El Obispo acompañó a los católicos de toda la localidad entre canciones y testimonios

El pasado sábado Torrejón celebraba un acto muy especial, y es que, con motivo de la celebración del Año Internacional de la Fe, las Parroquias de la localidad decidieron celebrar un Acto Público de Fe en medio de la Plaza de España de la localidad, y lo hicieron a lo grande: rock católico, un coro, testimonios, la presencia de los ocho Cirios Pascuales, y el mismísimo Reig Pla en una cita que llenó la Plaza durante casi dos horas.

Tal y como estaba previsto, a las cinco y media de la tarde los fieles de las distintas parroquias comenzaban una larga peregrinación hasta el lugar de encuentro, una peregrinación que comenzaba en el Barrio de la Zarzuela y en Mancha Amarilla, y a la que pronto se irían sumando los fieles de Juncal, Parque Granada, Parque de Cataluña, Fresnos, Barrio de San José y Zona Centro, conformando entre todos un gran río humano guiado por la Cruz del Año Internacional de la Fe, y que desembocada en la Plaza de España bajo un importante sol de primavera.

A la llegada de los fieles, el escenario montado dentro de un camión cobró vida, y comenzó la música del rock cristiano, que dio paso al testimonio de alguno de los fieles reunidos. Entre música y oraciones el acto fue transcurriendo, hasta que, en medio del Padre Nuestro, el Obispo de Alcalá apareció en escena.

Reig Pla llegó para recibir a los ocho Cirios Pascuales de las Parroquias torrejoneras, que también subían al escenario, junto a sus párrocos, y lo hizo para, lejos de todo protocolo, contar a los allí reunidos como fue su despertar a la fe. El Obispo explicaba que entró en el seminario por una apuesta, y que, a pesar de intentar escapar a la semana, acabó recibiendo la Llamada que le convertiría en sacerdote.

El acto continuaba con más canciones y la participación de un coro llegado desde Guinea, que, debido a lo reducido del escenario, tuvo que actuar en el suelo de la Plaza. Cerca de las ocho y media de la tarde, y cuando el Sol comenzaba a declinar, el acto terminaba con un fuerte aplauso.