Se recuperó en el CRAS tras ser localizada con síntomas de debilidad
La Comunidad de Madrid ha aumentado en un 12,8% el número de parejas reproductoras de águila imperial, frente a las de 2024, y también el de sus crías, con un 9,3%. La región se ha consolidado como la que tiene mayor densidad de esta especie en España, al sumar 109 parejas anidadas, más de una por cada 100 kilómetros cuadrados. Así lo ha expuesto el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, durante el balance que ha hecho en Moralzarzal sobre la situación de las aves rapaces en la región, donde, además, ha devuelto dos ejemplares a su hábitat natural.
Ambos han sido atendidos en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) Félix Rodríguez de la Fuente, del Gobierno regional, tras ser encontrados en malas condiciones hace unos meses. Una vez completada su rehabilitación, hoy se ha soltado a Avellana, una hembra recogida en Aranjuez por los Agentes Forestales, con síntomas de debilidad general; y a Madroño, un macho joven, rescatado por una asociación ambiental de Las Rozas de Madrid con traumatismos leves, deshidratación y bajo peso.
En el CRAS, considerado uno de los hospitales de fauna más avanzados de Europa, han adquirido el tamaño adecuado para su edad, se han musculado y han practicado el vuelo para poder reintegrarse en su entorno natural. Además del cuidado de animales y su retorno, el Ejecutivo autonómico cuenta con un programa, que se puso en marcha en 1999, para el seguimiento a esta especie, catalogada en peligro de extinción, que estuvo a punto de desaparecer a finales de los años 70, cuando contaba tan solo con diez parejas.
Desde entonces, el trabajo de los expertos medioambientales ha permitido conocer la situación de estos ejemplares y tomar medidas frente a amenazas como el uso ilegal del veneno o las frecuentes electrocuciones. Asimismo, el Cuerpo de Agentes Forestales se ocupa de arreglar los nidos deteriorados, recoger a las crías que caen de ellos y marcarlas para seguir sus movimientos. Gracias a estas actuaciones, la población madrileña de estas aves ha tenido una evolución muy favorable. Este año se ha realizado el monitoreo de 97 parejas de las 109 contabilizadas y un 82% de ellas se han reproducido y han sacado adelante a 129 pollos.
El Catálogo Regional incluye 131 especies de fauna amenazadas, siendo las aves el grupo más numeroso, con 61. Por ello, es buen síntoma el aumento de su presencia en la Comunidad de Madrid, donde destaca el incremento del buitre, tanto leonado como negro. Este último, catalogado en peligro de extinción, ha pasado de 33 parejas en el año 1989 a más de 250 en 2025, especialmente en Rascafría, que da refugio a una de las siete colonias más grandes de España.
Las poblaciones de aguilucho cenizo y cernícalo primilla, ambas asociadas a zonas agrarias, también se están incrementando. Para proteger al primero, se han puesto en marcha acuerdos con los agricultores para retrasar la cosecha o evitarla en los entornos de los nidos, mientras que, en el segundo caso, se realiza una aportación de alimento extra en las colonias de cría.
Por último, el águila perdicera ha mejorado en los últimos años gracias a la adecuación de tendidos eléctricos, la principal causa de mortalidad de esta ave y de otras como la cigüeña, el milano real o el águila real
Recientemente, se ha llevado a cabo una operación de rescate en la Comunidad de Madrid, específicamente en la localidad de Colmenar Viejo, donde agentes forestales han recuperado a una joven águila imperial que se encontraba herida. Este evento resalta la importancia de la intervención humana en la conservación de especies en peligro y la protección del medio ambiente.
El rescate fue posible gracias a un aviso recibido en el número de emergencias 112. Este tipo de alertas son cruciales para la rápida actuación de los funcionarios ambientales, quienes están capacitados para manejar situaciones que involucren la fauna silvestre. En este caso, el aviso permitió a los agentes localizar rápidamente al ave en cuestión.
Al momento de su recuperación, la joven águila imperial presentaba heridas significativas que le impedían volar. Estas lesiones son un claro indicativo de la vulnerabilidad de la especie, que se encuentra en peligro de extinción y cuya preservación es vital para el ecosistema local.
Una vez que el águila fue localizada y asegurada, fue trasladada al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Comunidad de Madrid, ubicado en Tres Cantos. Este centro está especializado en la atención y rehabilitación de fauna silvestre herida, lo que garantiza que el águila reciba la atención médica necesaria para su recuperación.
El objetivo principal del traslado al centro es permitir que el águila cure de sus heridas. Una vez completado el proceso de recuperación y rehabilitación, se tiene previsto que el ave sea liberada nuevamente en su hábitat natural. Este proceso es fundamental para asegurar que el águila pueda reintegrarse a su entorno y continuar con su ciclo de vida. |