas en Fuenlabrada, Móstoles y Alcorcón. En 2019 atendió a más de 1.600 pacientes nuevos y se realizaron 1.380 tratamientos. En lo que va de año, a pesar de la situación generada por la pandemia de la Covid-19, se han valorado más de 1.100 pacientes en consulta y se han tratado 1.009.
La patología más frecuente tratada por el Servicio de Oncología Radioterápica del hospital ha sido el cáncer de mama, seguido del cáncer de próstata y, en tercer lugar, los tratamientos con intención paliativa. En cuarto lugar, se encuentran los tumores digestivos, seguidos del cáncer de pulmón y cáncer de cabeza y cuello.
Tras la puesta en marcha del nuevo acelerador TrueBeam, el servicio dispone de tres aceleradores lineales en funcionamiento, en horario de atención ininterrumpido de 8:00 a 22:00 horas de lunes a viernes.
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica quiere fijar el 7 de noviembre, aniversario del nacimiento de Marie Curie, como el Día de la Oncología Radioterápica en España para reivindicar y dar visibilidad al papel de esta especialidad oncológica que constituye una de las herramientas principales para luchar contra el cáncer.
Más del 60% de los pacientes con cáncer reciben radioterapia en el curso de su tratamiento, y los profesionales que trabajan en esta especialidad son esenciales para que se aplique de forma segura y efectiva.
El Hospital Universitario La Paz de la Comunidad de Madrid ha invertido un total de 24.653.432,52 euros en la compra de distinto material para la protección de los profesionales y para el tratamiento de los enfermos de COVID-19 desde el pasado mes de marzo.
El Centro hospitalario ha dedicado 18.627.524,47 euros a la compra de mascarillas de protección (FP3, FP2 y quirúrgicas), batas, guantes de nitrilo, manguitos, capuchas, gafas de protección o solución alcohólica para la higiene de manos, entre otros productos.
Por otro lado, la compra de reactivos para la detección de SARS-COV-2 mediante PCR, ácidos nucleicos, test rápidos y todo el material para la extracción de muestras para completar estas determinaciones han supuesto una inversión de 4.878.278,37 euros a lo largo del pasado mes de junio.
Además, y en mismo periodo, el Hospital La Paz ha comprado distinto equipamiento para el tratamiento de los enfermos de COVD-19 por 1.147.629,68 euros. Entre este material, destacan los sets para ventiladores, cánulas, sistemas de filtrado de sangre, sondas de distintos tipos, broncoscopios o kits de soporte cardiopulmonar.
Por su parte, el Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha realizado distintos contratos necesarios para la atención al COVID-19 por un total de 1.408.870,93 euros. Así, se ha adquirido una mesa radiológica por 15.176,92 euros y el material necesario para la realización de test PCR y el diagnóstico de los enfermos en el mes de octubre por 526.214,01 euros.
Además, el Hospital contrató, por la vía de emergencia por un periodo de dos meses, 17 camas de hospitalización y tres camas de Cuidados Intensivos en el Hospital Beata María Ana, con el objetivo de mantener la atención sanitaria tanto a pacientes con infección por coronavirus como al resto de enfermos.
Además, se ha llevado a cabo la contratación del servicio de gestión de residuos biosaniarios resultantes de la realización de test de antígenos en distintas zonas básicas de salud de la Comunidad de Madrid entre los meses de octubre y diciembre por un total de 49.812,40 euros. |