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02
Jul
2012
La nueva propuesta de Rollán deja sin argumentos a la oposición, tanto interna como externa PDF Imprimir E-mail
Punto D Vista - Editorial
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El Congreso de los Diputados tendrá muy difícil oponerse a la medida

La nueva propuesta de reducción de concejales es mucho más seria y bastante menos populista que la primera, por lo que la oposición, tanto interna como externa, tendrá mucho más difícil decir que no. Y es que a Pedro Rollán le han llovido críticas de todos los estamentos políticos por su propuesta: “ocurrencia”, “locura”, “demagogia pura”, o “solo es aplicable en el caso de Torrejón” son alguna de las perlas que le han dedicado sus compañeros políticos, en todas las instancias.

Pero la nueva propuesta, que llegará hasta el Congreso de los Diputados, es mucho más fácil de realizar, y, lo que es más importante, totalmente reversible. Si, a causa de la crisis es necesario recortar los concejales aunque sigan representando el total de la corporación, si los tiempos mejoran, puede recuperarse la normalidad plenaria.

Y además, hay una consecuencia mucho más importante: la reducción, al no tocar la Ley Electoral, puede llevarse a cabo de forma casi instantánea, con una simple modificación de la Ley de Bases de Régimen Local, lo que podría ponerla en marcha una vez aprobada, sin necesidad de esperar a la próxima legislatura.

Ahora sí, la propuesta es una forma rápida, eficaz y directa de recortar a la mitad el coste de los concejales, algo que,  además, supone dar ejemplo de austeridad en un momento en que todos los recortes a nivel nacional afectan sólo a una parte de la población, dejando a la élite intocable.

Y es que las cifras hablan por sí solas: España tiene casi medio millón de políticos, aproximadamente un cargo público por cada cien habitantes, que suponen cerca del 10% del conjunto de los trabajadores públicos, cifras muy alejadas de la media europea. Por ejemplo, en Italia o Francia tienen la mitad de cargos públicos,  mientras que en Alemania sólo son 150.000, para una población de ochenta millones de habitantes.

La parte del león de la cifra se la llevan los concejales, que suponen casi 66.000 repartidos en 8.112 ayuntamientos; los cargos de confianza, que ascienden a 40.000; y los situados en empresas públicas, que suponen más de 130.000 personas.

Con semejantes cifras, no es de recibo escudarse en demagogia barata como que no se puede sacar adelante un municipio con menos cargos públicos, sobre todo cuando cada vez son más los españoles que tienen que hacer verdaderos malabarismos para llegar a fin de mes, y por cierto, debido a la ineptitud de esos mismos políticos.

Así, tanto a unos partidos como a otros, solo les queda votar a favor de una medida que no merma representatividad, sino solo gasto superfluo e innecesario, pues el voto en contra desvelaría los verdaderos intereses de aquellos que lo emitieran, a saber, mantener la poltrona y las prebendas, y asegurarse un sueldo público, ya que en el mercado privado lo tendrían muy difícil para sobrevivir.

 

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