La Verónica y el Cristo se encontraron en la nave central

Si había algo claro, viendo las previsiones del tiempo, desde hace muchos días es que la procesión del Encuentro Doloroso tenía muchas posibilidades de no celebrarse, y así fue. La intensa lluvia que estaba cayendo en el exterior de la San Juan Evangelista hizo imposible sacar las imágenes del Nazareno y la Verónica que, en su lugar, se encontraron en el interior de la iglesia en un emocionante acto.

Así, y tras participar en el Solemne Viacrucis de Viernes Santo de la parroquia, los Hermanos de la Veracruz hacían oficial lo que era un secreto a voces, y lo hacían para tomar posiciones junto al Cristo y a la Verónica que, a diferencia de en otras ocasiones, se encontraban mirando en direcciones opuestas por algo que los fieles descubrirían tan solo unos minutos después.

De tal forma, y acompañados por los sones de la Banda Municipal de Música, la Verónica enfiló la nave del Evangelio en dirección a la puerta principal, mientras que el Nazareno hacía lo propio en dirección al Altar con la intención de, tras girar, encontrarse en la nave central de la iglesia, donde se producía el ritual ya conocido y que representa las Tres Caídas y el Encuentro con la Verónica durante el camino al Calvario: el Nazareno, portado por sus anderos, cae al suelo; la Verónica corre en su auxilio, se arrodilla ante él y tras enjugarle el rostro, la imagen del Cristo aparece en su paño.

Tras ello, y dar un giro en el crucero central, las dos imágenes iniciaron un recorrido conjunto que les devolvió al punto de de partida para cerrar una procesión de la mañana de Viernes Santo diferente.