La amenaza de lluvia obligó a la Vera Cruz a suspender su última Procesión

Si el miércoles decidieron arriesgarse sacando la calle a sus titulares, el viernes por la tarde la Vera Cruz optó por una postura mucho más conservadora. Así, y para sorpresa de todos, pues la probabilidad de lluvia parecía escasa, decidieron suspender la Procesión del Santo Entierro celebrando en su lugar un emocionante Encuentro entre el Cristo Crucificado, portado por los minianderos, y la Virgen de la Soledad.

Así terminaban los Días de Pasión de la Semana Santa de Torrejón en una iglesia abarrotada que se llenó aún más al entrar los que se agolpaban a las puertas, y es que a la llegada de la Vera Cruz, en perfecta formación desde su sede, nadie podía imaginar lo que iba a ocurrir tan solo quince minutos después. Las caras de los pocos que llevaban la cara descubierta dejaba entrever que había esperanzas de salir en Procesión, pues la tarde, aunque inestable, no parecía augurar lluvia.

Pero a las ocho la Junta Directiva de la Vera Cruz se reunía de urgencia para tomar una decisión definitiva, y tras un intenso debate, la decisión caía como un jarro de agua fría sobre los fieles y los propios hermanos. Así, se decidía suspender la Procesión del Santo Entierro ante la posibilidad de lluvia, y es que, al sacar al Cristo Yacente sin el Sepulcro de cristal en que se guarda el resto del año, los riesgos de deterioro eran inasumibles, al tratarse de una talla muy antigua. De tal forma, el Presidente de la Hermandad lo anunciaba ante los fieles, recordando que la imagen, cuya datación se desconoce, es una de las mayores joyas que posee la iglesia de San Juan Evangelista.

Y tras la decepción, tocaba recomponerse. Los Hermanos de la Vera Cruz tomaban posiciones junto a la Virgen de la Soledad, mientras que los más pequeños hacían lo propio en la nueva imagen del Cristo Crucificado. Y lo hacían para, con enormes dificultades por la cantidad de público presente, girar las imágenes hasta encontrarse en el crucero central de la iglesia.

Un encuentro muy intenso, pues Carmen de Córdoba dedicó saetas a las dos imágenes, antes de que, con los acordes de "La muerte no es el final" interpretados por la Banda Municipal de Música, las dos cuadrillas de anderos levantasen a pulso a la Virgen y al Cristo entre los aplausos de los fieles.

Tras este Encuentro, comenzaba la maniobra para volver a dejar la Virgen en su lugar, con las mismas dificultades en el giro, tras lo cual se producía uno de los momentos más emocionantes de la tarde. Y es que, tras dejar a la Virgen de la Soledad, sus anderos regresaban al crucero central de la iglesia para animar con sus aplausos el último baile de los más pequeños de la Hermandad, que volvían a subir al cielo la imagen del Crucificado.

Pero la tarde no había terminado aún. La tercera imagen que debía salir en procesión también tuvo su protagonismo, pues la Vera Cruz decidió llevarla en traslado solemne hasta el Altar Mayor, donde al día siguiente iba a ser expuesta. Y, una vez ubicada en su posición, Carmen de Córdoba dedicó una última saeta al cuerpo del Cristo Yacente.

Para terminar la Procesión, y con ello la Semana Santa de la Vera Cruz, el Presidente de la Hermandad daba un discurso de agradecimiento en que se acordaba de todos los que la hacen posible, y especialmente del resto de las Hermandades que componen el tejido religioso de Torrejón, un recuerdo muy especial, pues Sergio Navarro lo terminaba con un poema en el que recordaba todas las advocaciones de la Virgen que se veneran en la localidad a lo largo del año.