Lo ha escrito la archivera Municipal

El Salón de Plenos de la Casa Consistorial acogerá, el próximo lunes día 21 de marzo, la presentación oficial del libro ‘Los hilos de nuestra memoria’, que firma la archivera municipal Susana Torreguitart. Será a partir de las 19:30 horas, con acceso gratuito.

Durante el encuentro, además de la intervención de la autora para explicar algunos de los detalles de esta obra, enmarcada en el 275 aniversario de la fundación de la ciudad; tendrá lugar la actuación del reconocido guitarrista Alberto Rodríguez. El artista ha compuesto ‘Sonata Real’, una melodía que también rinde homenaje a esta destacada fecha histórica en el calendario local. Y a la cita no faltará la Escuela de Música y Danza ‘Joaquín de Luz’, que acompañará con un cuarteto de cuerda. “Agradecer el gran trabajo desarrollado por nuestra archivera, que nos hará viajar en el tiempo. Tenemos mucho pasado y mucho futuro, porque los/as vecinos/as continuamos haciendo ciudad (…). También quiero hacer un reconocimiento a Alberto por este maravilloso tema, creado desde el corazón y con sentimiento, que podremos escuchar junto a nuestra Escuela de Música. Será un acto que estamos seguros/as agradará a los/as asistentes, así que solo queda invitar a la participación”, dijo el alcalde, Javier Corpa.

Por su parte, el primer teniente de alcalde, Alberto Hontecillas, destacó que “estas páginas hacen un pormenorizado e interesante repaso a nuestros inicios, con unos textos cuidados y exhaustivos, y unas espectaculares ilustraciones; sin dejar de mencionar la composición que nos traerá nuestro guitarrista, donde ha puesto cariño y pasión”.

Recordar que ‘Los hilos de nuestra memoria’ hace un completo recorrido por las raíces de la localidad, incluyendo capítulos anecdóticos, curiosidades y sucesos, como el crimen de la Casa de la Administración, con espacio para la estatua de Fernando VI, que hoy preside una de las principales plazas; y la Real Fábrica de Paños, además de prestar atención a la riqueza natural de la Huerta Grande, escenario de paseos reales; o las conocidas como ‘playas del Jarama’, que lograban congregar a multitud de familias (los diarios de la época hablan de más de 3.000 personas), cada domingo, a las orillas de este río, allá por los años 30.