Las tormentas solo dejaron salir una Procesión de cada Hermandad

Esta Semana Santa de 2024 pasará a la historia como una de las que menos procesiones ha visto en las calles de Torrejón, lo que no significa que no se hayan celebrado actos, pero casi todos a cubierto. Así, tanto la Hermandad del Rosario como la de la Vera Cruz pudieron poner en la calle una única procesión cada una, transformando el resto de desfiles en Encuentros en el interior de la iglesia.

La Semana Santa comenzaba una semana antes del Viernes de Dolores, cuando la San Juan Evangelista acogía un pregón especial, pues la encargada de pronunciarlo no fue otra que Ainhoa García, que también iba a ser protagonista unos días después al recibir la medalla de la Hermandad de la Vera Cruz como nueva hermana. Ainhoa, que anunciaba en su pregón que inculcaría la fe católica a su hija, lo llevaba a efecto pues la pequeña Julieta se convertía en la Hermana más pequeña de la Vera Cruz en pleno Viernes de Dolores.

Pero antes, otro político fue protagonista, y es que el Concejal de Cultura, José Antonio Moreno, se atrevió a interpretar "La muerte no es el final" en el Concierto de Marchas Procesionales ofrecido por la Banda Municipal de Música y los Coros de las Hermandades; un himno, por cierto, que se escuchó en otras dos ocasiones a lo largo de la semana, el Domingo de Ramos en la voz de los miembros de la BRIPAC; y el Viernes Santo, interpretado por la Banda de Música, en el momento del Encuentro entre el Crucificado y la Virgen de la Soledad.

Tras el emotivo pregón, la Vera Cruz celebraba el Viernes de Dolores, con el que cerraban tres días de actos en homenaje a la Virgen de la Soledad, y lo hacían con una tarde en la que la voz de Silvia Pérez se convertía en protagonista. Así la también vocalista del recién nacido Coro Infantil de la parroquia ofrecía, a capela, una interpretación del "Diario de María" dedicado a la Virgen que emocionó a los presentes.

Y tras el recogimiento del Viernes de Dolores llegaba el Domingo de Ramos, que ponía en la calle la imagen de la Borriquita y que, pocos intuían en ese momento, se iba a convertir en la única procesión celebrada sin sobresaltos y sin tener que estar pendientes del cielo. En su lugar, de lo que sí estuvieron pendientes los Caballeros y Damas de la Virgen del Rosario fue en dedicarle el desfile a Luisi, su compañera fallecida hace pocos días, y que también fue protagonista del Encuentro en el Domingo de Resurrección, al ser su hija la encargada de hacer una levantá simbólica a los pies del Altar Mayor. El recuerdo de Luisi también estuvo presente en la propia imagen de la Patrona, que lucía un crespón negro en sus manos.

El Martes dejaba otra imagen inédita, pues la cuadrilla de jóvenes, los "minianderos" originales de la Vera Cruz, iban a ser protagonistas de un viacrucis totalmente reinventado. Y es que, en lugar de recorrer las calles de la zona centro, la intención de la Hermandad era que las catorce estaciones permanecieran estáticas en el centro de la Plaza Mayor, moviéndose la comitiva alrededor de ellas.

Pero no pudo ser. La lluvia se hizo presente desde pocos minutos antes de comenzar el acto, obligando a que se celebrase en el interior de la iglesia, lo que, por cierto, permitió ver mucho más de cerca las imágenes que, se suponía, iban a ser protagonistas en los días siguientes. Y es que si hay una consecuencia que deja esta Semana Santa pasada por agua es el haber privado a los torrejoneros de ver en la calle a las imágenes más importantes que tiene la localidad. Así no salieron a la calles el Jesús orando en el Monte de los Olivos, ni el Nazareno, ni la Verónica, ni tampoco el Cristo Yacente, ni las Angustias, ni el Calvario. Eso sí, este último, por otros motivos, y es que la parroquia ha decidido mandarlo a restaurar, pues no en vano es la imagen más antigua de las que procesionan durante Semana Santa en la localidad.

La ausencia del Calvario tenía efectos sobre todo el programa, que se transformaba por completo con respecto a anteriores ediciones. Así los "minianderos" no iban a salir el Jueves Santo, sino en la tarde del Viernes acompañando a la nueva talla del Cristo Crucificado; y dejando el Jueves para la cuadrilla de jóvenes, que iban a portar el Jesús Cautivo que ya desfiló el año anterior.

Lo que sí que no iba a cambiar era la Procesión del Silencio, Estación de Penitencia de los Hermanos de la Vera Cruz que pone en la calle a sus dos imágenes titulares, el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad. Una Procesión del Silencio, por cierto, muy especial, pues no en vano en este 2024 (en concreto en pleno Domingo de Resurrección), se han cumplido 25 años de aquella noche del Miércoles Santo de 1999 en que impactaron y sorprendieron a los torrejoneros con una procesión muy distinta a las habituales.

Veinticinco años después, la Procesión se celebró, y eso que la lluvia estuvo presente durante buena parte del recorrido, si bien solo cayó con intensidad al final del mismo, lo que, por cierto, dejó un impresionante Encuentro entre el Cristo y la Virgen bajo la lluvia que impactó a los presentes.

Tras la procesión, tocaba el Traslado Solemne de la imagen del Crucificado, un traslado que, poco sospechaban en ese momento los hermanos de la Vera Cruz, no iba a ser el único que se produjese en los días siguientes. Así el Santo Entierro terminaba con un desfile parecido, salvo que en esta ocasión la imagen transportada era la del Cristo Yacente, que se situó a los pies del Altar para poder ser venerada al día siguiente.

Era la última novedad de un Santo Entierro que dejó momentos muy emocionantes, como la saeta dedicada a la Virgen y al crucificado por parte de Carmen de Córdoba; o los aplausos de los anderos de la Vera Cruz a los más pequeños tras dejar la imagen de la Virgen. Y todo ello ante una iglesia abarrotada, que fue una de las características de los actos "indoor" que protagonizaron la Semana Santa de Torrejón. El Jueves el Encuentro fue entre la Virgen de la Soledad y el Cautivo, mientras que el Viernes por la mañana la Verónica y el Nazareno realizaron su Encuentro Doloroso en plena nave central de la iglesia.

Y así terminaba una Semana Santa pasada por agua para los Hermanos de la Vera Cruz, pero no la programación, pues aún quedaba la Procesión del Encuentro, o eso creían los hermanos de la Virgen del Rosario, pues el cielo no dio tregua a pesar de que el sábado la situación del cielo había sido más estable. El Domingo amaneció haciendo cumplirse los peores presagios, ante lo que no tuvieron más remedio que realizar el Encuentro dentro de la Iglesia, lo que dejaba imágenes únicas, como ver a las dos tallas avanzando por las naves laterales para encontrarse, en hasta dos ocasiones, frente al Altar entre los aplausos de los torrejoneros.