El viaje de las delegaciones por el Sena ralentizó una gala espectacular

Después de tres años de espera, la llama olímpica vuelve a brillar en una ciudad del mundo, y así lo hará durante los 16 próximos días. Así los trigésimo terceros Juegos de la Era Moderna comenzaban en la tarde de ayer en un país al que la lluvia no impidió mostrar lo que tenía preparado para la inauguración.

De tal forma, y en un largo crucero por el Sena acompañando a las más de doscientas delegaciones, los franceses recorrieron su historia, su cultura y su futuro en un viaje espectacular: Lady Gaga homenajeando el Moulin Rouge; la Mona Lisa robada del Louvre por Arsenio Lupin y rescatada por Los Minion; el Fantasma de la Ópera convertido en Quasimodo en plena Notre Dame; un polémico homenaje a la Revolución Francesa, con fuego, sangre, y una Maria Antonieta decapitada en plena prisión de la Conciergerie; un repaso a la literatura romántica que termina en "menage a trois"; una pasarela de moda con reminiscencias a "La Última Cena" protagonizada por las protagonistas de Drag Race, y con homenaje a Baco como dios del vino; o un repaso por los grandes inventos que ha dejado el país para la posteridad, desde el cine hasta Julio Verne, pasando por El Principito; fueron trufando un largo recorrido de más de tres horas en que la lluvia fue la gran protagonista.

Y tras llegar los barcos, comenzaba la ceremonia en sí, con la aparición de los aros olímpicos en un piano incendiado que tocaba el "Imagine" de John Lennon; el izado de la bandera olímpica, la original de 1924, que llegaba a lomos de un caballo mecánico que se volvía de carne y hueso convertido en Pegaso al llegar a tierra en una plaza de Trocadero transformada en improvisado Estadio Olímpico; los discursos; los juramentos; y, por supuesto, la antorcha olímpica, que dejaba un momento para la historia, cuando Zinedine Zidane se le entregaba, como uno de los últimos relevistas a Rafa Nadal, antes de que el tenista cogiese un barco en el que se encontraban alguna de las más grandes estrellas del Olimpismo: Nadia Comaneci, Serena Williams y Carlos Lewis. El viaje de la antorcha terminaba en pleno Jardín de las Tullerías, donde se encendía un pebetero homenaje a los hermanos Montgolfier que representaba un globo aerostático que flotará sobre los cielos de París durante dos semanas. Y, para terminar, la voz de Celine Dion desde la Torre Eiffel ponía punto y final a una ceremonia larga y aburrida en su primera parte, que aceleró tras la llegada de los deportistas a Trocadero.

Y este sábado comienzan las medallas, que no la competición, pues ya se han disputado dos días de pruebas. Así las primeras alegrías para el deporte español pueden llegar de la mano del Judo, donde Laura Martínez y Fran Garrigós buscan coronarse en los Juegos. También la sorpresa podría estar en las contrarreloj de ciclismo en ruta, en las que participan Mireia Benito y Oien Lascano; o incluso en el cuatro por cien libre femenino de natación, si las españolas consiguen meterse en la final.