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03 Jun 2024 |
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Tras la denuncia de los colectivos ecologistasEl pasado 23 de mayo la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), Jarama Vivo y Liberum Natura, denunciaron ante la Consejería de Medio Ambiente la construcción de una pista forestal de unos 5-7 metros de anchura y de 2 kilómetros de longitud que asciende, rompiendo todo a su paso, por la ladera meridional de la Najarra. El área afectada es Zona de Uso Restringido, según el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, que además está incluida en un espacio protegido Red Natura 2000 y en la Reserva de la Biosfera Cuencas altas de los ríos Manzanares, Lozoya y Guadarrama. Cinco días después, el 28 de mayo, la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal notificaba que ordenaba la paralización, en tanto se inspeccionaran las obras. Es decir, no estamos ante una paralización definitiva porque la administración justifica la legalidad de la infraestructura. Algo absolutamente indefendible de acuerdo a las entidades denunciantes. La pista forestal ha roto formaciones geológicas características de alta montaña (canchales y gleras), ha desestructurado y modificado los perfiles del suelo y la roca madre y ha llegado a afectar a la hidrogeología, provocando la aparición de surgencias (movimientos de agua hacia la superficie) en los taludes. Las obras, además, se están desarrollando en plena época de reproducción y cría de la fauna silvestre, lo que supone un agravante más por las molestias de ruido y penetración en una zona sensible y tranquila. Consultado el proyecto, las asociaciones denunciantes, comprobaron que los trabajos están financiados por los fondos europeos NextGenerationEU, con lo que debe cumplir con el principio de «no causar un perjuicio significativo al medio ambiente». Principio que se vulnera, a juicio de los denunciantes. Pero además, la nueva infraestructura ni está contemplada ni presupuestada en el proyecto, lo que sugiere que la autorización de la nueva infraestructura podría haber sido una decisión de la dirección de obra que depende de la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal de la Consejería de Medio Ambiente. De haberse producido esa autorización su único objetivo sería permitir la entrada de maquinaria pesada (autocargador) para sacar los pinos que se están talando. Pero esa saca debería haberse realizado con arrastradores de pequeño tamaño y con animales de tiro (mulas). Ante, lo que consideran un despropósito, las organizaciones ambientalistas, además de denunciar las obras y pedir su paralización, ante la Comunidad de Madrid, han solicitado, por escrito, la autorización expresa de los trabajos, si la hubiera. También han puesto los hechos en conocimiento del Organismo Autónomo Parques Nacionales del Ministerio para la Transición Ecológica, último responsable del seguimiento del cumplimiento de no causar un perjuicio significativo al medio ambiente en proyectos financiados con fondos NextGenerationEU, transferidos a las comunidades autónomas. ARBA, la Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, GRAMA, Jarama Vivo y Liberum Natura, lamentan que el daño ocasionado en una zona de alta naturalidad y valor ecológico sea prácticamente irreversible. Por ello, exigen responsabilidades tanto a la empresa como a la dirección de obra de la administración. También requieren al Ministerio para que junto con la Comunidad de Madrid, tomen las medidas oportunas para restaurar al máximo el daño ocasionado. |